sábado, 30 de diciembre de 2017

Reservoir pics XLIII


Se va acabando el año. Habrá que largarse...




martes, 26 de diciembre de 2017

Miau

Miau es un libro para amantes de los gatos y para los que no lo son. Es un libro para amantes de los idiomas y para los que no lo son. Es un libro para los que gustan de ediciones exquisitas, bien hechas y con pasión bibliófila y para quién no les gusta ese mundo. Miau es un auténtico regalo en el actual panorama editorial no solo local, sino nacional.

La Gata Editorial, pequeña y animosa creadora de libros mágicos, se atreve ahora con otro formato distinto. El artista plástico Muriel les encargó algo especial para su libro en el que el protagonista absoluto es un gato: el suyo. Y lo ha dibujado con paciencia, amor, detallismo y pundonor en una veintena de poses. Cada una de ellas va acompañada de la palabra "miau" en diversos idiomas, así que no quieran encontrar en él una lectura larga, pero sí que hallarán una exaltación plena de los sentidos. Adquieran el libro, abran por donde quieran y admiren el asombroso realismo de un felino al que el maullido se le escapa de los márgenes del papel. El realismo perfeccionista de Muriel se acompasa con la delicadeza del trazo y con la corporeidad de la figura del modelo. Un lujo sensorial en tiempos poco dados a la contemplación y a la absorción del conocimiento a través de los sentidos. Ni más ni menos que lo que se nos plantea con Miau.

¿Dónde pueden ustedes adquirir un ejemplar? En La Bodega de Artistas (calle La Vid, 14; Chiclana de la Frontera) o llamando al 615 10 06 90 o al 605 58 33 32. No se arrepentirán. Es el regalo perfecto para estas fechas.

Artículo original publicado en Berenjena Company.



domingo, 24 de diciembre de 2017

Reservoir pics XLII


Por mucho que el perro se mee, Clapton es un dios de la guitarra.



sábado, 23 de diciembre de 2017

Cosas por las que merece la pena vivir XIV

Ella Fitzgerald y Oscar Peterson. Asombrosos.





viernes, 22 de diciembre de 2017

Dame más

No sé qué coño de música escuchan los chavales de hoy. Dellafuente, Maluma, C. Tangana... Nombres absurdos, música absurda para tiempos de mierda. Ante eso, una fuerza de la naturaleza como Etta James. Puro magnetismo. ¡Aprended, cabrones!





jueves, 21 de diciembre de 2017

¡A la mierda los actores!

Foto: @zuhmalheur
A la mierda los actores... y los directores y los autores y los escenógrafos y los iluminadores y los tramoyistas y los sastres y los músicos... Con el 21 por ciento de IVA nos vamos a la mierda todos. Incluidos todos aquellos que participan en la ceremonia mística del teatro. Pero no se me vayan ustedes a la mierda, que les queremos un montón y deseamos además, que se enteren de una cosa buena que acaeció en el Teatro Moderno hace unos días.

La ocasión la pitan calva. Un actor investido del personaje de un actor en un monólogo nacido de la pluma de un actor (bueno, director que alguna que otra vez se metió a actor... ¡qué se le pasaría por la cabeza!). El caso es que Morraya Teatro traía a escena su tercer montaje, tras la buena acogida que tuvieron los dos anteriores. Con la autoría de Javier García Teba, muñidor del género de teatro mínimo, Paco López -alma mater de la compañía chiclanera-, se subió a las tablas para hablarnos de esas Memorias de un actor en paro, obra que dirigió para la ocasión el propio autor y que nos habla de las miserias terrenales y morales que conlleva ser actor en un mundo donde no se valora tal esfuerzo. Pero hubo un esfuerzo; máximo, titánico, para ofrecernos un montaje ligero, dinámico, lleno de recovecos ideológicos sobre la profesión de payaso, de caricato, de intérprete.

Un texto corto expandido conceptualmente a una diatriba en favor de la conquista de los sueños personales y en contra de las cortapisas sociales. El actor es actor desde que nace. Puede haber formación, puede haber experimentación, pero el espíritu está ahí desde los inicios. Y para ello, López sacó adelante un personaje complicado (¿qué personaje no lo es?) sacándolo de su zona de confort y haciendo un esfuerzo para darle matices cómicos y de paso, ofrecernos una muestra de lenguaje corporal que era digno de agradecer. Para Paco López lo fácil hubiese sido dejarse llevar por el gran material de partida (¿qué obra de Teba no lo es?) y pecar de acomodaticio, pero supo insuflarle bríos a un personaje que jugó a ser físico, esquivo, rocoso en algunos momentos y sentimental en otros. Apoyado en una escenografía sobria y en una iluminación que acompañó la narración con delicadeza y muchos matices, supo sacar algo del calor de un personaje que muestra la frialdad de un mundo que es capaz de detestarle y de paso, enviar ese calor al valiente público que se acercó a las instalaciones del Moderno en una desapacible noche.

Morraya Teatro sigue en su línea de hablarnos del lado de los desfavorecidos, de aquellos que no son agraciados con el mundo que les ha tocado vivir. Lo hicieron en su anterior montaje y amplifican el mensaje en esta obra de Javier García Teba que nos lleva a pensar de forma concienzuda si en vez de enviar a la mierda a los actores, habría que hacerlo con otros que se lo merecen mucho más. No en vano, un actor solo está aquí para hacernos la vida un poquito más alegre. Que no es moco de pavo, oiga.



jueves, 14 de diciembre de 2017

Feliz heavy metal!

Hoy pega ponerse temazos de Mötley Crüe...





miércoles, 13 de diciembre de 2017

Encontradizos

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".

Cortázar sigue dejándome KO.



Palabras que saben a Gloria

Muerte es que no nos miren los que amamos,
muerte es quedarse solo, mudo y quieto
y no poder gritar que sigues vivo.


La alegría vence a la muerte. Gloria se nos fue un día lanzando versos y regando de sonrisas nuestras vidas. Malditos aquellos que creen que no era buena poeta. Lo es tanto en cuanto, nos hacía felices. La poesía, el arte, la música, la risa... Hermanos de corazón y de razón. Aunque a veces la sinrazón sea buena compañera de viaje.

Foto: @zuhmalheur
Alegría la que nos llevamos al encontrarnos en Chiclana con Teatro de Malta que venía con uno de sus montajes de postín: el que precisamente lleva por título Alegría y que no es otra cosa que un inmenso homenaje al discurrir vital de Gloria Fuertes, poeta de luces que nunca dejará de guiarnos por la senda de la verdad y el conocimiento. Un espectáculo, premiado en los Max, y que lleva ya un recorrido intenso, largo y fructífero por la geografía española haciendo proselitismo de la obra de Gloria, que no es otra cosa que la obra de la vida. Ella hablaba seriamente a los niños de aprovechar el momento, de gozar con los pequeños placeres, de disfrutar con la música y las palabras, de jugar... Y Teatro de Malta nos llevó a un circo donde nos apresuramos a juguetear con libros y más libros. Volaron cuartetas, rimaron sonetos, se compusieron canciones y aparecieron las risas de la mano de doña Pito Piturra (¿o no era ella?) y del señor Antropelli (¿o no era él?), grandes anfitriones que invitaron al público (tirón de orejas a los chiclaneros por no acudir en masa a este espectáculo) a una función plagada de momentos mágicos, de pura ensoñación, de vertiginoso proceder y de risueño desenlace.

Es larga la trayectoria de Teatro de Malta en producciones pensadas ex profeso para los niños... pero que pueden ser igualmente disfrutables por los mayores. La vigorosa dramaturgia y dirección de Marta Torres, una mise-en-scène potente, música evocadora, más incluso cuando los personajes la producían y dos actuaciones de altura, las de Margarita Blurk y Delfín Caset, perfectos payasos (qué maravillosa profesión esa) con demostrado amor por el trabajo y que intercalando versos, personajes, historias de Gloria Fuertes en la dinámica del texto, supieron dar el justo homenaje a la poeta madrileña... y por ende, a todos nosotros que la queremos, la veneramos y la echamos cada día de menos.

Alegría es un montaje para ser disfrutado. Magnífica idea de partida, gran preparación escénica (preciosos tanto el vestuario como la iluminación). Está hecho para ser vivido. Está pensado para hacernos reflexionar sobre la valía de una vida vacía -la que nos quieren vender-, y la que realmente merece la pena -aquella que podemos construir con nuestros pensamientos y con unas cuantas palabras-. Fuertes lo sabía y por eso se empeñó en que nos enteráramos lanzando poemas a los cuatro vientos. Y Teatro de Malta es depositario del bien más preciado que ella supo dar al mundo: su voz y su palabra. No queda otra cosa que proclamar nuestra alegría por esas palabras que nos saben tanto a Gloria.



martes, 12 de diciembre de 2017

Apuesta a ganador

Foto: @zuhmalheur
Jugar solo es muy triste. No hay interacción, no buscas las miradas de los amigos, no encuentras la sorpresa en cada momento, sabes que siempre saldrás ganador del envite. Lo dicho, es triste. Por eso, hay que encontrar la complicidad en el otro, el entendimiento, el saber que hay un enfrentamiento cordial en el que dos, tres o más partes se lo apuestan todo para salir vencedores. Y Juan Carlos Avecilla es uno de estos locos osados.

Lo es porque sabe exponerse. En el mundo del arte es necesario ser un valiente, querer mostrarse aunque sea para equivocarse. No fue así en esta ocasión. Con Tic Tac Toe, el bailaor chiclanero trajo a las tablas del Teatro Moderno (después de presentarse el año pasado con Melómano) una idea para arraigarla en baile, en cante y toque esenciales, de amplio registro, de gran hondura y calado. Y lo hizo con la ayuda en la parte musical de Daniel Yagüe (guitarrista de raigambre, de toque atávico, que se hace notar sin casi percibirse su maestría) y con las voces serenas y sencillas de Desirée Paredes y Pablo Oliva: ella, sentimental y muy vivaz; él, grave y depositario de los cantes con más solera. Con este acompañamiento se construyó la historia de Tic Tac Toe, una coreografía barroca, conceptual, intensa y preciosista, que gusta de recrearse en detalles, en escorzos, un auténtico ejercicio de interpretacion y de caracterización del personaje del que Avecilla supo sacar todo el jugo.

Poseedor del toque magistral que muy pocos bailaores pueden demostrar ante el público, Juan Carlos quiso jugar con el respetable y con sus compañeros de escena. Sus gestos contaban una historia de felicidad, de ingenuidad, de sonrisa perpetua anclándose a los cantes y bailes más genuinos. Una auténtica clase para profanos en la materia ya que se recorrieron palos de muy diversa condición, pero también un divertimento de altura para aquellos entendidos en la materia. Del polvo que levantaban los pies de Juan Carlos del escenario surgían los ecos añejos de la soleá, la caña, el fandango, las alegrías y los tangos (cantes gaditanos que no pueden faltar y que levantaron al público en perfecta comunión con los artistas).

