viernes, 31 de julio de 2009

KILÓMETROS DE CELULOIDE (I)

S
on auténticas estrellas sobre cuatro ruedas. El celuloide los ha inmortalizado con más fuerza, en muchos casos, que cualquier actor o actriz de carne y hueso. Son los coches más míticos de la historia del cine: desde los Aston Martin coche por antonomasia de la saga cinematográfica de James Bond, hasta el mítico Mustang que usaba el no menos mítico Steve McQueen en Bullit, pasando por el maléfico Plymouth rojo y blanco, encarnación del mal en la terrorífica Christine. Os invito a un paseo a toda velocidad por los automóviles más famosos de la historia del séptimo arte. Seguro que el recuerdo de estos modelos también les retrotrae a esos filmes donde “actuaban” y con los que todos gozamos.

Aston Martin DBS
En este repaso que haremos por algunos de los coches más famosos que han aparecido en la historia del cine empezamos con una absoluta joya que aparece en la saga cinematográfica más longeva de todas. Hablar de James Bond y no hablar de su mítico Aston Martin sería arrebatarle uno de los rasgos característicos del personaje ya inmortal creado por Ian Fleming, al igual que su licencia para matar o su martini “mezclado, no agitado”.

El nivel de sofisticación de los sucesivos modelos fabricados por la casa británica que ha ido conduciendo el más famoso agente secreto de la historia, así como los gadgets que durante décadas han ido acumulando gracias a las habilidades de Q (el científico que trabaja para los Servicios Secretos de su Real Majestad y que durante tantas películas interpretó el inefable Desmond Llewelyn), o a las generosas partidas presupuestarias de los sucesivos M -el jefe de Bond, ahora jefa desde Goldeneye en 1995- le convierten en el auténtico precusor del paradigma de “coche fantástico” -ya saben, mucha tecnología para luchar contra el mal-.

Desde el Aston Martin DB5 de Goldfinger (1969) hasta el último DBS con el que se abre Quantum of solace -perseguido frenéticamente por un Alfa Romeo 159 en una espectacular persecución-, han convertido a este modelo en el icono cinematográfico por excelencia.



Ford Mustang GT 390
Otro modelo mítico. No importa la cantidad de neumáticos quemados y rollos de película gastados. Sin lugar a dudas, la mejor persecución jamás filmada en el celuloide es la que Steve McQueen protagoniza en Bullitt, dirigida por Peter Yates en 1968. El increíble hecho de que hayan pasado 41 años le da un valor mayor a esta secuencia mítica, protagonizada por un Mustang GT 390 conducido por Steve McQueen, y un Dodge Charger, conduciendo frenéticamente por las empinadas calles de San Francisco (y también por las afueras de la ciudad). Sin efectos especiales de ningún tipo ni ordenadores que impongan su “magia digital”. Todo real. Pura adrenalina. Puro cine de acción. Dos modelos míticos de coches para una escena que ya es historia del cine... gracias a estos coches.



Plymouth Fury 1958
Para adrenalina, la que hace desprender el Plymouth Fury del año 58, rojo y blanco. Toda una maravilla clásica... con una buena dosis psicopática bajo el capó. Christine es una novela de Stephen King llevada a la gran pantalla por John Carpenter, sobre el proceso de transformación de un adolescente en una especie de cómplice al volante de un coche poseído por las fuerzas del mal. En su día causó más de una pesadilla y sirvió para hacernos mirar con otros ojos las líneas clásicas de los coches americanos de los años 50 (una de las obsesiones de King, a las que volvería en su novela Buick 8) y, sobre todo, para poner en valor este raro y hermoso modelo clásico estadounidense, del que apenas se fabricaron 3.000 unidades por parte de la marca filial de Chrysler de este modelo en el año 58.

Eso sí, pese a su mal carácter, Christine era capaz, tras sus furiosos ratos homicidas, de “curar sus propias heridas” y restaurarse de manera milagrosa: toda una alegría para las compañías de seguros.



Ford Gran Torino Sport
Centrémonos ahora en un coche que ha sido noticia hace poco gracias a una excelente película del maestro Clint Eastwood. La impresionante última versión del Torino de Ford, un coche que dejó de producirse en el año 1976, es el protagonista de la última película de Harry el Sucio, en la que el vehículo se convierte en el símbolo de una serie de ideales estadounidenses que el protagonista lucha por mantener dentro de su barrio multiétnico y conflictivo.

