martes, 30 de diciembre de 2008

LAS IDEOLOGÍAS ¿GUIANDO? AL PUEBLO


L
levaba ya varios días rumiando el ocuparme de la polémica generada por el presidente de la Federación Españolas de Municipios y Provincias. Pedro Castro llamó "tontos de los cojones" a los votantes de derecha, y claro, se ha formado un circo impresionante. Entre las tibias disculpas del socialista, el ataque en bandada de los populares y la cobertura mediática que se le ha dado al asunto (nimiedad por otro lado, de los millones de muertos por hambre que hay en el mundo o de los cientos de personas que cada día pierden la vida en Irak, nadie dice nada), hemos convertido un asuntillo menor en tema de conversación nacional.

Hay que rechazar que un representante de lo público y además presidente de una organización municipalista, se exprese de esa manera insultando a los votantes conservadores, pero lo que me extraña es que el Partido Popular se haya molestado. Total, no son de derechas, ¿o sí?

A ver que yo me entere. Cuando ese señor de melena ondulada al viento y mostacho ya casi inapreciable que dice ser sumo pensador de esa cosa llamada FAES, que en su día incluso llegó a ser presidente de este nuestro país y que responde al nombre de José María Aznar, hacía como que gobernaba, no se cansaba de repetir que su partido era de centro y rehusaba calificarse como de derechas. Vale Josemari. Oído cocina.

Luego cuando el de barba entrecana y voz atiplada que creía que los chorreones de petróleo del Prestige eran "hilillos de plastilina", que hace caso cuando se le nombra como Mariano Rajoy, asumió el poder, también reiteró su compromiso de "centralidad". Centrados pues en lo que no es derecha ni izquierda, el PP pasó a ser un partido "modelno" y ahuyentó pajarracos del pasado y fantasmas desvaídos.

Hete aquí que recuperamos al crucificado señor Castro al que de nuevo afeamos la conducta para con el contrario, pero al que absolvemos en parte, puesto que si el PP es un partido de centro, ¿a qué viene molestarse por lo de los votantes de derechas?¿Es que insunúan los próceres populares que ellos son de derechas?¿Qué pensará de ello el atribulado Mariano?¿Y Josemari?¿En qué mar de dudas ideológicas se halla sumido el electorado del PP? Dudas, dudas, dudas...

Izquierdas, derechas, centros, extremismos. Ideas para ser devotamente consideradas pero que en un país donde manda el pragmatismo más recalcitrante y el resultadismo más insultante, parecen más pasadas de moda que los tapetes de ganchillo del sofá de la familia Alcántara... ¡Ay!, si es que a veces creo que contra Franco se vivía mejor...



domingo, 21 de diciembre de 2008

CREO QUE NO ME VA A TOCAR LA LOTERÍA


F
undamentalmente, porque no llevo ni un décimo, ni participación, ni ná de ná. En fin, desastrado tipo que soy, que no sigo una de las tradiciones más españolas que existen que es jugar a la lotería de Navidad a ver si te cae algo. Ya ven. Aunque aún estoy a tiempo de irme a una administración y gastarme los cuartos en un trocito de papel a ver si me da la felicidad y me quita de trabajar (bueno, eso no... que a mi me da gustico levantarme e irme a la redacción a “juntar letras”. Sí, soy masoca, ¿qué pasa?).

Lo de las tradiciones tiene su miga, eh. Piensen en todas las cosas que hacemos todos los años en plan borrego. Porque eso somos, borreguillos que azuzados por la vara de una especie de demiúrgo, va derechito por la cañada en busca de su particular pasto. Y si no, ya me dirán. Llegan las navidades y todos nos entregamos a la espiral consumista. Comidas, regalos, compras, aguinaldos, más comidas, más regalos... y así hasta el infinito y más allá. Luego tenemos los rituales típicos de estas fechas como el comernos las uvas, brindar con champán (perdón, cava), jugar a la lotería, amén de otras frikadas por el estilo.

Fuera de estas fiestas, también hay ciertos hábitos aceptados de forma consuetudinaria que ya rozan lo pesadito. Vacaciones de verano, tralará. Aunque el niño tiene unos cuantos cates, la familia se mete en unas cuantas deudas (deporte nacional, oiga), y se marcha a la Manga del Mar Menor o Torrevieja (que recuerdos del Un, dos tres), a darse chapuzones. La barbacoa, no está de más. Pues ahí tienen a millones de españoles protagonizando primeras páginas de periódicos y entradillas de informativos de la tele con lo de la Operación Salida. Erre que erre. Todos los añitos igual.