Jugamos a lo sencillo. Cuando éramos niños preferíamos la caja a lo que esta contenía. Cogíamos una tiza y trazábamos mundos imaginarios en el suelo. Con un amigo jugábamos al tres en raya y siempre queríamos ganar. Pero si no, no ocurría nada. Siempre había otra oportunidad, otro juego. Juan Carlos Avecilla nos invita a jugar, a ensoñar, a participar en un momento de felicidad a base del flamenco del que muchos hemos bebido. En este caso, Tic Tac Toe es saber que se apuesta siempre a ganador.



lunes, 11 de diciembre de 2017

El final es el comienzo

Las luces del Real Teatro de las Cortes se fueron apagando paulatinamente con el eco de los aplausos del público que llenó el histórico recinto en una sesión magnífica: la presentación del segundo disco de Random Thinking, Right here and now. Tan alta ocasión merecía tirar de épica, de sueños, de constancia, de mentalidad ganadora y los profesionales sobre el escenario pusieron toneladas de todo ello para impulsarnos hacia melodías de otro tiempo y otro lugar que sonaron cercanas, humanas. Sonaron a Aurora y a Ángel. Sonaron a dos hermanos con una idea y un proyecto común bien ideado y mejor elaborado. Random Thinking es sinónimo de éxito y lo corroboraron en Las Cortes con un show bien medido y trenzado con el que dejaron la impronta que solo quedan en las más elevadas ocasiones. A su favor también jugó el verse acompañado por un grupo de músicos eficientes, que sin grandes alharacas, supo arropar bien a los grandes protagonistas de la función.

Foto: @zuhmalheur
Un largo y (a veces) tortuoso camino es el de la música. La farándula tiene estas cosas. Que es muy agradecida cuando suenan aplausos cercanos e insistentes pero muy dolorosa cuando te vas haciendo el camino. It's a long long road habla de eso. Es su primer single del nuevo disco. Es su canción fetiche y el concierto acabó con la épica de un tema pleno de matices rock y atemperado con la voz celestial de Aurora. Música en creciente ascenso, momento de gloria, éxtasis colectivo y la gente vitoreando y aplaudiendo. Es lo que merecen los Mesías de la música. Es la recompensa atribuida a un gran trabajo.

Los finales pletóricos son seña inequívoca de que antes el público se ha ido calentando con un puñado de canciones que en directo suenan bien ensambladas, perfectamente armónicas y lo suficientemente potentes. En acústico son un puntal. Saben defender a la perfección su repertorio, pero este nuevo disco de los isleños tiene grandes momentos para ser acompañados por una banda. Live to tell o Gonna take some faith suenan a gloria con la banda, aunque se agradecen los momentos íntimos, el mano a mano entre hermanos, acústica frente acústica, la voz desnuda de ella, el genio musical de él. El concierto tuvo su puente más cercano, más intimista con unos pocos temas (versión incluida del viejo blues de Robert Johnson, Malted milk) con el que quieren reivindicarse en esta parcela. Las parcelas intermedias del concierto en Las Cortes también sirvieron para echar un vistazo a ese primer disco con el que el mundo empezó a conocer a Random Thinking. Hubo recordatorios en forma de canciones como Shocked plant y Off season, entre otras.

Pero la noche pertenece a los amantes como aullaba Patti Smith. Los amantes de un sonido, el de Random Thinking que se ha vuelto más acerado, más centrado en sacar distintos matices sonoros a su música. Con Fear y We just don't really care, asomaron su parte más radical, su propuesta más innovadora por cuanto son temas complicados, plenos de experimentación. El segundo incluso, se quedó fuera del tracklist final del album. Fue una sorpresa su inclusión en el repertorio del show y también una pena que se quedara finalmente fuera del disco.

El concierto comenzaba tocando diversos palos. Desde el instrumental Distant hearts, pequeña perla sumida en la belleza hasta una primera aproximación a It's a long long road pasando por la calidez vocal y sonora de Southern blood, uno de los temas más redondos de este disco, pieza que es una prueba de la madurez del sonido de la banda isleña.

Y hemos llegado al final que es principio. El final como comienzo. Random Thinking ponen un punto y seguido con este concierto en su tierra. Es ahora cuando comienza todo. Cuando Right here and now va a empezar a rodar por toda la geografía nacional (¿para cuándo el salto a otros escenarios allende nuestras fronteras?). Es ahora cuando Aurora y Ángel tienen en su mano la posibilidad de ser únicos en su especie. Aquí y ahora. Es el momento de comenzar. Es el momento de Random Thinking.



domingo, 10 de diciembre de 2017

Shuarma o el equilibrio posible

Foto: @zuhmalheur
Cercano, cortés, amable, íntimo. Tanto Shuarma en su post concierto como el propio show en sí fueron así. El front man de Elefantes pasó por El Pelícano de Cádiz para ofrecernos su otro yo, su cara más desnuda en formato acústico y para ello eligió temas de su carrera en solitario y algunos préstamos de canciones que han significado grandes cosas para él... y también para nosotros.

Abriendo el Festival de Música Española de Cádiz, Shuarma se presentó escaso de equipaje (sus guitarras y un buen surtido de canciones) bajo la bóveda de la sala gaditana para hablarnos quedo, a media voz, pero con grandes dosis de emoción y a veces hasta de dramatismo, que para eso él tiene de sobra. Descubrió para quien no las conociera un ramillete de canciones de su corta pero intensa carrera en solitario pero comenzó su concierto gaditano con una aproximación a Moon River, el temazo de Henry Mancini que inmortalizó Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. Despegamos con La única opción, canción con la que se nos alumbró el marcado sentido acústico y poético de un artista rico en matices, lleno de estratos y polivalente. Le conocemos dándolo todo ante grandes audiencias, pero Shuarma se metamorfosea en un artista que sabe pisar el formato acústico para ofrecernos perlas llenas de lirismo. Hay que descubrir su discografía para poder auscultar la apuesta por el amor y el desamor, por la permanente búsqueda de la felicidad, por el perfecto conocimiento de estados de ánimo en ebullición que Shuarma plantea en cada disco, en cada canción.

En un concierto muy uniforme, sin grandes alharacas, sin demasiados aspavientos y sin alardes de ningún tipo, Shuarma quiso pasar la noche bajo la luna gaditana contando historias de cada número musical, con momentos de gran emoción cuando revisita temas de amigos como Julio Numhauser (autor de Todo cambia), Antonio Vega o Bowie y alternando con aproximaciones a su personalísima trayectoria. Las versiones de Shuarma son suyas, propias, diferentes, personales. Son las características que debe tener una buena cover, porque si suenan igual que las originales, ¿para qué quedarse con la copia?

De su propia cosecha, resonaron plenas de contundencia canciones como , Rompe el espejo, Virgen de Guadalupe o Lo que queramos creer para ir acabando con Otra ráfaga de luz, que sonó apabullante a la guitarra. Pruebas fehacientes de que aunque corta, la carrera de Shuarma se aleja de convencionalismos y de territorios fáciles sobre los que transitar. Hay riesgo, hay compromiso con sus sones. Sones que nos aproximan a una persona que nos regaló un par de horas de su vida para que encontráramos el equilibrio posible. Alguien que nos ofertó un puñado de temas en los que encontramos confort, refugio, paz. Nada más que eso, amigos.




sábado, 9 de diciembre de 2017

La lógica sonora de Random Thinking

Después del primero viene el segundo y tras algo bueno tiene que venir, por lógica, algo mejor. Lo dicta la lógica. Ese es el resumen apresurado de la aparición en el mercado del segundo disco de Random Thinking, el nombre tras el que emergen las figuras de Aurora y Ángel, hermanos ellos procedentes de la Isla de León y que tras sorprender con su primer largo en 2014, ahora confirman lo allí apuntado con una continuación que lleva por título Right here and now.

Es este un disco pleno de lógica. Fieles a un sonido polivalente, lleno de matices, rico en capas, Random Thinking aplica el sentido común a este trabajo grabado en PKO Studios bajo el amparo de Caco Refojo. Producción esmerada a cargo de Aurora y Ángel y un sonido limpio, marcado, hecho así para que el oyente descubra la calidez de la voz de ella y los contrastes sonoros de él. En esa lógica se mueve el disco: lo ya esbozado en un primer disco que sorprendió a propios y extraños, se magnifica, se amplifica y crece de forma exponencial en este segundo paso en la firme carrera de la banda isleña.

La lógica también dicta que, aunque la experimentación sea buena, sentar las bases del éxito en lo que ya conoces es la receta adecuada. Random Thinking bucea en sus influencias musicales y se liberan de etiquetas y corsés para ofrecernos un disco de amplios registros. Desde potentes números donde vence el rock como It's a long long road, hasta momentos intimistas e instrumentales como Borli, que cierra el disco o Distant hearts con un mero esbozo vocal tan sólo acompañando a una preciosa composición sonora. Tenemos motivos también para sonreir por la versatilidad vocal de Aurora que se trasmuta en cada tema como demuestra en la canción que da título al disco y en la que recuerda a una juvenil Chrissie Hynde o en Gonna take some faith, hermoso tema donde los instrumentos de cuerda predominan y donde encontramos reminiscencias de la cálida voz de Stevie Nicks. Casi nada. Pero no, no es gratuito nuestro alborozo por descubrirles una de las mejores voces de la música popular de este país.

Este segundo album de los isleños marca una nueva pauta. Ángel ha sacado lo mejor de sí y da una auténtica lección en los arreglos y la instrumentación que, capa tras capa, muestra una construcción musical primorosa. Si Phil Spector tenía su Muro de Sonido, Random Thinking ha sabido edificar un puñado de buenas canciones desde unos cimientos acústicos hasta elevarlas a monumentos sonoros.

Y sí, suenan a América. Suenan a blues, a southern, a free jazz, a rock y a pop, a folk y a honky tonk bar. Y se atreven a ponérselo a ellos mismos más difíciles sacando adelante temas que suenan con un ensamblaje perfecto: Southern blood con esas maravillosas líneas de saxo o Quite sickening, donde arreglos, composición y voz se solapan, juguetean y nos llevan al gozo.

Right here and now es un disco para degustar, para escuchar varias veces (del tirón, porque es adictivo) y es por encima de todo, la constatación de la lógica de una carrera que auguramos plena de éxitos para Random Thinking.





viernes, 8 de diciembre de 2017

Inmaculada Concepción

Seguro que durante la inmaculada concepción de vuestro señor Jesucristo, sonaba esto de Brian Eno... Yo me lo imagino así...





jueves, 7 de diciembre de 2017

Cachitos de "periodismo" XXXVIII

Os voy a dejar un segundito para adivinar quién acaba así una nota de prensa sobre la actuación de un grupo de teatro en Chiclana...