Además de tratarse de una de las pocas películas con nombre de vehículo, el Gran Torino es todo un homenaje a una década -la de los 70-, y a un coche que fue un éxito de ventas a lo largo de sus casi siete años de existencia en todas sus versiones y que conoció las mieles del éxito en el circuito deportivo NASCAR. Es curioso que en la película, no se viera conduciéndolo a un viejo lobo como Eastwood. Una pieza de museo.



Checker Marathon
Turno ahora para los taxis en esta breve recopilación. Y seguro que no hay ninguno más memorable que el típico cab neoyorquino de líneas clásicas, redondeadas, con su cenefa ajedrezada recorriendo sus laterales y que en el cine (a pesar de ser “actor secundario” en muchas películas), materializa el ansia de justicia del protagonista de Taxi driver, un insomne Robert de Niro, que conduce por la Gran Manzana de madrugada y se da cuenta de que lo que había contemplado en Vietnam, durante la guerra, es un juego de niños comparada con la corrupción nocturna de su ciudad.

Sin embargo, este modelo tampoco ha sido perdonado por la crisis: la compañía de Michigan, Checker Motors, se tuvo que acoger a la bancarrota en enero de este año, tras 87 años de existencia.

Más allá del aluvión de premios que consiguió la cinta de Martin Scorsese en 1976 y la excelencia de la obra (sustentada en un guión excelso de Paul Schrader, una dirección magnífica de Scorsese y unas interpretaciones de vértigo), queda para el recuerdo la imagen de este Checker Marathon rodeado de oscuridad, con las luces de la ciudad reflejándose en su carrocería y envuelto por la música del genial Bernard Hermann.



Cinco coches. Cinco películas. Cinco formas de ver un mundo a través de vehículos que también han hecho posible construir el sueño del cine.

Continuará próximamente...



miércoles, 15 de julio de 2009

BAJADA (GUINEANA) DE PANTALONES


E
n algunas ocasiones me he preguntado si es que en el RH africano no hay lugar para la democracia. Desde que gradualmente todos estos países consiguieran su independencia de las distintas potencias coloniales, las experiencias democráticas han sido breves, tempestuosas, inmaduras y claramente deficitarias en el principal componente de este modo de hacer política y de convivencia: libertad. El quid de la cuestión está en la reiteración. Las metrópolis impusieron durante largos años de dominación, un modelo de dependencia basado en la ley del más fuerte, cuando no en la cuestión de superioridad racial. La turbulenta historia africanan en el último siglo y medio vino provocada por la ceguera de los imperialismos que proliferaron en la segunda mitad del siglo XIX. El reparto en plan tarta del continente africano efectuado en 1885 en la Conferencia de Berlín fue el germen del odio tribal y de múltiples problemas y guerras que vinieron a continuación (y en conflictos "mudos" de los que apenas sabemos algunos datos aislados).

Con estos antecedentes, los colonizadores (España entre ellos), dejaron a su suerte a los nacientes países africanos. En algunos, los deseos de libertad, de andar el camino por sendas no turbulentas, caló. Fueron los menos. En otros, a pesar de tímidos intentos, de tentativas obligadas (¿otra vez el matiz imperialista?), por organizaciones internacionales o por las antiguas naciones-madre, de buenos propósitos de las élites locales de introducir la democracia, la experiencia ha resultado fallida. Y decía anteriormente que el problema estaba en la reiteración, porque esas élites locales que son las que se adueñan del país, imitan los comportamientos de los antiguos dominadores.

Algo así ocurre en Guinea Ecuatorial. Después de la feroz dictadura de Macías y un golpe de estado (asonada sobre asonada, ¡qué curioso!), su sobrino Teodoro Obiang lleva treinta años de absolutismo con barniz pseudodemocrático. Lo pudieron comprobar esta semana una comitiva de políticos españoles a cuyo frente se encontraba el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, acompañado de Manuel Fraga, entre otras personalidades. El objetivo era el de intentar que Obiang siguiera sirviendo a la metrópolis. Ya se sabe: contratos con empresas españolas, ventajas a la hora de obtener recursos naturales ecuatoguineanos y echar un vistazo por la antigua provincia para ver como van las cosas. "Hay signos de apertura y modernización". dijo el ministro sin duda alguna asaeteado por una mosca tse-tse que le hizo pronunciar tamaña soplapollez.