Nos enteramos de que tenemos que regalarles a nuestros novios/novias por San Valentín porque unos grandes almacenes, fiel a su cita anual con el desvalijado económico de los españoles, prepara sus spots y sus cuñas. Tradicional como la vida misma.
Analicemos ahora las fiestas patrias. No me diga que algo se le revolvería en su interior si no disfrutarse usted, querido lector, de la Semana Santa de Tobarra, de Hellín o si nos vamos más lejos de Zamora o de Sevilla. Cita obligada. También lo es el correr delante de morlacos cada 7 de julio, ¡San Fermín! o acordarse de Cádiz cuando llegan las fechas de Carnestolendas. San Juan lo relacionamos con Alicante y San José con Valencia... Tradiciones apañadas a lo largo de los siglos.

En el acto circunspecto y genuinamente español de la caña y la tapa también somos muy tradicionales. Nos equiparamos incluso a los hijos de la Pérfida Albión con su té de las cinco. Nuestra cervecita y el pincho correspondiente que nadie nos lo toque antes de ir a comer y lo mismo podemos decir de la costumbre albaceteña del almuerzo, que para el que no es oriundo se asemeja a ese segundo desayuno que practicaban los hobbits de El señor de los anillos.
Después de este exiguo recorrido por todo aquello que nos define (para bien o para mal, seamos sinceros), queda claro que al españolito de pie le van las tradiciones. Y por eso, acude como ovejilla a su cita anual con la suerte. Así que hoy comprueben sus décimos o participaciones a ver si les cae algo al zurrón. Lástima que eso no sea tan tradicional. Seguro que la puñetera crisis no se notaba tanto con un aporte monetario anual gracias a la tradición.



martes, 16 de diciembre de 2008

¿CUÁNTO VALEN LOS DERECHOS HUMANOS?


P
ara alguno como para el amigo Bush nada, que para eso tiene abierto Guantánamo, ese gran parque temático de la tortura y la hijoputez. Pero, aunque no soy amigo de celebrar el "Día Internacional de...", sí que voy a aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid, para recordar que esta semana se han cumplido 60 años de la publicación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, documento deudor de otros como la ilustrada Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano o el Bill of Rights del siglo XVII. Y aunque estos días de ¿celebración? no sirven de gran cosa (bueno sí, para que el político de turno se haga la foto de la bienintencionalidad y la bonhomía), por lo menos puede ser útil para recordarnos que hay algo ahí que nos lanza piedras contra nuestra corrupta moral occidental que no se da cuenta del desaguisado que hemos montado a lo largo de los siglos.

Este fin de semana he visto en el cine un remake del clásico de ciencia ficción de serie B de los 50, Ultimátum a la Tierra, una patochada encubierta de peli de catástrofes que se queda en una nadería a pesar de la siempre estimulante presencia de Jennifer Connelly. Pero el film deja un mensaje sobre la superficie y sobre el que no ahonda: el respeto al medio natural, a lo que tenemos y podemos dejar en herencia a nuestros descendientes. Esta semana, el concejal de Medio Ambiente, Ramón Sotos, hacía referencia a que ese respeto al entorno era otro derecho humano. Me pareció bien que Sotos lo remarcara, pero no pude evitar pensar que con lo que nos queda por hacer en aspectos tan simples como el respeto a la vida, no sé si tendremos cuerpo para "luchar" a la hora de reivindicar este "nuevo" derecho, aunque a mi sí me tienes convencido para la causa, Ramón...

Me disperso. Está claro que la lucha por los derechos humanos (primero de los hombres, luego el de las mujeres gracias a la labor de Olympia de Gouges), no es nueva. La llevamos sobre nuestras espaldas desde hace siglos, desde que hay conciencia de opresión, de sometimiento, de dictaduras de las personas sobre sus semejantes. Y si no, ¿qué reivindicaba el bueno de Espartaco cuando se levantó contra todo un imperio?¿Por qué los siervos de la gleba protagonizaban de cuando en cuando revueltas contra los señores feudales?¿Qué es si no las rebeliones de indígenas contra el poder establecido español en sus colonias?¿Qué fueron las guerras de Indochina primero contra el poder francés y luego contra el yankee?

Esto es una carrera que comenzó hace mucho y en la que la Declaración Universal de Derechos Humanos es sólo un ítem más en este camino que continúa porque la maldad intrínseca del ser humano, su inquina hacia el semejante, su depravación moral, su vileza, aún sigue siendo moneda de uso común entre aquellos que manejan los hilos.



viernes, 12 de diciembre de 2008

Y A PESAR DE TODO... LLEGA LA NAVIDAD


O
jo avizor a la crisis, con una mano en el bolsillo (vacío) y la otra puesta en la boca tratando de no vomitar por los obscenos beneficios de una banca que se las da de pedigüeña deambulando ante las sedes de los Gobiernos europeos. El IPC dando tumbos y los pensionistas intentando sacar algunos cuartos más a principios de año. De aumentos espectaculares de sueldos, ya ni hablamos. En estas estábamos cuando el Gobierno nos anuncia para terror propio que la luz va a volver a subir, porque parece que las eléctricas no tienen suficiente con los dos incrementos que hemos tenido en el recibo este año (recordamos, enero y junio). Será una “subida moderada”, pero subida al fin y al cabo que es lo que fastidia a las economías familiares.