"Y es que la belleza no siempre ha de buscarse y mirarse en el propio objeto estético sino también en el proceso de hacer posible la generación de más y mejores artistas. El ejercicio continuado en espacios apropiados favorece su perfeccionamiento profesional, el incremento de sus capacidades comunicativas y generativas ante sus propios ciudadanos y ciudadanas siempre con voluntad crítica pero a la vez atenta y, por último, y el fomento directo e indirecto de empleo por y para la Ciudad".

Ya sabéis, ciudadanos y ciudadanas de esta gran "Ciudad". Id al teatro que seréis mejores personas. Os lo dicen unos titulados en Periodismo.



lunes, 4 de diciembre de 2017

Me encanta tu poesía de mierda

Algo así diría Nicanor Parra de su propia poesía... Genio.

[...] Contra la poesía de las nubes
... Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
—Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos—
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.

Fragmento de Manifiesto. Recogido en Obra gruesa (Santiago, Universitaria, 1969).
Nicanor Parra.



sábado, 11 de noviembre de 2017

La medalla de Chiquito

La luz de Chiquito, con la que nos ha guiado por el camino del humor, de la felicidad, se va apagando poco a poco. Tiene ganas de encontrarse con su Pepita que le dejó solito hace ya unos años. Y desde entonces, Gregorio, nuestro Chiquito, estaba más tristón. Ya no soltaba tantos jaaarl, ni llamaba fistros a los que se cruzaban con él agradeciéndoles con sonrisa eterna todo lo que este malagueño universal ha hecho por todos nosotros.

Creo que estamos en deuda con Chiquito de la Calzada. Por llevar toda la vida trabajando por hacer felices a los demás. El éxito le llegó de mayor pero a tiempo. Lo ha disfrutado mucho y bien. Hasta que se le van yendo las ganas de vivir. Por eso, antes de que pase algo que nadie quiere, yo quería darle mi reconocimiento -que es también el de todos vosotros, lo sé- y a buen seguro que él, estará contento con eso. Es así de humilde.

A los que pedís (con justicia) que a Chiquito había que darle la Medalla de Oro o de Plata de Andalucía e incluso el que le nombren Hijo Predilecto, creo que ya vamos tarde. Yo no le quiero ver en el listado de premiados junto a la Duquesa de Alba, Felipe, un arzobispo o la Pantoja. Para mi, la mejor medalla que se va a llevar el gran Chiquito es la sonrisa de la gente.

Y ahora, pecador de la pradera, deja de quedarte con todo el mundo y despierta de ese coma para cagarte en nuestras muelas una vez más.

Ale, un chistaco...


Y Gregorio por malagueñas...






viernes, 3 de noviembre de 2017

Día de la poesía

Ah no, que no es hoy. Da igual: E-bow the letter. REM con la gran Patti Smith... Pura poesía.


Look up, what do you see?
All of you and all of me
Fluorescent and starry
Some of them, they surprise
The bus ride, I went to write this,
4:00 a.m, this letter
Fields of poppies, little pearls
All the boys and all the girls sweet-toothed
Each and every one a little scary
I said your name

I wore it like a batch
of teenage film stars
Hash bars, cherry mash
and tinfoil tiaras
Dreaming of Maria Callas, whoever she is
This fame thing, I don't get it
I wrap my hand in plastic to try to look through it
Maybelline eyes and girl-as-boy moves
I can take you far
This star thing, I don't get it

I'll take you over there
I'll take you over there
Aluminum, tastes like fear
Adrenaline, it pulls us near
I'll take you over
It tastes like fear there, I'll take you over

Will you live to 83? Will you ever welcome me?
Will you show me something that nobody else has seen?
Smoke it, drink, here comes the flood
Anything to thin the blood
These corrosives do their magic slowly and sweet
Phone, eat it, drink, just another chink
Cuts and dents, they catch the light
Aluminum, the weakest link
I don't want to disappoint you
I'm not here to anoint you, I would lick your feet
But is that the sickest move?
I wear my own crown and sadness and sorrow
And who'd have thought tomorrow
could be so strange?
My loss, and here we go again

I'll take you over there
I'll take you over there
Aluminum, tastes like fear
Adrenaline, it pulls us near
I'll take you over
It tastes like fear there, it holds us near
I'll take you over

Look up, what do you see?
All of you and all of me
Fluorescent and starry
Some of them, they surprise
I can't look it in the eyes
Seconal, spanish fly, absinthe, kerosene
Cherry-flavored neck and collar
I can smell the sorrow on your breath
The sweat, the victory and sorrow, the smell of fear
I got it

I'll take you over there
I'll take you over there
Aluminum, tastes like fear
Adrenaline, it pulls us near
I'll take you over it tastes like fear there
I'll take you over

Pulls us near
Tastes like fear..

Nearer, nearer
over, over, over, over
Yeah, look over
I'll take you there, oh, yeah
I'll take you there
Oh, over
I'll take you there
Over, let me
I'll take you there..
There, there, baby, yeah..

Y una traducción guapa que he encontrado por ahí.

Mira hacia arriba. ¿Qué es lo que ves?
Puedes ver todo sobre mí,
y sobre tí, fluorescente y estrellado.
Algunos de ellos, se sorprenden…
Un viaje en autobús. Escribí ésto.
Las 4 de la mañana. Ésta carta.
Campos de amapolas, pequeñas perlas.
Todos los chicos, y las chicas, con sus brillantes sonrisas.
Cada uno de ellos, y todos juntos a la vez, dan miedo.
Dije tu nombre…

La llevo como una insignia
de una estrella de cine adolescente
Una piedra de hachís, un caramelo de cereza,
una diadema de papel de aluminio.
Soñando con Maria Callas dondequiera que ella esté
Esta fama que me persigue, yo no la busqué
Envuelvo mi mano en plástico, intentando ver a través de él
Maybelline en los ojos, chica busca chico.
No te puedo llevar lejos
Ésto de ser una estrella, no fue lo que elegí.

Te llevaré allí
Te llevaré allí
Aluminio, sabor a miedo
Adrenalina, nos empuja juntos
Te llevaré
Allí, sabe como el miedo. Te llevaré

¿Vivirás hasta el 83? ¿Seré bienvenido para tí algún día?
¿Me enseñarás algo que nadie haya visto antes?
Fúmalo, bebe. Aquí llega ese fluido
Lo que sea para licuar más la sangre
Éste corrosivo practica su magia lenta y dulcemente.
Teléfono, cómelo, bebe. Tan sólo otra grieta.
Cortes y golpes, capturan la luz.
Aluminio, el enlace más débil.
No quiero decepcionarte.
No he venido para darte la paliza. Lamería tus pies,
pero, ¿no es ése un acto enfermizo?
Llevo mi propia corona, tristeza y pesar.
¿Y quién se iba a imaginar que el mañana
sería tan extraño?
Mi pérdida, ahí vamos otra vez…

Te llevaré allí
Te llevaré allí
Aluminio, sabor a miedo
Adrenalina, nos empuja juntos
Te llevaré
Allí, sabe como el miedo. Nos mantiene juntos.
Te llevaré

Mira hacia arriba. ¿Qué es lo que ves?
Puedes ver todo sobre mí,
y sobre tí, fluorescente y estrellado.
Algunos de ellos, se sorprenden…
No puedo mirarlo a los ojos.
Seconal, Spanish Fly, absenta, keroseno.
Collar de perlas con sabor a cereza.
Puedo oler el aroma a tristeza en tu aliento.
El sudor, la victoria, la tristeza. El olor del miedo,
lo tengo.

Te llevaré allí te llevaré allí
Te llevaré allí te llevaré allí
Aluminio, sabor a miedo
Adrenalina, nos empuja juntos
Te llevaré. Sabe a miedo allí-
Te llevaré.

No empuja.
Sabe a miedo…

Más cerca, más cerca.
Arriba…
Sí, mira arriba
Te llevaré allí, sí.
Te llevaré.
Oh, allá arriba.
Te llevaré.
Arriba. Déjame…
llevarte allí.
Allí, allí, cariño, sí...






jueves, 2 de noviembre de 2017

El poeta del fuego sagrado

You live your life as if it's real
A thousand kisses deep...


El poeta del fuego sagrado se fue lentamente, desvaneciéndose, susurrando palabras, recitando poemas y dejándonos You want it darker, un disco lúgubre y mágico como testamento vital. No hacía falta que nos maravilláramos de su gloria pero Leonard Cohen quiso morir cantando y contando, llevándonos de nuevo al séptimo cielo de los trovadores de lo milagroso. El poeta del fuego sagrado mantiene su compromiso con la vida a través de versos y canciones.


Cohen entendió como pocos que en el crisol de estilos estaba la salvación de la poesía y la música. Todos recordamos aquel benéfico encuentro con ese español mendigo en Montreal que le enseñó cuatro acordes y le contó historias del flamenco viejo y de Lorca. Ahí cambió la vida de Leonard Cohen. Ahí se magnificó su figura. Entramos en una nueva dimensión. Años más tarde, los flamencos conocieron al genio canadiense. Una noche, un amigo suyo puso un disco de Cohen a Pepe Habichuela y Enrique Morente y los maestros quisieron conocerlo. La sinergia estaba lista. Y de esa noche al homenaje continuo del cante jondo, a las traducciones y traslaciones del cancionero de Cohen al universo flamenco, a Omega, pocos pasos fueron dados.

Ese amigo de Cohen que abrió los ojos a los flamencos fue Alberto Manzano, biógrafo y traductor del poeta canadiense y una de las figuras que más y mejor le conoce. Se pasó por Chiclana para hablarnos, para recitarnos y para ofrecernos como regalo un espectáculo -Flamencohen- que aúna versos y música, canciones y flamenco bajo la inspirada égida de la cantaora Rocío Segura y la Banda del Corazón, agraciado grupo de acompañamiento (que contaba con uno de los violinistas que acompañó a Leonard en su última gira). Todo el conjunto se desvivió por ofrecernos un repaso de la confluencia entre la obra de Cohen y su impronta flamenca. Textos que pasaron por las manos de Duquende, Mayte Martín, Enrique Morente (en su inmortal disco Omega) y que sonaron frescos, vibrantes y emocionales en la voz de Rocío Segura y en la magnífica pulsión musical de la banda de acompañamiento. A thousand kisses deep, Hallelujah, Chelsea Hotel #2, Famous blue raincoat, The gypsy wife... Temas inmortales que traducidos por Manzano, llenaron de poesía y flamenco el Teatro Moderno de Chiclana.

Un precioso recuerdo a un artista inconmensurable, un acercamiento para neófitos, una gozada para los ya iniciados. Flamencohen nos recordó cuánto le debemos a Leonard Cohen, ese protector del fuego sagrado, ese poeta que nunca pudo agradecerle a aquel vagabundo todo lo que le pudo enseñar en cuatro tardes.

