sábado, 31 de octubre de 2009

EL MATIZ SOLIDARIO


H
a sido una de las frases más recurrentes y oídas en el tiempo que llevamos de crisis económica. Arrimar el hombro. Junto a lo de apretarse el cinturón, han encontrado eco en una sociedad que entre hastiada y conformista ve pasando los meses sin que las cifras den un respiro a las economías familiares.

Sin embargo, en estos días hemos tenido un buen ejemplo de lo que puede significar ese eufemismo (¿quién ha arrimado el hombro en esta recesión?), y precisamente lo hemos tenido en nuestra región, en nuestra ciudad. El euro solidario, una pequeña aportación para familias que apenas pueden con nuestra crisis de cada día y que consiste en que todos aliviemos en la medida de lo posible (esto es, un euro), el sufrimiento de otros.

Partamos de la base de que es una propuesta social. Otros pueden jurar en arameo y rasgarse las vestiduras amparándose en la demagogia populista, pero al ciudadano lo que le interesa en momentos de incertidumbre es ver gestos. Y lo que por ejemplo, va a hacer el Ayuntamiento de Albacete, es un gesto que puede aliviar los efectos de la crisis en más de una familia.

De igual forma, el equipo de Gobierno municipal busca nuevos estímulos, en este caso a todos nuestros bolsillos, frenando la subida de impuestos y tasas municipales, en estos momentos, casi el único modo de financiación de las apaleadas haciendas locales, tan necesitadas de un nuevo modelo que parece ser que no llega.

Nos toca apretar los dientes ante lo que parece ser el último trecho de la peor coyuntura económica que hemos vivido en muchos años. La esperanza ha cristalizado en algunos países de nuestro entorno como Francia o Alemania, mientras que Obama ya sonríe porque Estados Unidos ya ve brotes verdes. En España seguimos perdiendo pasos, pero algunos menos. Crucemos por tanto, los dedos.



viernes, 30 de octubre de 2009

JABÓN Y EXPLOSIVOS



H
ace diez años, 1.963 salas estadounidenses estrenaron El club de la lucha, un filme que contaba con el binomio Fincher-Pitt, artífices de la excelente Se7en, pero a la que un tímido arranque taquillero (apenas once millones de dólares el primer fin de semana) y una carrera un tanto irregular que se estancó en los 37, en gran parte debido a críticas bipolares, la convirtieron en un relativo fracaso. Hoy, esta película maldita merece culto absoluto.

Me lío la manta a la cabeza y cito algunas frases para tratar de definir lo que es una peli de culto: “El término película de culto hace referencia a un tipo de cine que atrae a un pequeño grupo de devotos o aficionados o un filme en concreto que sigue siendo popular con el paso de los años entre un pequeño grupo de seguidores. Con frecuencia la película no llega a alcanzar el éxito en su estreno [...]. Algunas veces la respuesta de la audiencia a una película de culto es algo diferente a lo que pretendían los creadores. Es normal que una película de culto presente elementos inusuales”. No hay duda de que El club de la lucha lo es. Verla el día de su estreno, sin tener ni idea de por dónde iban los tiros, fue un fascinante zarandeo emocional e intelectual que lamentablemente pocas veces se puede disfrutar como espectador. No ha envejecido porque, estrenada hoy, seguiría siendo relevante, polémica y malinterpretada.