Menos mal que Zapatero se ha travestido de Rey Mago en pleno mes de diciembre y va a soltar, a costa de hacer crecer la deuda por encima de ese tres por ciento que no conviene traspasar, 8.000 millones de euros sobre las maltrechas haciendas locales. Debe ser la primera vez en democracia que el Gobierno central es tan dadivoso con los ayuntamientos de este país que sufren una crónica hipertrofia en sus cuentas. Por eso es de aplaudir la iniciativa de Zapatero, aunque hay que alertar que estas medidas no pueden ser un punto final y sí seguido si no queremos que esto sea pan para hoy y la inanición de mañana. Los consistorios de todo el país lo lamentarán si eso se produce finalmente y no hay continuación plausible de estas medidas iniciales consideradas migajas por el Partido Popular (que por cierto, bien que se van aprovechar de etos fondos).

Problemas, problemas, problemas, que diría el bueno y dubitativo de Hamlet, pero no se amohine, querido lector porque el alumbrado extraordinario en nuestras calles ya se ha encendido y como nos recuerdan unos grandes almacenes todos los años por estas fechas, ya estamos en Navidad. El que no se consuela es porque no quiere...



jueves, 11 de diciembre de 2008

OLIVER NO PIERDE EL TIEMPO... NI LAS MANERAS


T
empus fugit. No para este equipo de Gobierno que le ha tomado la palabra (y diríamos que también la cartera), al Rey Mago Zapatero, que ante su dispendio de millones para los Ayuntamientos, ha visto como alumnas aventajadas como Carmen Oliver no se han cruzado de brazos y ya tiene sobre la mesa un tocho con varias propuestas en las que gastarse los millones del Gobierno central.

La alcaldesa ha presentado las primeras medidas para gastarse los 29 millones de euros que le corresponden a Albacete de ese Fondo Estatal para la Inversión Local que ZP presentó hace poco. Como las prisas mandan y estas no son buenas consejeras, Oliver ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para proveer de inversión a algo tan demandado por los vecinos como el arreglo de calles y plazas. De esta forma, varias zonas de la ciudad (no especialmente céntricas), se verán beneficiadas. Pero también están de enhorabuena los habitantes de algunas de las pedanías de la capital, que verán mejorar instalaciones esenciales como depuradoras y colectores pluviales.

Ante la asfixia de las haciendas locales, esta financiación estatal, aunque imperfecta, representa lo que puede ser el inicio de un nuevo escenario de las relaciones entre administraciones locales y la central. A partir de ahora, Madrid debería mimar más a los Ayuntamientos sumidos (en su mayoría) en las deudas y sin atisbo de salir de ese embrollo. Oliver aplaudió la iniciativa del presidente por obligar a gastar el dinero en un año difícil para la economía del país y de paso, con este argumento “manda callar” a su socia de Gobierno, Rosario Gualda, que en su papel de portavoz de IU “tuvo” que criticar un plan al que le ve cosas buenas. Sin embargo, la alcaldesa, tan prudente y precavida, no vio ofensa en las palabras de su colega y echó balones fuera diciendo que Gualda prioriza estas actuaciones. Por dentro, a buen seguro que Oliver tragó algún sapo y miró al futuro. Y es que a ella le va el carpe diem.



viernes, 5 de diciembre de 2008

HOY NO ME QUIERO RETRATAR


P
ues no. No tengo ganas de criticar. No quiero (aunque podría) hablar de la enésima cagada de la Iglesia Católica contra los homosexuales, a los que la ONU quiere "despenalizar" -madre mia- porque en algunos países se les cuelga por soplarle en el cogote a otros tios. Y total, Benedicto y sus colegas pues se apuntan a eso que para eso son unos defensores de cojones del derecho a la vida. Amén.

También podría hablarles de la crisis económica, pero maldita la gracia que me hace tener que hacerlo en este huequecito en el que trato de explayarme. Además, que doctores tiene la Iglesia (¡otra vez ellos por aquí!), para analizar el crash bursátil y su puñetera madre. Podría indagar en las razones por las que un gilipollas sale de la cárcel, se va a ver a su mujer y la mata, mientras el chip que le han colocado no va y el funcionario de turno no se da cuenta de que el sujeto anda suelto. Porca miseria.