Fotos: @berenjenacompany



miércoles, 1 de noviembre de 2017

La disimulada reconversión de Bunbury

Don Enrique Bunbury siempre me ha parecido un personaje muy lampedusiano: que todo cambie para que no cambie nada. No lo tiene fácil el zaragozano puesto que debe contentar a su numerosa prole de seguidores que a estas alturas del partido quiere al Bunbury honesto, al que es capaz de ofrecerle un ramillete de temas inconfundibles en su temática, en sus capas sonoras, en sus recorridos vertiginosos por las músicas de aquí y de allá.

Bunbury se reconvierte a cada paso, en cada disco, diríamos que en cada concierto. Y ya decimos, no es fácil. No es fácil parecer que haces lo mismo cuando en realidad vas evolucionando sobre una misma senda. Probablemente por eso, por esa disimulada reconversión, su carrera sea una de las más calculadas del panorama musical nacional. Ahora nos lleva a otros territorios con Expectativas su último disco con el que de nuevo se lanzará a la carretera, que es lo que a un músico como Bunbury le pone de verdad.

Expectativas llega en un momento especial para el músico aragonés. Recién cumplidos los 50, con vida sosegada alejada de esta España ajada y arrastrada, Enrique asume un papel de observador cuasi omnisciente sobre las realidades poliédricas que le ofrece este mundo. Y se desmarca con un disco honesto, sin brutalidades, sin estridencias, pero pleno de mensajes diáfanos, claros, llamadas de atención sobre la deshonra de la mentira y sobre la necesidad de afirmarse uno mismo.

En las entrañas musicales de Expectativas, nos topamos con diversas tonalidades, muchos Bunburys, nuestro Rey Lagarto, que parte y reparte buenas muestras de lo versátil que es un género como el rock, abanderado por el aragonés errante en otro ejercicio de funambulismo en forma de disco. Buenos tiempos para la lírica rockera de Bunbury y Los Santos Inocentes, su banda de referencia. Si es cierto que en este disco, se han abandonado ciertos lugares y tropos simbolistas, tan del gusto bunburiano para acercarse con proximidad a una realidad preocupante, cuasi mundana, circunstancia que es de agradecer en un músico y ciudadano militante. Ejercicios curiosos y divertidos como Bartleby-Mis dominios, temas contundentes llamados a ser carne de directo como Cuna de Caín o La ceremonia de la confusión y manifiestos abiertamente reivindicativos como Mi libertad pueblan un trabajo producido con pulcritud y esmero. Expectativas es un disco para ser escuchado de arriba a abajo, en modo conceptual. Diviértanse con los recovecos sonoros, con las experiencias lingüisticas, con el devenir de ideas. Así es Bunbury. Para bien o para mal. A unos les gusta (a nosotros), otros lo desprecian sin alcanzar a saber por qué. Pero siempre nos quedará la figura erguida de quien se sabe insobornable.

Aún estamos a la expectativa de la siguiente transmutación del aragonés...





martes, 31 de octubre de 2017

Mujeres de palabras tomar

Me hubiese encantado tomarme una cerveza con Aristófanes o una retsina o un hidromiel o lo que sea que bebieran en la Grecia de hace unos 25 siglos. Tomarme un algo con el gran comediógrafo porque aparte de ser un cachondo, seguro que tendría mucho que compartir sobre filosofía, política, el estado de la vida en general y el teatro. Y esas son cosas de las que me gusta debatir. Pero como por desgracia no tengo una máquina del tiempo a mano para poderme ir a conocerlo, al menos me conformo con ver sus obras sobre el escenario. Y ya si es un montaje del Taller de Teatro Grecolatino de Taetro, el aliciente es aún mayor.

No voy a descubrir aquí las bondades que emanan de este taller formado por chavales de instituto que se involucran al máximo en levantar un texto que en principio, les es ajeno por completo. No es su lenguaje, no es su léxico, es totalmente lejano temporalmente hablando, pero la moral que en esos añejos escritos está presente es de andar por casa. Por eso los clásicos aún funcionan y por eso, siguen estando totalmente vigentes, mal que les pese a algunos.

Los integrantes del Taller de Teatro Grecolatino dejaron atrás las locas comedias plautinas de anteriores años para meterse en las honduras a las que Aristófanes somete a la dramaturgia. Comedia pura. Sofisticada a ratos, dicharachera en otros, siempre punzante. Con Las Tesmoforias (su estreno de este 2017), los chicos del taller además se apuntaron a hablar de igualdad de género, del papel de la mujer en la sociedad, de travestismo y transexualidad, del poder de la literatura para cambiar el mundo y de muchas más cosas con el marchamo humorístico del comediógrafo ateniense. Aristófanes usa este texto para desmontar y atacar a su más acérrimo rival, el poeta trágico Eurípides, que siempre caracterizaba a las mujeres en sus obras de locas, histéricas y origen de todos los males de la sociedad del momento. La comedia arroja luz sobre el decisivo papel femenino en la Grecia clásica y lo hace mediante la sonora crítica de la obra de Eurípides, el ataque más despiadado y mordaz a sus textos y poniendo en marcha la maquinaria cómica propia del opus de Aristófanes.

Sobre el escenario, el montaje de los chicos del Taller de Teatro Grecolatino hizo honores al texto de partida. Una adaptación del original portentosa que solventó los problemas de entendimiento que pudieran surgir entre el personal asistente al Teatro Moderno de Chiclana y que ayudó a una puesta en escena dinámica, sorprendente por briosa y que supo intercalar los momentos más cómicos con los que exigían una pausa para dejar en el aire el mensaje de fondo de Las Tesmoforias, esa asamblea de mujeres en la que se juzga el papel de Eurípides como "enemigo" del papel de la mujer en la sociedad. Los integrantes del Taller de Teatro Grecolatino (todos los años va cambiando el plantel en mayor o menor medida), trabajaron desde el texto hasta el vestuario, pasando por la escenografía y las partes musicales, que también las hubo. Los coordinadores son meros conductores, nunca protagonistas, a diferencia de otras propuestas que pretenden ser similares.

Las caras de satisfacción al terminar la función demuestran que Aristófanes venció. Que la comedia gana, que el teatro triunfa, que este taller de chavales es un puro tesoro y que el púlpito de oradores, coto vedado a los hombres, pertenece a esas mujeres de palabras tomar que poblaron el glorioso montaje de Las Tesmoforias trabajado por ese Taller de Teatro Grecolatino que no podemos perder.


Foto: @zuhmalheur



lunes, 30 de octubre de 2017

Oro, incienso y Scalextric

Llegó el rey Melchor a depositar a los pies del pesebre oro, regalo propio de la realeza con el que se honra a quien soñará algún día con poseer la grandeza del poderoso...

Oro puro en forma de humor. ¿Qué más quieren ustedes? En tiempos de zozobra, tiempos tenebrosos en los que vivimos, refugiémonos en dos cosas fundamentales: el pecado (capital, venial o lo que ustedes quieran) y la risa, antídoto felicísimo para la idiocia que hoy campa a sus anchas por este mundo que Dios padre ha dejado como un secarral. Oro puro lo que nos regaló Manu Sánchez con El último santo, la transfiguración del cuerpo del hombre en actor, en dominador de la escena y de los tempos narrativos. El que obró el milagro de convertir un monólogo en una inteligente sátira de la religión, de la fe ciega y de todo lo malo (es que tenemos mucho, oiga) que tiene el ser humano en su discurrir por este planeta. Oro puro el de un humorista, un payaso que desde el minuto uno sabe cómo meterse al respetable en el bolsillo a base de carisma a raudales, interacción y empatía. Manu sabe qué es lo que le gusta al público y lo da en cantidades industriales. ¡Que no se cansa el tío! ¡Dos horas y cuarto encima del escenario! Y ni un gallo le salió al malaje. Qué asco, qué envidia (sana) le tengo. Ora pro nobis.


En esas estábamos cuando vimos aparecer al segundo de los magos procedente de Oriente. La barba roja y rala nos hizo adivinar que se trataba del bueno de Gaspar, que vino a ofrecer al niño una cantidad interesante de incienso, esencia que denota majestuosidad...

Grande y majestuoso en todos los sentidos fue el espectáculo que nos mostró Manu Sánchez en el Teatro Moderno de Chiclana. Su sentido del espectáculo denota un conocimiento especial de lo que un montaje de estas características tiene que mostrar. Su presencia única en escena hace que la música, la iluminación, la ambientación, tengan que arropar al artista. Pero háganme caso, Sánchez ha demostrado en sobradas ocasiones que a pelo es un comunicador bestial, un tipo que tira por atajos para conseguir su objetivo: la risa. Y lo consigue con un humor fácil -que no facilón-, subyugante porque todos caemos en la cuenta que la diatriba de Manu es conocida pero nos encanta vernos reflejados en esos espejos deformados que el artista sevillano nos pone delante nuestra. Y dentro de ese humor, se va destilando la crítica, atemperada y de bajo nivel en algunos momentos, provocativa en otros, siempre necesaria. En el ambiente huele a esencias, huele a incienso, como en una mañana fresquita de Domingo de Ramos, pero sin capillitas por la calle que a veces son mu pesaos. El señor es mi pastor, nada me falta.

Se nos estaba haciendo ya tarde (y estábamos sin comer ni ná), cuando se nos presentó ante nosotros el magnánimo Baltasar, venido de lejanas tierras africanas... aunque el pobre dio un rodeito bueno. Se postró ante la criatura y dejó colocado a sus pies... mirra no, ¡un Scalextric! Como bien diría la madre de Brian (en La vida de Brian, claro): ¿Eso de la mirra qué es?...

Aún no sabemos qué es la mirra pero sí qué es un Scalextric. Y ciertamente, para la diversión de chicos y grandes, jugar con un circuito de carreras es mejor. Por un circuito sinuoso, furibundo, con más ritmo que el Sarandonga de Lolita nos llevó Manu Sánchez en El último santo. Una obra impecable desde el punto de vista narrativo aunque hay que decir una verdad sagrada: Manu lo tiene fácil. Las religiones, en especial el cristianismo, ya te da los guiones escritos y luego el humorista puede escoger donde quiera para poder hacer el humor y a través de él, provocar la risa en el público. En este montaje, los tópicos no suenan rancios, porque al costumbrismo, Manu Sánchez sabe sumar un magnifico conocimiento del material de partida. Creo sinceramente que nadie puede sentirse ofendido (hablo de los creyentes) con una obra así, pero ¿no es el humor una obra divina? ¿No está hecho el humor para poder subvertir el orden imperante y criticarlo? No reirse es pecado, pero de los malos. Pero aún vendrá algún demonio que quiera buscarle tres pies al gato y criticar a El último santo como una obra ofensiva. Pobres diablos. ¡Ay Manu! ¿Por qué nos has abandonado?

