martes, 24 de febrero de 2009

EL PARO, CUESTA ABAJO Y SIN FRENOS


S
eguro que llegará algún día que los medios de comunicación abrirán sus contenidos con una buena noticia económica. Hartos de desplomes bursátiles, intervenciones estatales, agujeros bancarios, familias sufridoras, cestas de la compra por las nubes y políticos con caras de palo por no saber atajar esta situación, cada mes nos llegan las cifras del paro. Y entre ellas están las de la EPA, que aún son más sangrantes que las que emite el INEM. Una mala nueva más para nuestros sobrecogidos corazones, en vilo desde hace un año por la dichosa crisis.

Unos 23.000 parados en la provincia demuestran la realidad que vivimos. Hay crisis, pero a cada día que pasa, tenemos la sensación de que va a ser como la gripe. Lo mejor es que pase, porque no valen ibuprofenos para eliminar los molestos efectos de la enfermedad. Las aspirinas que nuestros gobernantes quieren recetar para poner coto al desplome de la economía mundial, no funcionan. Las medidas son insuficientes, incompletas y en algunos casos, inútiles. Por eso, ya estamos encomendándonos a la Virgen de Los Llanos, para que el tiempo pase raudo y podamos vislumbrar algo de luz al final de este lúgubre (para los de la LOGSE, oscuro), túnel.

Más quisiéramos tener la solución en nuestras manos, pero la experiencia dicta que no hay resoluciones de la crisis fijas. Lo cíclico de estos acontecimientos, hace que en vez de instaurar soluciones una vez se ha provocado el daño, dediquemos nuestros esfuerzos a prevenir. Lo malo es que una vez más, estamos cayendo en el mismo error, el parcheo para sortear cuanto antes la coyuntura, pero quizás tuvo razón Sarkozy cuando dijo aquello de que el capitalismo ha muerto y que hay que refundarlo (Lenin se tuvo que remover en su mausoleo con la rajada del francés). Probablemente sea el momento para que un G-20, un G-8 o un G lo que sea (con ZP o sin él), debata qué hacer con la economía mundial como medida profiláctica. Y que se dejen de minucias.

2 comentarios:

Alfonso Piñeiro dijo...

Cualquier día la patronal dirá que la solución pasa porque los trabajadores despedidos y los sindicatos hagan un esfuerzo de generosidad, y eviten la sangría de las empresas aceptando conciliaciones a 1 día por año trabajado. Después de eso, claro, sólo cabe una pregunta: ¿en tu casa o en la mía? Que eso es lo que sucede con el actual crash, que lo pusieron en marcha unos crack que no tomaron precauciones. Ahora, todos preñaos.

Miguel A. dijo...

Pues a ver cómo nos sale el niño...