Me encantaría tener tiempo para poner a caldo a los cabronazos de ETA que vuelven a sembrar de sangre y vileza una tierra a la que quiero tanto y a la que acompaño en el sentimiento cada vez que uno de sus hijos cae por las balas de esos eunucos mentales de gatillo fácil y poca vergüenza cotidiana. Me encantaría comentarles lo que pienso, o mejor dicho, por donde me paso lo de la Navidad, las lucecitas, los regalos, los Reyes (Magos), y la madre que los parió, pero estoy viendo que me quedo sin tiempo y sin espacio.

Daría lo que fuera por aportarles mi visión de la maldad intrínseca del ser humano al ver cosas como los atentados de Bombay y la ligereza que Espe tuvo en huir del infierno en la Tierra. Entre balas andaba el juego mientras la lideresa por un día fue émula de Usain Bolt y deseó tener a su vera un helicóptero para poner pies en polvorosa, y eso que a ella los aparatejos esos le da un miedo atávico. También, ahora que se acerca esa Navidad de la que no quiero hablar, escribiría algunas palabras sobre el hambre en el mundo ahora que vamos a llenar nuestras barrigas con menús navideños anticrisis. O sobre la paz mundial, en plan Miss de lo que sea.

También tengo sitio para dar mi opinión de la ¿entrevista? a Cachuli y a Luisito Roldán, dos santos varones víctimas de una conspiración socialista-judeo-bolchevique (por lo menos), que hizo que sus bolsillos se llenaran de dinero que ellos no querían. ¡Me cago en la corrupción y en los fondos reservados! A lo sumo podrían compartir conmigo los pensamientos que se me vienen a la cabeza de la forma de hacer televisión (es un decir), de ese invento berlusconiano llamado Tele 5.

Podría... pero no quiero. Hoy no tengo cuerpo de hablarles, ni de opinar, ni de siquiera criticar. Cuando ustedes lean esto, estaré de puente (lo siento por los envidiosos), y ahora mismo lo único que tengo en la cabeza es qué voy a meter en la maleta y dónde voy a estar esta noche después de que tras unas horas en coche llegue a mi destino. ¿Dónde estaré?... Búsquenme el próximo día en cualquier Reino de Taifa. Ciao.



jueves, 4 de diciembre de 2008

APÚNTATE A SER UN VIAJERO Y NO UN TURISTA


P
uente a la vista. Bolsillos vacíos y terrores para nada infundados. Navidad y Reyes se aproximan como hordas dispuestas a sangrarnos económicamente. Pero, ¡qué caray! Los albaceteños se preparan para pasar unos días de asueto y buscan entre las ofertas para echar estos días en algún destino (lejano o no). La crisis no afecta a los ánimos de viajar, y cada vez son más los que se apuntan a aquello del be a traveller, not a tourist. Viajar para conocer. Conocer pueblos en el sentido antropológico de la palabra. Conocer personas, experiencias. Sí, sí y también echen fotos. Pero algo cambia en las tendencias de nuestros viajes, cuando aumentan los destinos culturales y los rurales.

Aunque no conviene gastar mucho, lo clásico siempre está de moda. Ahí están Madrid con un cien por cien de ocupación en estos días. Y las capitales europeas de toda la vida... y Nueva York, que para eso llevando euros, se puede comprar allí más barato. O eso dicen.

Lo cierto es que el ciudadano, ante una crisis de las magnitudes que sufrimos, piensa en la evasión y actualmente no hay nada mejor para ello que preparar un viaje aunque sea a la sierra. Además, dentro del Estado del Bienestar que hemos construido a lo largo de las últimas tres décadas, le hemos cogido el gusto a eso de dejar reservado algo de dinero para ciertas escapadas. Los puentes para ello, son especiales y teniendo en cuenta de que España es de los países con mayor número de festivos, no nos extraña que en fines de semana como estos, haya más de cinco millones de desplazamientos.

El viajar te llena. Conocimientos, diversión, cumplir aspiraciones, saber de otras culturas. Múltiples son los alicientes de escaparse durante unos cuantos días. Dicen los expertos que ahora se viaja más barato que nunca y si no se han convencido del todo sigan lo que decía Mark Twain: “he descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él”. Pues eso.



lunes, 1 de diciembre de 2008

¿CÓMO PASARSE ESO DE LA DEMOCRACIA POR EL ARCO DEL TRIUNFO?


Y
o lo flipo con algunos que dicen llamarse políticos. Hace unos días asistí a un hecho que yo calificaría como gravísimo pero que desafortunadamente se produce con demasiada asiduidad. En un pueblo cualquiera se produjo una moción de censura. Tres partidos que gobernaban (uno de derechas, otro pretendidamente de izquierdas nacionalista y dos concejales que han perdido absolutamente el norte de todo), fueron desalojados legítimamente del poder por otra coalición de formaciones.