Eso sí. Es triste ahondar sobre esta malinterpretación. “Nihilista”, “fascista” y “anarquista” fueron muchos de los agrios epítetos propinados a la película a su paso por el Festival de Venecia el año de su estreno. Mientras Newsweek tachaba su final de “demasiado pretencioso”, el Boston Globe insultó de manera sutil a “una propuesta chispeante e imaginativa que acababa deviniendo en tremenda estupidez” y el gurú Roger Ebert (Chicago Sun-Times), que le atribuyó “cierta visceralidad y fuerza” acabó por describirla como “un viaje disfrazado de filosofía carente de interés real”. Y lo de The Hollywood Reporter fue tan sangrante que la Fox (productora del filme) se dio de baja como anunciante en sus páginas. En España la crítica no la trató mejor y, mientras El Mundo la etiquetó como “pretenciosa gilipollez”, El País no fue más complaciente, ya que calificó el resultado de “canto fascista al salvajismo”. El director David Fincher, que sabía que su proyecto estaba maldito desde el primer momento, no lo veía así: “¿La idea del fascismo no es decirnos ‘Este es el camino que debemos seguir’? Pues bien, mi película no podría estar más lejos porque no ofrece ningún tipo de solución”.

¿Qué decía la gente?
Pero pasemos de los críticos, que suelen ser bastante falibles. La gente es lo que importa y la gente no fue a verla en la medida que pintaba el cartel. A saber: todo un Brad Pitt, algo desnortado tras los resbalones de la infumable ¿Conoces a Joe Black? y Siete años en el Tíbet (por cierto, proyectada en el cine que hay al fondo en el escena en la que Jack, el personaje interpretado por Edward Norton mete en el autobús a Marla, carácter encarnado por Helena Bonham-Carter); el propio Norton, en todo lo alto tras estrenar ese mismo año Rounders y American History X; y un director imprevisible aunque revolucionario como Fincher.

Material de partida
La novela que supuso el debut del mecánico Chuck Palahniuk (Nana, Asfixia, Fantasmas) -erigido ahora en cronista de la oscura trastienda norteamericana, a la que suele retratar a base de sarro y moho-, escrita enteramente a mano, en ocasiones sobre el portafolios de los encargos de su taller, fue bailando de despacho en despacho hasta que la división indie de Fox vio potencial.

Antes que a Fincher le ofrecieron el pastel a Peter Jackson, Bryan Singer y Danny Boyle. Todos pasaron. Además, en una realidad alternativa Tyler Durden (el personaje interpretado por Pitt) podría haber tenido la cara de Russell Crowe, Jack, la de Matt Damon o Sean Penn, y Marla Singer, la de Courtney Love, Winona Ryder o Reese Witherspoon.

El guión lo reescribieron tres veces Fincher y el novato Jim Uhls, y, una vez dentro, metieron mano los no acreditados Pitt, Norton, el director Cameron Crowe y el guionista de Se7en Andrew Kevin Walker (en cuyo honor tres de los detectives de El club de la lucha atendieron a los nombres de Andrew, Kevin y Walker). Cinco versiones depués (un año más tarde), el libreto ya estaba listo. Y además, con el beneplácito de Palahniuk, que apreció la racionalidad que los cineastas le habían imprimido, entendiendo que su planteamiento literario era un poco (demasiado) alegórico para trasladarlo tal cual a la pantalla grande. Eso sí, se sintió honrado de que las provocaciones homoeróticas de su obra original (Norton con una pistola dentro de la boca en la escena de apertura de la cinta, los insertos con genitales masculinos y Pitt dándose un baño delante de éste mientras discuten sobre el destino de su vida) se mantuvieran en la película con el objetivo de incomodar a la audiencia. Y así fue.

Las cosas no salen
Sin embargo, cuando una película parece maldita, se gesta con problemas y quien te paga no está contento con el resultado, las cosas no van a salir bien. Era la historia de un pinchazo anunciado. Fincher, una vez dado el OK, se negó a rodar con el presupuesto inicial cerrado en 23 millones de dólares (Pitt finalmente se embolsaría 17,5 y Norton, 2,5 en concepto de sueldo) y la cosa se disparó hasta los 67 finales.

Visto el montaje final, el estudio quiso atenuar las previsibles pérdidas cambiando la concepción promocional que daba vueltas en la cabeza de Fincher, según la cual el póster promocional debía limitarse a la posteriormente icónica pastilla de jabón rosa (jabón que, ¡atención spoiler para quien no la haya visto!, era empleado para fabricar explosivos). Los gerifaltes le contestaron que, contando con el guapo Brad, eso estaba fuera de lugar. La cara del esposo de la Jolie debía estar en todos los carteles. Y así fue.