Oro, incienso y un Scalextric se llevó el niño, que más contento que unas pascuas, nunca supo lo que el ser humano (el verdadero demonio de este mundo) le tenía reservado. Cruel destino, pero ante ello y antes de que llegue el tan anhelado Apocalipsis, riámonos joé, que de momento es gratis. ¡Qué barbaridad chiquillo!

Foto: @zuhmalheur



miércoles, 18 de octubre de 2017

El chaval tiene razón

"Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance".
 
François de la Rochefoucauld... Que por si ustedes no lo saben fue un político, aristócrata y militar francés del siglo XVII. Y tenía más razón que un santo, el condenao...



lunes, 9 de octubre de 2017

Momentacos VII

-¿Y de dónde coño eres, recluta?
-Señor, de Texas, señor.
-¡No me jodas! En Texas solo hay vacas y maricones, recluta Cowboy, y tú no te pareces mucho a una vaca, así que ya sabemos lo que eres. ¿Te gusta mamar pollas?
-¡Señor, no, señor!
-¿No te tragas los rabos?
-¡Señor, no, señor!
-Tú debes de ser de esos tipos desagradecidos, que cuando están dando por el culo no tienen ni el detalle de hacerle una paja al otro. ¡No te perderé de vista!

El sargento de artillería Hartman es un hombre recto. Y quiere que sus chicos no se salgan del camino del bien.


La chaqueta metálica (Full metal jacket, 1987). Director: Stanley Kubrick. Interpretada entre por Matthew Modine, Vincent D'Onofrio y R. Lee Ermey, entre otros.



viernes, 6 de octubre de 2017

Tres canciones contra la sinrazón (y III)

David, Stephen, Graham, Neil... DSGN/CSNY







jueves, 5 de octubre de 2017

Tres canciones contra la sinrazón (II)

Javier, gracias. Felicidades, Javier.





miércoles, 4 de octubre de 2017

Tres canciones contra la sinrazón (I)

No van de nada en concreto. Es música bonita, sensible, con piel (como diría Floriano). Tres canciones para momentos de rabia y desesperanza... en todos los ámbitos.

Soleá...





Gracias a Violeta Parra

Por darnos la vida. Por su música.


Ella cumpliría hoy 100 años, pero suena como si tuviera 17.



lunes, 2 de octubre de 2017

No todo va a ser follar

Porque Rajoy y Puigdemont tendrán que hablar... No todo va a ser follar.




viernes, 29 de septiembre de 2017

Himnos urbanos

Veinte años de un disco esencial: Urban Hymns de The Verve.





martes, 26 de septiembre de 2017

Los rincones de Fernando


Fernando nunca fue chiclanero. Quiñones no era de aquí. Él amaba Cádiz...

Fernando Quiñones nació en Chiclana, cosa puntual y anecdótica. Circunstancia puramente casual como lo es el nacimiento de todos ustedes. Nos dicen que debemos participar de cierto sentimiento de pertenencia. Ser de tal o cual sitio. Luego aparecen fronteras, límites, himnos, banderas y las ínfulas patrióticas. Pero como dice el refrán, uno no es de donde nace, sino de donde pace. Y Fernando pacía en muchos sitios porque se dio cuenta que el ser gaditano, el ser chiclanero podía disfrutarse mucho más estando en la otra punta del mundo.

Afortunadamente hoy debe quedar pocos irreductibles que creen que Fernando Quiñones no pertenece a Chiclana. Es un lujo poder decir que uno proviene del mismo sitio que el escritor que más y mejor pregonó las bondades de ser de aquí, que dedicó un soneto intenso y sobrehumano a su lugar de origen, que predicó con maestría el buen nombre del cante jondo, que cantó las alabanzas de bodegas y caldos de la zona, que dio voz a los que habitualmente no la tienen.

Fernando es Chiclana y Cádiz, es Hortensia Romero, Conchi Galán y el Cantueso. Canta y bebe como Miguel Pantalón y busca a Glori como lo hace la Nardi. Se inclina ante la poesía de Ibn Jaqan mientras celebra el arte de un torero en una tarde de faena en la plaza de El Puerto. Quiñones es único y es de todos.

Con esa premisa salieron a la calle las bravas gentes de la asociación cultural Taetro, entidad con casi 30 años de existencia dedicada a la promoción de las artes escénicas en la provincia de Cádiz. Ellos nunca tienen un no por respuesta y al requerimiento de la Fundación que lleva el nombre del literato chiclanero, respondieron con grandes dosis de ganas, desparpajo y conocimiento de la vida y la obra quiñonesca.

Precisamente, con ese adjetivo nombraron a la ruta que prepararon hace unos días y cuyo objetivo no era otro que el de acercar los aconteceres vitales de Fernando. Unos personajes escogidos, impregnados de pura esencia callejera fueron los protagonistas de la I Ruta Quiñonesca, que fue preparada e interpretada por los integrantes de Taetro, dejando un buen sabor de boca entre el numeroso público presente.

Un trasunto de Fernando Quiñones convertido en periodista investigador de la propia labor del escritor, dos (una no, dos) Hortensia Romero -una mayor, otra más joven, en un juego que dio mucho que hablar-, Miguel Pantalón (protagonista de El testigo), la Nardi (otro personaje francamente quiñonesco), Ibn Jaqan y Juan Cantueso, protagonista de La canción del pirata, fueron los guías de tan histórica ruta por las calles del casco histórico de Chiclana hasta desembocar en el Museo Taurino Paquiro, lugar de excepción que acogió el baile de una puella gaditana, aquella que tanto celebrara Fernando como primeras exaltadoras del arte gaditano.

Una ruta bien trenzada y elaborada, preñada de humor, de personajes de gracia quiñonesca, malhablados en ciertos momentos, emotivos en otros, orgullosos de pertenecer al imaginario de una literatura, la de Fernando, que está ahí para ser degustada. Porque esta ruta ha tenido a bien conseguir algo: poner la primera piedra de un edificio mayor, que no es otro que el de descubrir para la mayoría la voz de un narrador, un contador de historias, un poeta nacido por y para el pueblo, sea este el que sea.

Foto: @zuhmalheur




lunes, 25 de septiembre de 2017

Cachitos de "periodismo" XXXVII

Vuelve Cachitos de "periodismo" tras las calores. La verdad sea dicha: me he aburrido un poco de leer notas de prensa insulsas sobre fiestas gastronómicas y banderas azules. Tampoco ha salido nada interesante del cansino tema de Catalunya, pero hete aquí que un periodista titulado (de esos que están colegiados a buen seguro en una asociación que defiende los intereses de algunos periodistas) va y larga este maravilloso titular:


Sí, algunos podemitas gaditanos se fueron a la reunión de su formación en Zaragoza donde un grupo numeroso de fascistas y nazis, cegados por banderas rojigualdas (que seguro detestan porque ellos son más de aguiluchos) empezaron a increpar, a insultar y a agreder a los cargos públicos allí presentes.

Es curioso como a un titular tendencioso y penoso se suma el hecho que el redactor en ningún momento se refiere al otro hecho noticioso de la información (hecho verdadero y fehaciente, por otra parte) como es que los que estaban increpando eran de ideología radical de extrema derecha. Pero bueno, quizás es que en los colegios profesionales de Periodismo dan más valor a este redactor con título olvidadizo de la verdad y no a un intruso que cree que ese no es el camino de esta bendita profesión.



Extraños días

En el fecundo 1967 para la Historia del rock, The Doors colocaron dos discos para recordar: The Doors y este Strange Days...






domingo, 24 de septiembre de 2017

¡Doce puntos para ellas!

Solo nos votaba Portugal. Solo Portugal nos daba los doce puntos anhelados, los deseados, los que celebrábamos con furibunda pasión. Luego nosotros le devolvíamos el regalo como la buena acción del vecino que se siente correspondido. Doce puntos eran lo más. Representaban el éxito, aunque luego nos quedáramos de los últimos de Eurovisión. Así hemos sido siempre porque nos conformamos con poco.

Los doce puntos de los Miércoles de Teatro se los doy al Grupo de Teatro Ilusión. Un grupo de chiclaneras (bueno, algún chiclanero también ayuda) que cerró con brillo la trigésima edición de este encuentro veraniego de las artes escénicas. Por segunda vez consecutiva tienen el honor de cerrar el ciclo y han repetido éxito. En esta ocasión, el grupo liderado por Pepa de España se presentaba ante el respetable con la obra Y que le guste a mi madre, original de la propia Pepa. Una obra marcada por las coordenadas ya tradicionales en esta compañía que ha dado nuevos bríos a la escena chiclanera: humor de corte costumbrista, situaciones delirantes, personajes muy bien caracterizados, golpes de efecto en la narración y un buen ritmo a la hora de desarrollar los acontecimientos.

Y que le guste a mi madre es una nueva muestra de cuánto bueno nos ha traído el Grupo de Teatro Ilusión. Al público y a las propias integrantes de la compañía. Creo que no podremos agradecer lo suficiente a Pepa de España su empeño en sacar adelante a este grupo bien avenido y mejor trabajado. Se nota el tesón, la perseverancia, el máximo respeto por el texto de cada montaje. Y se nota donde es más importante: sobre el escenario. Ese trabajo afanoso se traduce en una puesta de escena eficaz, en un espectáculo que da sus frutos porque funciona con la precisión de un reloj suizo. Y si algo falla, no pasa nada, porque las actrices de esta compañía tienen los arrestos suficientes como para poder salir de una situación comprometida. Ahí está la frescura de su propuesta.

No les voy a contar de qué va Y que le guste a mi madre porque seguro que tendrán oportunidad en un futuro cercano de ver este montaje. Este o cualquier otro (en octubre representan en el Teatro Moderno de Chiclana La reliquia, obra de la que ya le hablamos aquí), porque da igual con qué concurran las chicas de Ilusión. El resultado será igual de beneficioso para nuestra salud: risas, bienestar, buen rollo. Solo quiero imitar un poco a doña Suplicio, alma mater de esta obra y otorgar puntos: doce, como la máxima distinción en Eurovisión. Doce puntacos porque el esmero y el trabajo del Grupo de Teatro Ilusión lo merecen. Esta vez no hace falta que Portugal les vote. El público, en cada montaje, les da esos doce puntos y todos los que ellas merezcan.

Solo nos queda decir ¡viva el teatro, viva el Grupo de Teatro Ilusión!

Foto: @zuhmalheur



sábado, 23 de septiembre de 2017

El xenomorfo humano

Las relaciones humanas son complicadas. Las hacemos complicadas. No sabemos dejarnos llevar, le ponemos pega a todo y nos encaminamos sin remisión a la búsqueda de los problemas cuando en ocasiones, lo mejor es transitar por un vía zen con el denominador común de que te de igual todo lo que pase a tu alrededor. Nos evitaríamos males mayores en nuestra interacción social con nuestros semejantes... O simplemente, podemos decir que el ser humano es un tocapelotas de cuidado.