Después de año y medio de (des)gobierno infamante para el pueblo, con una holgazanería y pasividad absolutas y un desamor alarmante por la profesión política, los anteriores mandatarios se quedaron sin poltrona y con bastantes malas pulgas. Verbigracia. Al que era responsable de Tercera Edad y Fiestas, le tocó ser presidente de la Mesa de Edad. Cuando el nuevo alcalde (enemigo acérrimo), se acercó para recoger el bastón del mando, el más veterano de los que allí estaban se lo tiró a la mesa en una demostración de lo que algunos ¿políticos? quieren a esa cosa llamada Democracia. A la par, algunos de sus compañeros de insólito tripartito, escupieron sobre las instituciones al decidir abandonar el Salón de Plenos antes de la investidura del nuevo alcalde. Señores estos que ante semejante desprecio por la cosa democrática deberían ser inhabilitados ipso facto et per secula seculorum para que no pudieran continuar cometiendo semejantes vilezas, si es que alguna otra vez tienen posibilidad de desempeñar cargo público.

A nadie le gusta perder, eso está claro, pero lo de estos desastrados politicuchos afines a la demagogia barata, al absurdo autocomplaciente, las intrigas palaciegas, la revisitación infundada y el calumnia que algo queda, no es algo que sea aislado. Se da y mucho en esta piel de toro, adobada además por inquinas personales, envidias carpetovetónicas y por encima de todo, incompetencia supina. Así estamos, oiga.
Tampoco es que el caso que les he relatado (real porque acaba de suceder en un pueblo andaluz), se pueda comparar con la realidad albaceteña. Afortunadamente, gozamos de una mejor salud política pero llegan casos que deben ser tomados como toques de atención. El respeto a la democracia debe procurarse también con un buen trato hacia aquellos que nos dedicamos a informar de los buenos (y malos) sucesos de la misma. Por eso escapa a todo entendimiento que los periodistas se planten y dejen colgada una rueda de prensa porque la máxima institución municipal junto con representantes sociales y económicos estaban reunidos debatiendo cosas sesudas.

Respeto, como el que pedía Aretha Franklin en esa vieja canción. Respeto hacia los humildes periodistas que con escasos sueldos y mucha dedicación se parten la cara porque los políticos "salgan" en la foto. Nosotros nos tomamos en serio nuestro trabajo... ¿y otros?



martes, 25 de noviembre de 2008

SÍ, ME GUSTA NIRVANA, ¿Y QUÉ?


L a conmoción fue brutal. Arrancaban los 90 y las cosas ya no iban a ser iguales. El mundo cambiaba. La era neoconservadora de los 80, auspiciada por Reagan y Thatcher tocaba a su fin y nuevos aires se vislumbraban al final del camino. En esa tesitura, llegaron ellos. De Seattle. De la fría Seattle. Guitarras distorsionadas, baterías pesadas como el plomo, rock centrifugado (llámenlo grunge), la impostura como actitud. Son Nirvana. En presente porque como los buenos mitos, perviven.

Sí, me gusta Nirvana, ¿y qué? Son historia del rock and roll. Es más, es historia de la MÚSICA POPULAR. La última (r)evolución musical que se ha vivido en la música. Como precedentes estuvieron Mozart, Sinatra, los Beatles, los Stones... y ellos. En el mismo plano. ¿No os lo creéis? El tiempo les dará la razón.

Su historia es la de una montaña rusa. Irrumpieron allá por 1991 y unos meses después volvieron locos a medio mundo. Bleach, su primer gran album, causó sensación. Nevermind se ha convertido en un hito del rock. En muy pocos meses. Viviendo deprisa.

Ese Nevermind es antológico. Si su album precedente ya contenía algunas pintas de su seña de identidad, aprovechando la base propuesta por grupos como Stone Temple Pilots, Soundgarden o Pearl Jam, Kurt Cobain y compañía pusieron al rock en el pedestal que se merecía, en una nueva evolución, con ese disco. No es solo ese Smells Like Teen Spirit convertido en carne de cañón videoclipero por obra y gracia de la MTV. Llegaron más pepinazos: la sequedad de In Bloom, la apuesta por un new rock en Come As You Are, las sutilezas de On a Plain, la dureza de Lithium. Canciones que en dos años después adquirieron nuevos y enriquecedores matices acústicos en el majestuoso Unplugged que grabaron para esa MTV que nos martirizó (sin sentido peyorativo, por favor), con el Smells...

In Utero significó la confirmación. Como los buenos estudiantes, Cobain, Novoselic y Grohl, parieron un nuevo trabajo en el que experimentaron. Podrían haberse apuntado a lo fácil. Repetir esquemas, cánones, estribillos y éxito. Seguro que por esa senda lo hubiesen conseguido. Pero se fueron por otro derroteros.