La dura competencia con los blockbusters veraniegos de ese año (La amenza fantasma, El sexto sentido, Toy Story 2, Austin Powers 2) y la reciente masacre del instituto Columbine hizo que el estreno se retrasara hasta el 6 de octubre de 1999, en el que hizo un pírrico número uno, pero número uno al fin y al cabo. En España, estrenada el 5 de noviembre de ese mismo año, llegó a amasar 2.910.000 euros, el equivalente a 4.400.000 actuales, lo que se espera que recaude, por poner un ejemplo, Los sustitutos; y congregó a 745.742 espectadores en toda su carrera comercial, un poco más de la mitad de lo que ha hecho Ágora en su fin de semana de debut. Migajas.

Pero, amigos... Aquí es donde viene el remonte. Suele proclamar a voz en grito todo villano fílmico de postín que los genios siempre son incomprendidos en su tiempo. Sería la perspectiva que dio el paso de los meses la que propició que la cinta dejara de considerarse demoniaca o quizá la edición del DVD doble que supervisó directamente Fincher (experiencia visionaria y precursora que le hizo ganar multitud de premios al mejor DVD del año, entre ellos el de Online Film Critics Society y el de Entertainment Weekly) la que clarificó la metáfora de la violencia como ruptura con la sociedad de consumo en que vivimos, heredada directamente de nuestros padres, que en un principio nadie pareció entender. Los beneficios derivados de la venta y alquiler de copias domésticas alcanzaron los 55 millones de dólares, mostrándose como uno de los más exitosos de toda la historia de la 20th Century Fox, hito que sirvió para que que una inversión inicialmente ruinosa llegara a dar un beneficio neto final de más de 10 millones de dólares. Ni Fincher se lo creía.

Justicia cósmica
Hoy por hoy, El club de la lucha está donde se merece: en un pedestal. Por valiente, por ser un entretenimiento controvertido pero saludable y por haber conciliado a crítica (que ahora sí habla maravillas del filme) y público, aunque haya sido diez años después. IMDB la sitúa como la décimo novena mejor película de todos los tiempos, sólo superada por tres obras más modernas (El caballero oscuro en noveno lugar, El retorno del rey en el décimo tercero y Ciudad de Dios en el décimo séptimo). Además, Total Film la nombró en 2007 Mejor Película desde 1997, la revista Empire la posicionó en 2006 como octava mejor película de todos los tiempos (sus lectores encumbrarían a Tyler Durden como el mejor entre 100 personajes cinematográficos históricos) y Premiere diría en 2007 que la vigésimo séptima mejor frase jamás pronunciada en el cine era: “La primera regla del Club de la Lucha es que no se habla del Club de la Lucha”.



martes, 27 de octubre de 2009

ESA COSA LLAMADA MORAL


É
rase una vez un empresario que se metió en negocios de transporte. Junto con un socio se sacaron de la manga una nueva aerolínea en el momento en el que el sector acababa de liberalizarse. Con una profunda ¿visión? de futuro, intentaron hacerse con un pedazo del pastel que suponen los vuelos transoceánicos con destino a Sudamérica, unos trayectos muy golosos para las compañías aéreas puesto que son miles los inmigrantes que cruzan el charco y miles los españoles que hacen el trayecto inverso para conocer aquello que una vez fue “nuestro”. También tendieron sus redes, estos avispados empresarios, en algunas rutas potencialmente rentables del continente europeo. Así fraguaron lo que en principio pareció ser buena idea y con el paso del tiempo se ha convertido en ruinosa aventura tanto para propietarios, como para trabajadores. Y eso sin hablar del servicio (por decir algo), que se le ofrece a los usuarios (y creánme que les hablo por experiencia).