Hoy se ha instalado en nuestra jerga diaria un término que ha ganado fortuna: gente tóxica. Supongo que esa descripción se la inventó un autor de libros de autoayuda (ya saben, ese género "literario" en el que el único que queda "ayudado" es el propio autor por los pingües beneficios obtenidos de la venta de su libro), un día en el que su vecino le calentó la mollera más de lo aconsejado. Y a raíz de ese hecho originario, triunfó la teoría de que existen personas tóxicas a nuestro alrededor, cuando quizás podríamos hablar mejor de comportamientos inapropiados. Afortunadamente no estamos en una película de Tarantino, donde uno podría ajustar cuentas con este tipo de personal con una buena balacera contra el que nos molesta más de lo normal. Pero no estamos en una sala de cine, sino en el teatro. Y sobre las tablas también vemos las razones de ciertos comportamientos humanos. Es decir, el teatro es el comportamiento humano en sí, sublimado unas veces, exagerado otras, pero siempre certero. De eso nos habla Alberto de Casso en El ciclista utópico, penúltima obra que nos llega a los Miércoles de Teatro de Chiclana con la dirección y puesta en escena de Yayo Cáceres y las interpretaciones de Fernando Soto y Fran Perea. Un simple hecho, nada luctuoso, nada dramático pero que desencadena una serie de eventos concatenados en el que uno de los protagonistas se convierte en indeseado parásito y el otro en inopinado huésped.

Una relación tóxica. Como si estuviésemos en una película de Michael Haneke, la puesta en escena de Yayo Cáceres es simple y práctica, mediatizada por una lámina transparente que trata de separar ambas vidas, a pesar que el parásito urde estratagemas para sortearla. Esa pantalla transparente, constantemente violada y traspasada por el personaje interpretado por Fernando Soto, ayuda a que el espectador se sumerja en una acción que se va haciendo cada vez más insalubre, más insoportable, fatalmente violenta. Las interpretaciones juegan a favor de esta mise-en-scène con dos actores exacerbados por los caracteres de sus personajes. Perea como sufrido huésped se revela como un volcán a punto de erupción pero que solo deja salir inofensivas fumarolas ante la insistencia de su contraparte, mientras que Soto se transmuta en encantador de serpientes, ladino y sibilino para llegar a ser ese parásito del que no podemos desembarazarnos. El elemento tóxico de nuestras vidas, el xenomorfo humano que se adhiere con sus tentáculos a nuestro rostro, a nuestra existencia para llegar a destruirnos como ese alien de la película homónima de Ridley Scott.

Al final solo queda destrucción. Desgraciadamente, en nuestras vidas no llegamos a contar con la ayuda de una Ripley que acabe con nuestros monstruos cercanos. Lo tóxico abunda. La utopía, también.

Foto: @zuhmalheur



viernes, 22 de septiembre de 2017

El payaso plano

El payaso blanco, el augusto, el contraugusto, el tony... Muchos estilos pero el que nunca puede aparecer actuando ante el público es el payaso plano. Esta regla de oro es también aplicable a todo incauto que decida alguna vez subirse a un escenario para cualquier tipo de actividad artística. Verbigracia, Pablo Alborán.

El payaso plano peca de monotonía (también de atonía), de no ofrecer al público un espectáculo digno de un payaso, que si ustedes aún no han caído en la cuenta, busca divertir. El payaso plano hace que el público termine por aburrirse y no recuerde al cabo del tiempo nada del espectáculo que han protagonizado. El payaso plano es lo peor que le puede ocurrir a la honorable y seria profesión de los payasos.

Dos payasos de relumbrón estuvieron hace unos días en los Miércoles de Teatro de Chiclana. Este ciclo que llega a los treinta años de vida lleva una carrera paralela a la historia de Los Ulen, casa de esos payasos (Pepe Quero y Paco Tous), que siempre son queridos y bien recibidos por el público chiclanero. En esta ocasión, los payasos de Los Ulen vinieron con el espectáculo Dos idiotas, que en un principio quería ser un homenaje a la esencia de ser clown, como espejo de los desarraigados de la sociedad. Dos parados, un tanto idiotas, que buscan llenar su vida con distintos empleos pero que terminan provocando la sonrisa del espectador. Bueno, se intentó. Porque a pesar del magnífico bagaje de Los Ulen (de ellos hemos disfrutado montajes esplendorosos en otras visitas a la ciudad), Dos idiotas apenas aportó nada a la larga y exitosa carrera de la compañía sevillana. Un montaje un tanto deslavazado que dejó ciertamente frío al espectador que notaba como si una barrera le separara de los actores, que llegaban más al corazón de la gente conforme tiraron de recursos cómicos más trillados (aunque provocan la risa segura). Fueron un par de momentos donde sentimos que la obra tiraba hacia arriba aunque la frialdad recorrió toda la obra. Entraba ahí en acción la figura del payaso plano. Dos personajes que en escasas ocasiones lograron revertir la situación para ganarse el favor del espectador. Dos personajes que quedaron anclados en un círculo vicioso con el que no consiguieron levantar las alabanzas de otras veces, quizás porque el espectáculo no era tan osado, tan radical como han sido otras propuestas de Los Ulen. Echamos de menos a ese payaso.

Aunque todo lo que les hemos contado quizá fuera un truco más de un payaso listo, que quiso hacernos creer que lo que habíamos visto era un simple juego. Quizás ahí estuvo la gracia del asunto. Porque tampoco queremos creer que el recibir el anunciado homenaje por parte de la Delegación de Cultura antes de actuar (eso rompe los esquemas de un actor a punto de salir al escenario, hombre), pusiera nerviosos a tan excelsos payasos. A mi me tocaría un poco los cataplines, pero yo solo soy un simple idiota.

Foto: @zuhmalheur



jueves, 21 de septiembre de 2017

Hoy nominamos a...

A los creadores de la telebasura. Bueno, en realidad ellos no tienen la culpa de ofrecer mierda enlatada en los 16:9 que tienen nuestros novísimos televisores Full HD. Ellos solo acatan órdenes del público que es el que decide qué quiere ver (aunque son ciertamente sibilinos a la hora de inocularnos el virus previamente). Y lo que quieren ver es la miseria humana hecha telerrealidad.

El ser humano es especial. Le gusta el morbo. Ambiciona ver en pantalla los éxitos pero sobre todo, los fracasos del prójimo y si todo se acompaña de alharacas, ruido mediático, discusiones sin sentido y gritos, muchos gritos, mejor. That's entertainment!, que decían los yankees. Y así estamos, en un país donde el bochorno ajeno es vendido como producto de uso masivo para varios millones de españoles que quedan anestesiados gracias a la labor de la caja tonta. Siempre nos quedarán otros canales para aprender, para asombrarnos con la realidad que nos rodea, pero a esas horas estamos echando la siesta.

Da para mucho todo este mundillo de la telebasura y la telerrealidad. Tanto como para que el teatro se luzca sacando los higadillos de este sistema que nos corrompe como seres pensantes. La farsa, la comedia y la astracanada son armas efectivas para mofarse de estas pequeñas miserias humanas donde se despedazan las vidas de unos cuantos a cambio de un buen porcentaje de cuota de pantalla y de unos escasos miles de euros para el afectado. Grandes Hermanos, Supervivientes (con lujos ostensibles), Granjeros que buscan esposa o Príncipes para ciertas chicas que no saben que el cuento de hadas es eso, cuento y que no hay príncipe azul ni de otro color.

La Cía. Milagros nos trajo hace unos días a las tablas del Teatro Moderno una radiografía apasionada y cómica de todo este inframundo. Un príncipe para Leonor, escarnio de este tipo de reality shows a ritmo de comedia loca y desenfrenada, sirvió de catalizador a una noche en la que brillaron de forma absoluta los personajes. Bien caracterizados, perfectamente ensamblados en la historia y con una buena sincronización en escena, los personajes de esa presentadora con pocas luces pero mucha mala baba y esa pánfila candidata a casadera que al final demuestra más luces que cualquiera, son los verdaderos pilares sobre los que se asienta una historia sencilla que cumple perfectamente con su función: farsa, denuncia y divertimento. Sonia Astacio y Carolina Montoya se meten en la piel de unos personajes que tiran de la comedia del absurdo y se muestran desaforados, extremos y exagerados hasta el punto que son espejos donde mirarnos y descubrir todo lo malo que ofrecemos como especie.

El humor es la clave. El humor es la chispa con lo que todo empieza a funcionar en este último montaje de la compañía sevillana que da en la diana con un definición exacta de lo que es la sociedad española en su conjunto: una sociedad a la que le gusta explotar a cierta caterva de personajes para puro gozo del resto. Esto lo hacían los romanos hace dos mil años con leones en el Circo Máximo. Hoy, solo es necesario encender la tele. Afortunadamente, aún nos queda el teatro para reflejar nuestras miserias.

Foto: @zuhmalheur



miércoles, 20 de septiembre de 2017

El absurdo superlativo

Hubo una vez un político al que se le ocurrió independizar un territorio para tapar las vergüenzas de un partido masacrado por la corrupción. Consiguió embaucar a partidos en las antípodas de su ¿ideología? para hacer saltar por los aires las básicas normas de convivencia con el resto del territorio del que se querían independizar. Mientras tanto, el gobierno central no hacía nada. Al pasar el tiempo y al no hacer nada, los que se quieren independizar siguen a lo suyo (yo lo llamo "El gran engaño" puesto que el proceso independentista solo es una cortina de humo de quienes lo pergeñaron desde un primer momento) y el gobierno central echa a la policía y a los jueces contra los díscolos de la periferia.

El próximo 1 de octubre unos intentarán votar algo que saben que no tendrán validez, los otros tratarán de imponer sus razones por la fuerza y el problema seguirá enquistándose mucho más.

Absurdo tras absurdo. Es lo que pasa cuando quienes nos gobiernan, no hacen política a pesar de llamarse así. Son unos absolutos descerebrados.





sábado, 16 de septiembre de 2017

Cabezas parlantes'77

Antes de asociarse con Brian Eno y entrar en otra etapa de su fructífera carrera, los Talking Heads se marcaron un discazo que hoy cumple 40 años: Talking Heads'77.





martes, 12 de septiembre de 2017

Desierto de ideas

He estado escuchando cinco minutos el Debate sobre el Estado de la Ciudad que se celebra en mi pueblo. Un gobierno que de 38 años de gobiernos democráticos municipales ha gobernado en 32 y que espera a su Godot particular (hablando de proyectos de los que ya se hablaba hace tres décadas), demostrando un absoluto desierto de ideas.