El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría. Eso escribió en pleno siglo XIX William Blake, y eso pensaron los cuatro de Seattle al publicar su nuevo disco. No es In Utero un disco complaciente. Áspero, duro, audaz, este disco marca un paso adelante en la carrera de la banda. El éxito mirado de lejos. Cobain ya sufría por ello. No le gustaba eso de que su cara saliera todos los días en la Rolling Stone, en Esquire, en Newsweek... No era lo suyo. Su oficio era parir maravillas como All Apologies, medios tiempos (¿dónde estaba el grunge?) como Pennyroyal Tea, o trallazos (aquí, aquí, el grunge está aquí), como Rape Me.

Solo bastaron dos albumes. Solo un puñado de buenas canciones para cambiar conciencias. Conciencias y no modas. Está claro que algunos se calzaron unas bambas y se pusieron una camisa de cuadros por encima de una camiseta ajada, pero Nirvana fue más allá. Ha sido el último gran shock del rock y en el futuro será un referente. El grunge no ha muerto... pero se ha reconvertido. Ni Soundgarden hizo grunge después del fallecimiento (murió joven y dejó un bonito cadáver) de Kurt Cobain, ni Pearl Jam es hoy la misma banda que apuntaba maneras garajeras hace 17 años. La gente evoluciona... los mitos permanecen en la memoria colectivo. Sí, me gusta Nirvana.



lunes, 24 de noviembre de 2008

LAS JAMELGAS DE PIRELLI


I magínenselo. Una aceitosa jamelga pone morritos y se refriega con un elefante en mitad de la sabana keniata. Al otro lado un fotógrafo con pinta de viejo verde, se gana sus cuartos sacando bonitos retratos de las muchachuelas ligeritas de ropa (y de cascos), mientras el león que se acerca por la vereda las mira como si de un Hannibal Lecter cualquiera se tratase. Ñam Ñam. Mientras las modelos enseñan las tetas pensando que por unos cuantos miles de euros, los gastos pagados en África y unas buenas vacaciones después del extenuador trabajo, vale la pena ponerse en pelotas para que luego, unos cuantos viejos sebosos adinerados, puedan colmar sus más bajos instintos (meneársela, en román paladino) con las jovenzuelas del requetefamosísimo e hipermegasuperguay calendario Pirelli.


A unos cuantos miles de kilómetros, unos tipos hartos de levantarse a las seis de la mañana porque no tienen otro remedio, cogen una pancarta, se colocan una chapita o una pegatina y pillan un megáfono. También van a hacerles fotos. Algunos de ellos tienen las manos aceitosas, llenas de caucho, negras... Trabajan con neumáticos. Click. Foto por aquí. Click. Foto por allá. Cientos, miles de fotos al cabo del día. Seguro que si abren cualquier periódico al día siguiente, alguno de sus caretos se pueden ver en cualquier página. Mientras ellos se hacen fotos bien vestidos porque hace un frio de cojones, desde la ventana de un rascacielos cualquiera de Milán, un directivo de Pirelli con mirada aviesa, observa el horizonte pensando en que va a echar a la puta calle a unos cuantos de sus empleados. Revisa las cuentas. Mantener la plantilla... tantos millones. Hacer el calendario de las jamonas... tantos millones. ¿Qué conviene más? El calendario... que para eso cada vez que sale, aparece en todos los telediarios, radios, periódicos, etcétera. Total, los trabajadores solo salen con sus pancartas, sus chapas y sus pegatinas cada vez que hay que echarlos y eso es de muy de cuando en cuando. Así que, a la calle. Los currantes por su parte, piensan que sí que vale la pena seguir levantándose a las seis de la mañana para irse al tajo, protestar porque le dejan con una mano delante y otra detrás y no saber cómo salir de esta.

A muchos kilómetros de allí, las jamelgas siguen posando y sacando morritos. El viejo verde del fotógrafo se lo está pasando pipa. "Ponte una mano delante y otra detrás", le grita a una rubia de bote. Ella obedece. Otra tia pagada por Pirelli que tiene que hacer eso para que la vergüenza no se le suba a los mofletes. "Hemos acabado. El lunes por la mañana en Londres os darán la paga y hasta el año que viene". Lejos de allí, ateridos y preocupados, los empleados de Pirelli reciben un calendario para 2009 con la fecha de su despido marcada en rojo. Y ni siquiera sale una teta.



martes, 18 de noviembre de 2008

KILÓMETROS Y ROCK


Gracias. Muchas gracias. Me habéis hecho la vida más fácil. Si amistad y dinero son aceite y agua (ya nos lo demostró Michael Corleone), amistad y música son una maravillosa ecuación con la que asumes que sí hay algo parecido a estar cerca de esa falacia llamada felicidad. Es ilusionante viajar. Hacerlo en coche, en buena compañía, como si estuvieras en una road movie americana o en un párrafo de En el camino de Kerouac, transfigurándome en un trasunto de un Dean Moriarty alocado recorriendo la polvorienta Ruta 66. Amistades en mis aventuras y desventuras por esos mundos de Dios. Ya lo han hecho antes y siempre han cumplido eficazmente con su labor. Amistad y música. Ocurre algo curioso (seguro que al buen lector también le pasará). Me acuerdo de ciertos sitios, lugares, situaciones, personas si escucho ciertas canciones... Bendita memoria.