Los españolitos fueron a Guinea Ecuatorial a ver qué había de lo suyo, saludar a Obiang, hacerle una gran reverencia y punto pelota. Probablemente la comisión no se leyó en el avión los informes que tildan a la dictadura de Obiang como una de las ocho peores de todo el orbe. Claro que el sátrapa tiene la sartén por el mango de uno de los países más ricos del continente, aunque la oposición esté atada de pies y manos y el ciudadano de a pie esté en la miseria. Moratinos and company fueron a mercadear, que los derechos humanos (la falta de ellos) ya habrá tiempo de tocarlos. Eso sí, la visita quedó perfectamente adornada con una impresionante bajada de pantalones ante un tirano que le ha ganado la partida a la "madre patria" y ahora se cachondea de ella.



lunes, 13 de julio de 2009

LOS NUEVOS AGUADORES


L
astimoso era que en pleno siglo XX un camión cisterna tuviera que llevar agua para el abastecimiento humano a muchas poblaciones de la provincia. Impropio de un país (de una región) que se consideraba moderno. La mano y la gestión de los políticos tenía que notarse. Era lo mínimo que se le podía exigir a quienes con nuestros votos, aupamos al poder.

Han pasado los años y las circunstancias por fortuna han cambiado. Hace unos días se firmaba en Diputación un convenio entre la institución provincial y la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio para acometer por valor de 10 millones de euros, obras de carácter hidráulico en 51 municipios de la provincia, todo con el interés de modernizar las infraestructuras en materia de agua, y así adaptarlas a las nuevas necesidades de la población. Con esta actuación, tan sólo los núcleos de Las Muelas (Bogarra), Casa Rosa (Paterna del Madera), Fuentes del Taif y Ornociego (Elche de la Sierra), estarán asistidos por camiones cisternas.

Un esfuerzo ímprobo de los servidores ciudadanos que no debe caer en el olvido (desde esta tribuna alabamos este tipo de acciones por parte de la Diputación como del Gobierno regional), tiene que tener necesaria continuación para solucionar esos problemas de abastecimiento que aún tienen algunos de nuestros convecinos (por suerte, cada vez menos numerosos por el desarrollo de esas infraestructuras).

A menudo se atiza a los políticos con razón por circunstancias que nada tienen que ver con el servicio público. Pero también nos llegan noticias que nos reconcilian con ellos. Este convenio suscrito en el Palacio provincial, sin duda alguna supone un elemento para la satisfacción porque después de las necesarias obras de acondicionamiento, varios municipios contarán con sistemas de conducciones renovados. Esperemos que el ejemplo se repita en otras necesidades imperiosas que aún tenemos.



domingo, 12 de julio de 2009

LOS 'OJOS DE ALINDE' DE LA CLASE POLÍTICA


E
n La Celestina, el bueno de Sempronio acusaba al ingenuo de Calisto de mirar a Melibea no con “ojos claros”, sino con “ojos de alinde, con que lo poco parece mucho e lo pequeño grande”. Que todo depende del color del cristal con que se mire, y de esta forma actúan nuestros políticos cuando tienen entre manos algún tema jugoso.

El último de estos asuntos es el segundo aniversario de la presente legislatura a nivel autonómico. Dos años lleva José María Barreda presidiendo la Junta de Comunidades después de la victoria electoral de 2007. Un bienio que irremediablemente ha sido marcado de forma negativa por los perniciosos efectos de la recesión económica, de la que parece que empezamos a salir. El caso es que PSOE y PP han hecho balance de lo que llevamos de legislatura y aquí hemos visto el día y la noche. Donde uno ve preocupación por las cuitas económicas, implantación de medidas destinadas a aliviar los palos que nos da la crisis, fortalecimiento de las políticas sociales y contención del gasto, la otra parte ve paro, despilfarro, corrupción (sí, también), y cobardía.

Para otro día tendremos que dejar el debate sobre las mentiras de la política, que haberlas haylas, porque alguna de las partes será la que lleve la razón, la que diga la verdad a la ciudadanía ¿O no?