Apago la radio y me pongo a escuchar música que es mucho más interesante.





miércoles, 6 de septiembre de 2017

Los Chozos Fest, un festival gourmet

Vuelve el festival más alternativo de la gaditana Sierra de Grazalema y lo hace confirmándose como un evento exclusivo para paladares y oídos exquisitos. Se celebrará en Benaocaz los días 8, 9 y 10 de septiembre y ya se ha confirmado gran parte de su cartel.

En tiempos en los que la masificación en los grandes eventos musicales está a la orden del día no son pocos los que buscan una alternativa a estas incomodidades propiciadas por llenar un recinto cerrado con miles y miles de personas que terminan casi enlatadas. Festivales que ofrecen, por poco precio, un plantel de artistas que se repite en decenas de carteles idénticos cada verano.



Así, de un grupo de amigos cansados de esta situación, nació este oasis llamado Los Chozos Fest. Y lo hizo con un éxito rotundo en su primera edición gracias a la siguiente receta: Añádele a un lugar idílico un puñado de buenas bandas, échale sin miedo barra libre de bebidas y comidas, cúbrelo con unos chozos de piedra originales y cómodos para dormir rodeado de amigos, alíñalo con unas pinchadas en la piscina, déjalo reposar durante un fin de semana... et voilà! Ya tienes un plato gourmet.

Y aunque es importante que los asistentes puedan disfrutar de lo mejor de la gastronomía gaditana la música es el elemento sobre el que gira todo en Los Chozos Fest y por ello han seleccionado algunas de las mejores bandas del panorama independiente andaluz y nacional: Hi Corea !, Delbosque, Champagne, Detergente Líquido, Linda Guilala y las pinchadas de Satelitrex DJ y WeMakeFriends Dj ya han sido confirmadas para esta fiesta.

Lo limitado de las plazas y el interés que está despertando en las redes sociales hacen que la organización esté cerca de colgar el cartel de sold out pero aún quedan algunas plazas sobre las que se puede solicitar más información a través de loschozosfest@gmail.com, el correo del festival.

Sin duda Los Chozos Fest, más que un festival, es una experiencia vital que todos nos mereceríamos vivir y que tenemos al alcance de nuestra mano.



domingo, 27 de agosto de 2017

Música para la siesta

La de America, por ejemplo...





jueves, 24 de agosto de 2017

La teoría de la evolución

La Isla del Blues

Cuando Charles Darwin desembarcó en las Galápagos, lo vio claro. Allí ocurría algo distinto. Vio especies similares a las que existían en la América continental, pero notó que las de las islas tenían características distintas, habían progresado de forma paralela para convertirse en el mismo animal pero con distintos rasgos. Había nacido la teoría de la evolución natural que luego se convirtió en paradigma científico. Los mejores evolucionaban, la Naturaleza seleccionaba para perpetuar las especies que mejor se adaptaban al medio.

La música también evoluciona e incluso lo hacen géneros nacidos (en teoría) para quedarse estancados, alambicados en su esencia primigenia como pueden ser el flamenco o el blues. Pero centrémonos en el segundo que es el caso que nos ocupa. Hace unos días asistimos en La Isla del Blues (de vuelta a San Fernando tras unos años) al compromiso de tres bandas con la evolución de la música en general y del blues en particular. Tres variaciones del mismo género que dieron una visión bastante completita de lo que puede ofrecer el género a sus acérrimos seguidores.

Aaron Keylock venía del Reino Unido con un gran disco bajo el brazo, Cut against the grain. Juventud a raudales, potencia sonora, una voz rasgada típica de front man bluesero y power rock mezclado con grandes cantidades de blues fueron sus señas de presentación ante el público de La Isla del Blues. Un directo descarado e impetuoso que reverenció el discurso clásico del rock y del blues para impregnarlo de dosis enérgicas de nuevos sonidos que le vienen bien al género y más viniendo de gente joven que no tienen ningún reparo en mostrar modos y poses absolutamente necesarias para la evolución.

De evolución saben también mucho en CosmoSoul, combo multinacional (sus integrantes vienen de España, Italia, Argentina y Guinea Bissau), que lleva varios años llamando mucho la atención. Son tres discos ya en la andadura de la banda que tiene como voz cantante a Alana Sinkey y llegaban a San Fernando para presentar Walk, su último largo, que viene a reivindicarlos como una de las bandas con mejor presencia escénica del país. Alojados por la crítica especializada en el nicho del soul y el r&b, CosmoSoul se aleja de toda etiqueta cuando da su mejor versión sobre los escenarios. Una acertada mezcla de crudeza en las bases rítmicas y en la guitarra de Abel Calzetta junto con momentos de mayor intimismo y calidez surgidos de la omnipresente y fascinante voz de Alana Sinkey, en las que encontramos sus raíces africanas, sus susurros del fado portugués y el grito bluesero y rockero. Una mezcla excepcional que se apoya en una banda solvente, eficaz y virtuosa. Sus discos son puro gozo y su directo mejora la impresión que te dejan los discos.

Hablemos de fechas. El 19 de octubre en la madrileña Sala Clamores y el 11 de noviembre en el Teatro de las Cortes de San Fernando, son fechas importantes para Random Thinking (tercera pieza del cartel de La Isla del Blues) porque en ambos lugares presentarán su segundo disco que llevará por título Right here and now y que será la continuación de un primer trabajo homónimo que los ha catapultado como uno de los nombres a tener en cuenta en la evolución de la música española. Saludados por la crítica y por muchos medios como un soplo de aire fresco gracias a su combinación perfecta entre folk, pop y blues, Random Thinking pisaron el escenario del parque Almirante Laulhé de su tierra para confirmar lo ya sabido: que son una delicia para el alma musical de los asistentes, que aún estando desnudos, solo ataviados con sus guitarras y con un puñado de buenas canciones, están listos para dar el salto hacia una división superior. El segundo disco será un momento importante para ellos pero mientras llega, en cada actuación Random Thinking demuestran su versatilidad, su delicadeza, su amor por las raíces sonoras que saben catalizar en un directo que llega al corazón. Los arreglos musicales de cada tema, la voz pausada de Aurora, la pasión de Ángel por la guitarra (lo notas cuando lo ves dándolo todo extasiado sobre el escenario), son muestra del amor que estos chicos tienen por su profesión. Sonidos orgánicos, acústicos, muy empastados, compactos y que en directo alzan libre el vuelo para dar a conocer la buena nueva de Random Thinking.

Tres ejemplos de evolución partiendo de bases similares. Tres buenas noticias surgidas de propuestas frescas, jóvenes y con un futuro esplendoroso. El mismo que vislumbró el señor Darwin cuando volvió a Londres y empezó a cambiar la Historia cuando alumbró al mundo aquello de que el ser humano podía (también) evolucionar.

Fotos: @zuhmalheur.



miércoles, 23 de agosto de 2017

Guananá temé (al servicio de Primital Bros.)

De igual forma que el poderoso Zod hacía con sus súbditos terráqueos una vez sojuzgado el hijo de Jor-El, los habitantes del planeta Chiclana se reunieron atemorizados en el Teatro Moderno para lanzarle besitos al anillo de poder que portaba el gran jefe de The Primitals. Loado sea Él, el todopoderoso que con una simple muestra de su mano, todos caíamos rendidos a su magnificencia.¡Guananá temé! (que traducido resulta algo así como, "lo que usted diga, jefe").

Magnificencia y poder. Entre estos dos conceptos bascula The Primitals, montaje co producido entre Yllana y The Primital Bros. que cautivó a su paso por Chiclana en sus Miércoles de Teatro. Una propuesta única, sencilla como propuesta (comedia musical a capella) y que no engaña al espectador. Es justamente lo que se le ofreció... aunque el espectáculo fue digno de dioses (kryptonianos).

Foto: @zuhmalheur

Magnificencia y poder porque se buceaba en la insondable idea del poder humano. ¿Qué ocurre cuando ansiamos querer más, ser más,... ser más que otros? Dos de estos aborígenes con portentosas facultades para el canto sufrieron en sus carnes la erótica del poder. Deseo, ira, venganza, castigo, rendición y vuelta a la realidad. Todo ese camino fue recorrido de la mano de un ramillete de temas (canciones populares, éxitos del pop y el rock, grandes bandas sonoras y excepcionales arias de ópera), en una hora y media de impresión bajo la fantástica doble dirección de The Primital Bros.: Santi Ibarretxe en la parte musical y Joe O'Curneen en la producción y dirección escénica.

Magnificencia y poder porque el público chiclanero asistió a una puesta en escena sobria pero que fue envuelta en ropajes de lujo con las voces de los actores. Intérpretes que sorprendieron por una infatigable entrega y por una esplendorosa propuesta surgida de sus prodigiosas gargantas. Es fabuloso comprobar cómo ciertas canciones o algunas arias apuntalan el discurso de la dramaturgia. Es fastuoso oír las voces de Íñigo García, Pedro Herrero, Manu Pilas y Adrián García. Versátiles, ágiles, potentes, plenas de sentido y embriagadoras, tanto como si se entona la inquietante Sweet dreams de Eurythmics, la épica Bohemian Raphsody de Queen o la perturbadora Nessum Dorma de Turandot. Momentos de emoción, de ebullición sentimental que sirvieron de temple a una puesta en escena cómica, dinámica y con muchísima personalidad. Un tenor agudo, un bajo barítono... Una locura y una envidia de voces. Un regalo para el público asistente que aplaudió con emoción los momentos más líricos de la representación.

El que esto suscribe no conocía de antemano el trabajo de The Primital Bros. Me fustigo por ello como el gran jefe hacía con su esclavo o como el imperturbable Zod hacia con los humanos inferiores. Pero no me extraña que Yllana haya tenido el buen ojo de acompañarlos en esta aventura magnífica... Y poderosa.



martes, 22 de agosto de 2017

La mujer de verde (crónica sentimental del No Sin Música)

Para acompañar la lectura, la galería gráfica de Berenjena Company:

No Sin Música 2017

Apostada en primera fila del concierto, se balanceaba cadenciosamente mientras movía al compás la cabeza azuzada por el rock transgresor y fronterizo de Furia Trinidad. De vez en cuando regalaba una mirada hacia su esposo que estaba escorado en una esquina, manos atrás, mirando con una sonrisa de felicidad cómo su mujer, la mujer vestida de verde a la que había querido todos esos años, se divertía con una música que no le pertenecía. Él, que no se veía con ganas (o con fuerzas) de participar en la alquimia sonora de los portuenses, sonreía satisfecho porque su chica se mostraba feliz en la noche gaditana.

El rock and roll tiene estas cosas. Es la comunión perfecta entre cuerpo y alma. La curación de todos los males, la transmisión del buen rollo y de la felicidad. Unas cuantas notas, un buen punteo, un riff certero y el postrero aullido del cantante (en este caso, los de Goli Supersummer, frontman de Furia Trinidad), son los ingredientes concretos con los que fundar nuestra alquimia, con los que conseguir el efecto deseado. Todo se suma y a los pocos minutos estamos hipnotizados, bailando como la mujer de verde, en pleno trance, en mayestático gozo.