No sabéis lo reconfortante que es que Dylan me susurre al oido su Shooting Star paseando por una Soria helada pero bulliciosa, que me acuerde de los embalses extremeños del Tajo por escuchar una canción de Héroes del Silencio o que irremediablemente piense en Medina Sidonia y en esa noche loca que tú y yo vivimos cuando canto La Chispa Adecuada. Conocí a Neil Young y a sus chicos del Crazy Horse, así como a los Rammstein en un viaje por lo más profundo de la cordillera Cantábrica. Flipo con Pink Floyd -gloria eterna a ellos por parir cosas como Comfortably Numb-, abandonándome a los recuerdos que me trae ese tema en ese puente de la Constitución en Madrid hace ya algunos años. Estoy en las ruinas de Numancia y de banda sonora tengo a Eddie Vedder y su banda, los Pearl Jam, salvadores de eso que algunos llamaron grunge y que no, no se murió con Kurt Cobain. Cerca de allí, un esbelto Bunbury, nos cuenta como son las ciudades de bajas pasiones y nos advierte que podemos contar con él aunque se vaya con una tal Lady Blue a unos de los múltiples lugares de este mundo que se llaman Flamingos.

En otras ocasiones me veo viajando por una autopista francesa que cruza Las Landas, derritiéndome por esa canción tonta que todos conocemos de Crowded House, entro en Valencia al ritmo de los Dusminguet, se me van los pies en las largas rectas de la provincia de Albacete escuchando al mago Kusturica y su orquesta de no fumadores, me maravillo porque el gran Joaquín Sabina también pasa 19 das y 500 noches en un bar del Barrio Alto de Lisboa, junto a mi, tomándose una ginjinha a mi vera, siempre a la verita mia. ¡Salud, colega!
En una carretera secundaria de Portugal, tortuosa y estrecha, Mark Knopfler recorre con sus dedos el mástil de una Gibson Les Paul y dejamos que nos cuente/cante como son esos túneles del amor que tanto anhelamos descubrir. Hablando de esa cosa... me enamoré por primera vez en Barcelona escuchando Temptation en la ajada y tabernera voz de Tom Waits (que Dios o quien sea nos lo guarde por muchos años) y me emborraché desgañitándome con una de los Guns'n'Roses. Allí, cerca de la Plaza Real (que no monárquica), viví uno de esos momentos llamados "mágicos", cuando un bar entero aulló el American Pie de Don Maclean.

Ya lo véis. Todos vienen conmigo, nunca estaré mal acompañado en mis viajes. Seguro que nuestra amistad seguirá creciendo.

A todos, gracias. Por ser como sois. Por estar ahí.



domingo, 16 de noviembre de 2008

EL MUNDO NO COMPRENDE A ROUCO

De paté de foie. Así me quedo cada vez que el amigo Rouco abre la boca(za). Lo de este chico es pa mear y no dejar ni gota. Ahí le tienen. Figura afilada, medio encorvada, rostro entre adusto y agriado, cara de palo, sotana dragqueeniana y lenguaje cavernario. De mentalidad ya ni hablemos. Así es el amigo Rouco. O por lo menos, uno (que no se siente muy católico, en parte por el trabajo que hacen tipos como él), así lo ve desde la lejanía... por fortuna. Lo de este chico es ya de juzgado de guardia. La última de las brillantes ideas que ha parido es la de pedir un referendum para decidir si la ciudadanía quiere bodas gays o no. Vale, que lo hagan. Yo me pido también un referendum para que decidamos si queremos bodas entre heteros o no. O si deseamos o no que nos casen curas católicos, que a mi a lo mejor me da por que me case un hare krishna, que me hacen más gracia. También podemos decidir en plebiscito si la Iglesia Católica roucovareliana deja de llevarse una millonada por la cara de los impuestos de todos los españolitos, y esos cuartos los dedicamos mejor a hacer el buen samaritano por tantos y tantos parajes donde los amiguitos del presi de la Conferencia Episcopal no llegan. Me encantaría también votar para que dejara de escuchar en la radio mañanera a un tipejo que se las da de listo, que no tiene un pelo de tonto, pero que es un peligro andante ya que por menos de lo que él dice, a otros ya nos habrían metido en La Torrecica. Por cierto, tipejo revisionista, converso de ideas pretéritas y ahora creyente de poseer la verdad absoluta. Tipejo pernicioso amparada por las sotanas y el crucifijo de Roma.También le propondría a Rouco que pidiera a los españoles su opinión sobre si es lícito enriquecerse con las creencias de millones de personas, o que votaran para ver si el papel social de la Iglesia en la actualidad es pertinente o no. A mi me encantaría que sometiéramos a decisión de todos los compatriotas la obcecación de la Iglesia Católica en que no usemos condones, a pesar de que en África el SIDA se está extendiendo porque muchos creyentes no lo utilizan a petición de los obispos, que por cierto, de África saben un montón porque seguro que han hecho prácticas allí con los negritos. También sería maravilloso dar la oportunidad a nuestros paisanos de que opinen en unas votaciones si es mejor que un niño se muera porque a Rouco and company han dicho que lo de la investigación con células madre es un pecado de los cojones. O también sería procedente que todo el país fuera a referendum para elegir al mandamás de los obispos. Seguro que nuestro amigo no se opondría. A mi sí que me encantaría ir a las urnas para decidir de una puñetera vez que este país sea laico, laico y no sufrir más la aconfesionalidad light que nos ha legado la Transición. A ese referendum sí que me apunto y Rouco también. Y a la puerta del colegio electoral me encantaría decirle a la cara: "´¡qué Rouco, a que jode que te toquen lo que más quieres!".