Volviendo a nuestro discurso, las dos maneras de ver los dos primeros años de esta legislatura encubren dos posiciones políticas que se juegan mucho dentro de 24 meses. Barreda sabe que tiene la sartén por el mango, que ha salido airoso de muchas adversidades, que nadie le puede acusar de inactivo ante los agobios de la crisis. El presidente sabe que el nombramiento de María Dolores de Cospedal como secretaria general del PP puede convertirse en un as en la manga. Su estrategia es fácil: De Cospedal está en Génova. Tiene que “barrer” a los Bárcenas, Camps y Correas que quitan el sueño a Rajoy, y ve que no tiene tiempo de acudir en socorro de un PP regional que, a pesar de sus “ojos de alinde”, no lo ve nada claro.



miércoles, 8 de julio de 2009

RUBALCABA I EL IMPLACABLE


A
lfredo Pérez Rubalcaba es el gran capo de la lucha antiterrorista. El ministro más valorado del Gobierno Zapatero. La hormiguita trabajadora que pasito a pasito va poniendo granitos de arena uno encima de otra para enterrar bajo el manto de la justicia a la gente de ETA. Clausurada la via del diálogo por el empecinamiento de la izquierda abertzale y por las bombas puestas en Barajas, la acción de las Fuerzas de Seguridad del Estado y el imperio de la ley es lo que toca en estos tiempos duros que vivimos.

En este contexto, Rubalcaba es la personificación de la tenacidad, de la fuerza implacable contra los violentos. El de gesto adusto y determinación a prueba de las balas de los mafiosos de ETA. Es la bestia negra de los terroristas vascos porque bajo su imperio, han ido cayendo cúpula tras cúpula de los asesinos. Lo que seduce de este hombre (no van a escuchar ustedes críticas del PP al ministro del Interior), es su prudencia, su humildad y su afán por buscar el trabajo bien hecho. En el Gobierno no hay quien le tosa y Zapatero le deja manga ancha para actuar en su departamento porque los resultados están a la vista.

ETA tiene motivos para estar preocupada con un ministro como Pérez Rubalcaba. Su caza sin cuartel al terrorista está dejando diezmada a la organización hasta el punto de que cada vez los presos son más jóvenes. No van a prisión a temprana edad porque sean reclutados de adolescentes, sino porque las Fuerzas de Seguridad los cogen antes. Pero, ojo, Rubalcaba sabe, y así lo repite cada dos por tres, que a pesar de estar en horas bajas, ETA sigue matando, algo tremendamente fácil cuando no se tienen escrúpulos de ningún tipo.

Escrúpulos que tampoco tiene el ministro, pero esta vez para ver el final de ETA. Sabe que será difícil mientras él se mantenga en el Ministerio, pero también es sabedor de que está poniendo las bases para que en un futuro, esperemos que no muy lejano, los que siembran de cadáveres nuestra democracia cejen en su empeño desvastador. Rubalcaba lo tiene en mente y su departamento cumple a pie juntillas sus órdenes. La coordinación entre los distintos cuerpos policiales del país y la intensa colaboración internacional (sobre todo, con Francia), ha provocado que los pistoleros se vean cercados. Para ellos sólo existe una salida. Lo dice el propio Rubalcaba: “entrar a formar parte de ETA es entrar directamente en prisión”. El ministro sabe que tras el fallido diálogo (algo que había que intentar una vez más, así que a ver si dejamos de hablar de traición de Zapatero), cuenta con un respaldo importante: el de los 46 millones de españoles que ven en el político cántabro un azote implacable de los malhechores.



lunes, 6 de julio de 2009

LA ACCIÓN POLÍTICA O EL PERRO DEL HORTELANO


S
uponemos que cuando uno llega a la presidencia del Gobierno, a regir una autonomía o a ser alcalde, el cargo llevará aparejado grandes dosis de paciencia para aguantar a los que se postulan como oposición. Existe en política una expresión de la que se abusa y que en realidad no existe: oposición constructiva. Seguro que la habrán escuchado pero que nunca han sabido a qué obedece porque en realidad la oposición no está para ayudar al que gobierna, sino para intentar desalojarlo del poder cuanto antes. ¿Triste? Sí. ¿Cierto? También.