Buscábamos en la quinta edición del No Sin Música, el festival de Cádiz, aquel que ha sabido crecer de forma progresiva y cauta, una confirmación: la de la sabia elección de artistas en los tres días de celebración mística del rock. En los cuatro pases anteriores, ha sido una tónica definitoria del evento que comenzó en el colegio de San Felipe Neri para desembocar en el Muelle y parecía que el primer lustro de su historia no se iba a clausurar con una disminución del nivel. La organización apostó sobre seguro: viejos conocidos como Rosendo y Amaral, promesas efervescentes en el escenario del Tricentenario (donde se vivieron momentos fantásticos) y realidades consolidadas en el panorama rockero nacional como Iván Ferreiro o Lori Meyers.

Y por fin, hemos encontrado la razón de ser de este festival entre tanto marasmo de iniciativas similares en los que solo cambia el nombre, puesto que poco más pueden ofrecer: la amalgama de estilos. Rock en distintas vertientes: desde el más popero al más tradicional y arraigado a las raíces, pasando por propuestas sonoras que derivaron en más de un éxtasis del personal asistente, que por cierto, fue mucho, señal de la buena salud del No Sin Música y de que las cosas se están haciendo bien.

LEONES RAMPANTES

Con diez segundos sabíamos que iban a ser una de las sensaciones del fin de semana. León Benavente arrasan en directo, elevando el listón del sonido que emiten empaquetado en sus discos. Son otros, suenan como otros, como zeppelines de plomo arrolladores auspiciados por el carisma de Abraham Boba, su cantante. El de ellos es un show eléctrico asentado en una marca sonora espectacular que queda indeleble en un público que se entrega desde el minuto uno. Letras ácidas, repletas de poesía urbana y que buscan huir de simbolismos, un arquetipo tan indie que hace que León Benavente deje de estar catalogado inmediatamente como tal.

Sensaciones eléctricas también nos depararon dos bandas del escenario Tricentenario. Ambas con estilos definidos, clásicos pero que fueron los primeros en avisar que en ese emplazamiento se iban a vivir emociones fuertes. Rock garajero, bonito de escuchar, de atinada viveza el de Sex Museum y sonidos acrisolados, pegados a la tierra, entre el tango, el rock y el folk de El Twanguero, un músico tan excelso como (desgraciadamente) desconocido. Y es que uno solo de sus fingerpicking equivale a carreras enteras de algunas estrellas firmadas por multinacionales. Ambos conciertos pecaron de lo mismo: fueron cortos para nuestro antojo.

Con Iván Ferreiro se apuesta a ganador. El gallego es un auténtico profesional de la escena y en esta gira de presentación de Casa, su último trabajo, cuenta con una banda maravillosa y solvente. Iván es detallista, perfeccionista y ama que el directo transfiera el espíritu de sus álbumes de estudio. Es un espectáculo que toca la fibra sensible del espectador, que busca la conexión física y química con el oyente y que rebusca en el alma de cada uno de los que asistimos a sus conciertos. En definitiva, Iván es un romántico empedernido, aunque no lo aparente y nosotros quedamos prendados de su sutileza, de su ética y de su épica desde el primer momento en que pisa el escenario hasta el lastimoso momento en que lanza ese triste verso... "y digámonos adiós...".

Un hola gigantesco le dimos a quien es historia del No Sin Música por derecho propio. Eva y Juan. Amaral. Potentes, descarnados, estrellas aunque haya pasado el furor y la presencia en medios de hace diez años. Una carrera más reposada, un acertado acercamiento intimista en Nocturnal, aunque en directo son la banda resolutiva que hace honor a su cartel de favoritos del público. Su show fue dinámico, centelleante, sin dejar atisbo al descanso y la presencia de Eva es lo más similar a un huracán que puede haber sobre un escenario. Otra gran profesional que busca la conexión permanente con la audiencia. Amaral lo logra. Es contar con un seguro de vida en cualquier evento. Por eso vuelven, ahora más veteranos, más experimentados, igual de impactantes que el primer día.

La primera noche deparó destellos de impresión en bandas como Sidonie, bien pertrechados en un show bien calculado y perfectamente ejecutado o en la eficacia de El Kanka.

DÉJAME QUE BAILE PARA TI

El día del rock. Un surtido de artistas empeñados en demostrar la vigencia de un estilo, de un modo de vida. Promesas en ciernes como Rocknrolla o Guillermo Alvah y Los Predicadores. Lobos con muchos tiros dados como Los Zigarros o Quique González e instituciones como Rosendo. Para acompañarles, gente como Pájaro, Mario Díaz o MClan. Se coló en la fiesta rockera El Langui, que aunó el flow de Pan Bendito con sonidos más comerciales y que gustó al personal.

Contratar a Quique González (en esta ocasión con la espalda cubierta por Los Detectives) es sinónimo de tranquilidad. De contar con un músico de excepción que hace soñar incluso al neófito en su ya larga carrera. Lo mismo podríamos decir de MClan, que firmaron un buen show... a secas. Gran ritmo de inicio pero que fue perdiendo fuelle en una parte central del concierto demasiado tranquila para lo que se presupone a una banda de corte rockero. Eso sí, el final fue hacia arriba con el colofón (y el acompañamiento de Los Zigarros) de ese himno que es Concierto salvaje. El dinamismo, el ritmo... ese pecado que ni en teatro ni en la música se puede uno permitir el lujo de cometer.

Pero para ritmo y tablas los de Rosendo. El de Carabanchel es patrimonio nacional. Demostró que él solo necesita su guitarra para montar un jolgorio de categoría. Sigue sacando discos, humildes, honestos y cañeros y en directo se muestra tal y como es. Sonidos sencillos, distorsión a tope, volumen al máximo y la voz convertida en aullido en aquellos himnos que calan entre la gente. Flojos de pantalón, Masculino singular, No dudaría, Agradecido y el colofón espléndido del recuerdo a Leño con Maneras de vivir. Fueron los 80 de nuevo, los 80 más golfos, más comprometidos con la sociedad y con la música. Algo con lo que Taburete (!), el grupito del niño de Bárcenas, jamás podrá soñar. Porque Rosendo solo hay uno y es patrimonio de todos.

EL RUIDO Y LA FURIA

Sonaban espléndidos los sevillanos Full cuando llegábamos al recinto portuario prestos a vivir una noche intensa... Pero no sabíamos que íbamos a vivir una de las grandes jornadas del No Sin Música en sus cinco años de vida. Nos pusieron sobre aviso Ángel y Aurora, integrantes de Random Thinking, una de las grandes revelaciones musicales de los últimos años. Se nos hizo corto, muy corto el concierto de un dúo que mezcla con tesón y sabiduría folk, blues, pop y rock con unas letras bien trabajadas. La sencillez encumbrada a niveles sonoros de gran calado. Lo dicho, tan corto se nos hizo que ya tenemos ganas de verlos de nuevo.

Buscamos más sensaciones fuertes cuando la tarde iba cayendo. Y Depedro dio con la clave. De menos a más fue su trabajo sobre el escenario principal. Un concierto convertido en ritual del rock, efectivo, sin alharacas ni poses, pero con un gusto esencial por el buen trato en directo al material de partida del músico madrileño. Envolviendo con cariño su vieja guitarra acústica, Jairo Zavala (alter ego de Depedro) da una clase soberana de qué debe ser la música: trabajo, dedicación, paciencia y saber colocar el producto. Vestigios americanos en la música, letras cercanas, un cóctel del que es imposible no enamorarse. Nubes de papel, Como el viento... Temas donde demuestra la sapiencia que ha ido atesorando en sus múltiples viajes sonoros, algunos de ellos acompañando a Calexico...

¡Ah, Calexico! Establecemos nexo de unión entre Depedro y Furia Trinidad a través de la banda liderada por Joey Burns y John Convertino. Porque ambos han trabajado con los de Arizona y porque también son deudores de un sonido fronterizo, americano, desértico y rabioso. Precisamente, el ratito que compartimos con Furia Trinidad es lo mejor que vimos en el No Sin Música 2017. Qué corto se nos hizo, qué maravilloso el esfuerzo de la banda portuense sobre un escenario al que poco a poco se fueron acercando acólitos del rock, fieles de la distorsión, creyentes en la palabra propagada por She and the sunshine, segundo largo de Furia Trinidad. Ya decíamos en nuestra previa que teníamos muchas ganas de presenciar la comunión entre artista y público y no nos equivocamos. Una experiencia bestial, trepidante y contagiosa. La música de Furia Trinidad, tomando retazos de grunge, de rock garajero, de post rock, huele a triunfo, a majestad. Tuvimos irremediablemente que ponernos de rodillas y saludar a nuestros nuevos apóstoles de la buena nueva del rock.

Por mantenernos en tensión también hicieron lo suyo los gaditanos Detergente Líquido (qué bien sonaron, oiga) y The Grooves, madrileñas que aunaron clase con potencia para depararnos un producto muy controlado, muy medido y del que aún estamos relamiéndonos. Otra banda a seguir con atención.

Y para el final dejamos a los tres cabezas de cartel de la última jornada...

Miss Cafeina envuelven un producto bonito, bien estructurado y bien trabajado aunque adolecen de riesgo. Gustan, son resolutivos en escena y enganchan con el público pero hay demasiados peces similares en el estanque.

Coque Malla es otro currante de la escena. Su show mantuvo un perfil muy estable durante la hora y algo de duración. Rock y pop bien engarzado, que se deja escuchar bien y que estimuló lo suficiente al personal tanto como para saber que no podemos vivir sin Lori Meyers. Los de Loja pusieron la pica en el Puerto de Cádiz y salvo un momentín en que quizás se pasaron de solemnidad, convirtieron Cádiz en una fiesta. Primero con una puesta de escena apabullante, tanto como lo es En la espiral, su último trabajo. Se nota la evolución, se nota el gusto por sonidos más progresivos, por letras enjundiosas. El resultado en vivo es espectacular en su traslación visual y sonora. Puro goce para los sentidos. La segunda parte del concierto se transformó en una gran fiesta a lomos de los himnos de los granadinos. Emborracharme, Mi realidad o Alta fidelidad sonaron épicos, tremendos y catárquicos bajo el manto estrellado de Cádiz.

Una noche, la del fin de fiesta del No Sin Música, que vio bailar a la mujer de verde. Empezó con Depedro, terminó con Lori Meyers y supo disfrutar de la música con la locura de Furia Trinidad. Al final, ella y él se echaron un bailecito. No recuerdo qué canción sonaba. Solo veía la felicidad en sus rostros. A veces sueño en ser como ellos.

La mujer de verde
Fotos: @zuhmalheur