martes, 11 de noviembre de 2008

MONÁRQUICO DE LOS DE TODA LA VIDA


Tenía su cosa aquello del primus inter pares. Venga vale, como por fuerza estoy obligado a aceptar un régimen monárquico impuesto con el que no estoy de acuerdo, hagámoslo bien. En plan suizo. Que de forma rotatoria haya reyes variados. El principal entre iguales. Buena idea. Total, como no van a dejar que se decida entre monarquía o república... Si tenemos a más reyes/reinas, podemos tener otros beneficios. Por ejemplo, al democratizar el sistema podremos meter el dedo en la llaga cuando la jodan. Ya no más intocables en la monarquía. Se podría criticar abiertamente a los monarcas... aunque pensándolo bien, como los variados reyes ficticios de nuestro futuro tengan la misma fertilidad que nuestra actual Familia Real, no íbamos a ganar para potitos y peleles de los herederos. Que chungo madre mia.

Yo veo bien que la Reina, el Rey, el Príncipe, las Infantas y los/as Infantitos/as, hablen y digan lo que piensan. Es más, lo deseo, porque se les veía venir desde leguas. Es curioso como después de que haya sido emitida una nota oficial de Zarzuela desmintiendo a Pilar Urbano, la práctica totalidad de la población de las Españas sigue creyendo a pie juntillas que a Sofía no le va el mariconeo. Bueno, ni el mariconeo, ni el derecho personal y sagrado a decidir sobre la vida de uno mismo y a no pasar dolor, ni el que una mujer juzgue qué hacer con su embarazo, ni otras tantas cosas... Tradicional como la vida misma. Y un cojón de pato.

Pues lo dicho, que hablen. Son ciudadanos, ¿no? Ya que están en plan florero en nuestra democracia por lo menos que opinen para que podamos crucificarlos si la cagan. Como a todo buen hijo de vecino. Como a mi mismo si al querido lector no le gusta ni un pelo lo que está leyendo. Porque para eso escribo, para que usted me diga que lo hago bien o mal. Pues lo mismo deberían hacer Juancar y Sofi. Opinar, que no se retratan desde el 78 con aquello de la Constitución... y ya ha llovido desde entonces.

Lo que está claro es que de un tiempo a esta parte, a los españoles nos ha dado por hacer revisitación monárquica. Que nos gusta la campechanería de Juan Carlos, la discreción de Sofía y la buena planta de Felipe, pero que con lo del cese temporal de la convivencia de Marichalar y Elena o la operación (u operaciones si hacemos caso a la prensa del colorín), de Letizia, la Real Familia está en el disparadero. Lo ideal es que ante rumores, cotilleos, comentarios, putadas y tergiversaciones, ellos salieran y dijeran, voz en ristre o de su puño y letra, que esa boca es la suya. Y santas pascuas. Pero no, el oscurantismo brilla en toda su apariencia en todo lo tocante a los inquilinos de la Zarzuela. Y así nos luce el pelo a los españolitos de bien, sufragadores de dispendios monárquicos, mal que le pese a unos cuantos... ¡Yupi!

Ante tan desolador panorama (nóteseme la ironía, por favor), creo que estoy por irme de cañas con el inefable de Peñafiel, ya que ahora ha convertido a alguna miembra de la regia familia en blanco de sus iras monárquicas.