Viene esto a colación por lo que ha sucedido esta semana con el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña. Una instalación que ha cumplido ya su ciclo de vida útil y que debería ser inmediatamente desmantelada, más si cabe cuando el Ejecutivo de Zapatero se postula como el adalid de las fuentes de energía renovables y en el gran enemigo de la nuclear. Sin embargo, el Consejo de Seguridad Nuclear apostaba por alargar la actividad de la planta burgalesa porque “era segura” y sobre todo, para no menoscabar el tejido productivo de la zona.

Zapatero sabía que sería criticado cualquiera que fuera su decisión. Al final se quedó a medio camino. No al cierre inmediato, pero no también a alargar éste a una década vista. No gustó a nadie. Sin embargo, extraña mucho el rol desempeñado en esta situación por un Partido Popular que una vez más, demuestra estar en fuera de juego. El PP corrige a Zapatero, le enmienda la plana, instila dudas sobre el proceder del Gobierno, pero no presenta propuestas para intentar arrimar el hombro y solucionar el problema como depositario de la voluntad de parte del pueblo. Ya le ha pasado con la crisis. Mucho “chau chau”, pero a la hora de la verdad a Rajoy le tiemblan las piernas para hacer eso de lo que hablábamos... Oposición constructiva.



domingo, 5 de julio de 2009

LA HUIDA AL MONTE DEL NACIONALISMO VASCO



H
emos subido hasta aquí acompañados de nuestra bandera que no pretendemos colocar en ningún lugar por significado de conquista militar sino como símbolo de un sentimiento noble y vivo”. Vana palabrería la de Iñigo Urkullu, presidente del Partido Nacionalista Vasco, ayer mientras subía al monte Gorbea, depositario de no sabemos qué esencias de lo vascuence.

Mucho dolor y resquemor ha dejado en el PNV la llegada a la Lehendakaritza de un Patxi López aupado a la poltrona de Ajuria Enea por los votos del PP. Ese sentimiento viene dado por el sentido de posesión que los nacionalistas vascos moderados creen tener del poder en Euskadi. Se olvidaron pronto (justo cuando emprendieron la aventura de Lizarra de la mano del mundo abertzale), que durante una década compartieron poder y sintonía con el PSOE. Anclados que están en posiciones inmovilistas más propias de la época fundacional del partido de la mano de Sabino Arana.

Duele perder el poder, pero creer que en manos de otro el apocalípsis va a llegar, suena a choteo. El PNV, sabiéndose desalojado del mando de Euskadi, empezó a echar por tierra el gobierno de López aún sin haber comenzado. Y se ha lanzado al monte (Gorbea), en busca de respuestas a su pesar. Lo español nos ataca. La conjura PSOE-PP nos odia. Los abertzales ya no confían en nosotros. Estamos solos. Este discurso de plañidera y de justificación facilona no casa con un partido que ha demostrado altas miras en la construcción nacional (la de Euskadi y también la de España). Y además, las palabras de Urkullu entre la niebla del monte resultaban especialmente vagas en un momento en el que las fuerzas políticas democráticas deben estar más unidas que nunca. La guadaña de ETA ha vuelto a aparecer y se ha llevado la vida de un gudari vasco. Uno de esos a los que tanto apela la palabrería nacionalista (la del PNV y la del entorno etarra).

Esperemos que de una vez por todas, el PNV sepa encontrar entre tanta niebla mental, una salida a su padecer actual.



viernes, 3 de julio de 2009

STONES DE IZQUIERDAS Y MECANO DE DERECHAS



E
l verano... Época de asuntos intranscendentes en una redacción... o no. Sus señorías hablan de sus preferencias musicales.


Joan Manuel Serrat, los Rolling Stones y Bruce Springsteen son los músicos favoritos de los diputados de izquierdas del Congreso, mientras que, entre los del Partido Popular se decantan por U2 y Mecano. Joaquín Sabina gusta por igual a izquierda y derecha, según una encuesta realizada por la revista Rolling Stone entre representantes de todo el arco parlamentario.

El cantautor catalán es citado por diputados de todas las tendencias, pero arrasa especialmente entre los de izquierdas, con un 80 por ciento de menciones, frente al 20 por ciento que cosecha en el PP. Es más, en el grupo Socialista son mayoría quienes le querrían como su compañero en el Congreso -los populares prefieren a Bono, pero el de U2-, y también es muy querido entre sus paisanos de Esquerra Republicana de Catalunya, Convergencia i Unió e Iniciativa per Catalunya.

El grupo que lidera desde la década de los 60 Mick Jagger, es el segundo más escuchado entre los parlamentarios de izquierdas (70 por ciento), aunque tres de cada diez populares también se confiesan admiradores de Sus Satánicas Majestades. Por su parte, el Boss emerge como el tercer favorito de sus señorías más progresistas (67 por ciento) mientras que dicen seguirle un 33 por ciento en las filas del PP. Por su parte, seis de cada diez habitantes de lado izquierdo del hemiciclo tiene también entre sus artistas más admirados a los Beatles, aunque el cuarteto de Liverpool también tiene su propia parroquia del PP, formada por cuatro de cada diez diputados del partido que lidera Mariano Rajoy.

Sabina, en el centro
Pese a que él no se situaría jamás en el centro político y siempre se ha considerado un “rojo, pero rojazo”, según sus propias declaraciones en el libro de Javier Menéndez Flores Yo también se jugarme la boca, Joaquín Sabina es igualmente querido entre los diputados de izquierdas y de derechas y logra un 50 por ciento de menciones en cada lado.

Los irlandeses U2, cuyo líder, Bono, comparte nombre con el presidente del Congreso, tienen más seguidores entre los diputados de derechas (70 por ciento) que entre los de izquierdas, que sólo les nombran en un 30 por ciento de respuestas. La lista de los más admirados se completa con Mecano, que gusta más a los de derechas (67 por ciento) que a los de izquierdas (33 por ciento).

Desde el Gobierno, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se declara seguidor de la banda británica Supertramp, uno de cuyos discos Crisis, what crisis? le ha hecho ser blanco de unas cuantas bromas. Lo mismo sucede con Manu Chao, otro de sus artistas favoritos, y su álbum Próxima estación, Esperanza, que incluso llegó a recomendar a José María Aznar en un debate parlamentario, antes de alcanzar la presidencia del Gobierno.

Del hip hop a la ópera
Los vicepresidentes primero y tercero, María Teresa Fernández de la Vega y Manuel Chaves, respectivamente, coinciden en gustos musicales. Ambos son aficionados a los Beatles y a Bob Dylan. A esta lista De la Vega añade a Jimmy Hendrix y Chaves a Pasión Vega. Entre los últimos discos que la portavoz del Gobierno se ha comprado destaca el del grupo de funky y hip hop Black Eyed Peas, una elección que incluso llega a recomendar a los lectores de la revista musical.

Por su parte, la vicepresidenta económica del Ejecutivo, Elena Salgado, sitúa a Dire Straits y Bruce Springsteen entre sus favoritos, si bien también es aficionada a la música clásica de Cecilia Bartoli y Juan Diego Flórez.

Del resto de ministros, el de Trabajo, Celestino Corbacho, se declara fan de los Rolling Stones, aunque Joaquín Sabina, Diana Krall y Diana Navarro completan su lista de artistas favoritos, mientras que el titular de Justicia, Francisco Caamaño, reconoce que le gustan muy diferentes estilos sonoros, desde Eric Clapton hasta Santana. También cita a Bonovo, un grupo gallego-irlandés y asegura son sorna que a Rajoy “le pegan” sus paisanos Siniestro Total.

Por último, las ministras de Vivienda e Igualdad, Beatriz Corredor y Bibiana Aído, son seguidoras de Fito y Fitipaldis, Los Secretos o Craig David la primera, y de los españoles Javier Ruibal, Concha Buika y Paco Cifuentes la segunda.

Nacionalistas sonoros
De su lado, los parlamentarios nacionalistas lo son hasta en sus gustos musicales. Así, los vascos, con Josu Erkoreka a la cabeza, reconocen emocionarse con la música de Imanol, un cantautor donostiarra recientemente fallecido, y también mencionan a Benito Lertxundi, Mikel Laboa o Michel Labegurie. Lo mismo le ocurre al diputado de Coalición Canaria José Luis Perestelo, que se decanta por el artista canario Taburiente y por el grupo, también de las islas, Los Sabandeños, y al parlamentario del BNG Francisco Jorquera, que se declara seguidor del grupo Milladoiro, aunque reconoce haberse subido al carro de la joven cantautora madrileña Lourdes, la voz de Russian Red, que tiene varios seguidores en la cámara baja.

Sobre gustos...
...dicen que no hay nada escrito. En otros lares del parlamento español, se escucha diversidad de músicas. Por ejemplo, el ex coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, se declara fanático del jazz, pero sin buscar novedades en corrientes actuales. “Jazz del clásico. Lo último que me compré ha sido un recopilatorio de Miles Davis”. Sin embargo, también se deja caer por el “territorio cantautor” ya que escucha habitualmente trabajos de Victor Jara, Serrat, Sabina y de “mi amigo Labordeta”, que a la postre también fuera diputado por la Chunta Aragonesista. La líder de Unión, Progreso y Democracia, Rosa Díez, se declara “metalera”, aunque ésto no parece encajar con los gustos por los que finalmente se decanta que son algo más suaves: Dylan, Elvis o Sabina.



jueves, 2 de julio de 2009

LA FUTILIDAD DE UN NOMBRE


R
eunión vespertina en algún periódico deportivo de tirada nacional:

-Oye, ¿qué ponemos de portada?

-A ver, tiene que ser del Madrid. Tiene que ser algo de utilidad. ¿Villa? ¿Ribery? ¿Kaká? ¡No! Mejor CR7.

-Pero no ha hecho nada noticiable.

-Sí, sí. Ha ido al peluquero y se ha cambiado el peinado, ahora lo tiene más de puntita.

Yo me imagino alguna conversación de estas en algún sesudo consejo de redacción. La nadería más absoluta, la futilidad de un acto como el ir al peluquero, el estar de vacaciones en Los Angeles o el acudir al dentista, es noticia de portada ante la escasez de argumentos y la necesidad de vender como sea un icono que va más allá de lo futbolístico. Made in Florentino Pérez, el hombre que se fue aquejado de unos males que no ha sabido solucionar. Un hombre que piensa en el negocio por encima de cualquier cosa, que compra futbolistas para exprimir su imagen, para llenar las arcas del club de Concha Espina y al que se le puede aplicar aquello del “caballo grande, ande o no ande”. Su Madrid tiene que ser el más brillante, el más fastuoso, el más caro, el más glamouroso. Un lugar que abonado con un Cristiano Ronaldo en pleno auge, es lo más parecido al Edén de los posturitas, de los hipermegasuper fashion peloteros con los que se encapricha Florentino. Cristiano Ronaldo llegará a Madrid en unos días y el Real empezará a llenar las arcas que casi expolia Calderón en la anterior etapa.

No voy a meterme en si el fichaje del portugués es ético o no. Eso son minucias. Si te ponen un precio y viene otro y lo paga, perfecto. La diferencia es que yo no pagaría por un chaval de 24 años, casi 100 millones de euros, porque no los tengo. FP sí. Lo que veo con inconcebible asombro es cómo el fútbol tiene ese poder hechizador, hipnotizante, subyugador. Te ponen sobre la mesa un par de fichajes de relumbrón y las críticas de ayer se convierte en “ilusión”. Una “ilu” que te hace "ganar” la Liga, la Copa y la Champions. Porque tú también “ganas”. Ojalá también “ganásemos” el mismo sueldo mensual que los CR7, Kaká and company. Pero, seguro que ahí ya no llegamos.

Todo esto me llama la atención porque creo que este leviatán en el que hemos convertido al fútbol (con las principales audiencias televisivas, con fichajes carísimos, con manejos mil millonarios de dineros, con intrigas, con corruptelas, etcétera), desvirtúa por completo la simple práctica deportiva. Lejos quedaron aquellos gentlemen ingleses que a finales del siglo XIX, impusieron el foot ball en las minas de Río Tinto, en Huelva, donde este deporte de caballeros germinó en nuestro país.

Por fortuna, y para quitarnos de este mal sueño en el que se ha convertido el balompié mundial, aún nos quedan ejemplos de pureza futbolística. Si quieren comprobarla, vivirla, unirse a ella, acudan a un partido de chavales, de infantiles, de alevines, de cadetes. El fútbol está, aparte de en sus piernas, en sus ojos, en sus ganas por despuntar más que el oponente. La meta a la que quieren llegar estos chicos es una línea: la que cuando es traspasada por la pelota se transforma en la alegría del gol. Lástima que otros con más fama y oropeles, conozcan mejor otras rayas...