El caso que llegado el momento, uno de los socios de esa compañía llegó a ser elegido presidente de los empresarios españoles. El techo de su carrera adonde había llegado rápido, rápido. Probablemente no en uno de sus aviones. Desde la poltrona patronal aconsejaba en tiempos de vacas flacas al presidente del Gobierno, a los sindicatos, a sus compis empresarios y al sursum corda, que había que acudir a la reforma laboral y al abaratamiento del despido como soluciones urgentes para acabar con la crisis. Y todo lo decía muy serio y con la conciencia tranquila que otorga el creer que otros piensan como tú. Lo que pasa es que casi siempre predicaba en el desierto porque el presidente hacía oídos sordos y los sindicatos se hacían cruces cada vez que el dueño de la aerolínea tomaba la palabra.

Desde la posición que da el verse dueño del cotarro empresarial, este señor hablaba de austeridad en el gasto público, criticaba la mala gestión del Gobierno y alababa a quien creía que lo podía hacer mejor. Pero de lo suyo no hablaba. Porque lo suyo resulta sangrante. Una compañía en práctica bancarrota que aunque alentada por la crisis del sector, algo también tendrá que ver la escasa eficacia en la gestión, unos sueldos que no se pagan desde hace cinco meses, huelgas anunciadas desde todos los frentes sindicales, pasajeros que han comprado su billete de esa compañía y que ven cómo los problemas laborales de los empleados repercuten en un penoso servicio tanto en aeropuerto como dentro de los aviones de la compañía.

Ésta es la “casa” del señor que quiere arreglar el país con sus “prácticas” soluciones. Un personaje que sin ningún pudor representa lo peor de la clase empresarial, que dicho sea de paso no se merece tener como representante a alguien así, puesto que empresarios los hay muchos y cumplidores con la decencia establecida por ley. Con la que está cayendo (fuera y en su casa), no sabemos a qué juega el presidente de la CEOE. Gerardo Díaz Ferrán está aún desplegando alas como representante de la patronal. Lo malo es que nada más iniciado el viaje, quiere impedir a sus propios trabajadores un pasaje hacia una vida normalizada en una empresa que desde el principio está cayendo en barrena. Y eso, para algunos como Díaz Ferrán, entra dentro de lo moral.



viernes, 23 de octubre de 2009

LA CITA DEL DOLOR DE MUELAS Y EL PERTURBADO


E
l Führer lo tenía claro: no bastaba con que España pasara de la “neutralidad” a la “no beligerancia”. Había que convencer a Franco para firmar un protocolo que después sería refrendado junto a Mussolini para atacar conjuntamente a Inglaterra. Es la guerra, y en la guerra “es cosa de hombres”. Por eso había quedar el paso de timorato a valiente.

Para intentar convencer al Caudillo, Adolf Hitler accedió a entrevistarse con él en territorio neutral (más o menos). Hendaya, o mejor dicho, su estación de ferrocarril era el sitio escogido para un fugaz tète a tète en el que se quería atraer a Franco a otra guerra un año después de haber dado carpetazo a la Civil que dejó en ruinas a España. Sin embargo, lo que prometía ser un encuentro histórico que integraría a España en el Eje (junto a Alemania, Italia y Japón) se convirtió en una tensa negociación que separaría definitivamente los caminos de España y Alemania.

Cómo enfadar al Führer
La cita se fijó el 23 de octubre de 1940 (tal día como hoy) en la estación de tren de la localidad fronteriza de Hendaya. Su inicio estaba previsto para las 15.00 horas, pero Franco (para no contradecir la imagen típica y tópica española) llegó con ocho minutos de retraso, lo que irritó sobremanera al líder alemán.

Una vez en Hendaya, Hitler recibió al pie del tren a Franco y pasaron juntos revista a las tropas desplegadas allí. Cuando pasaron al vagón donde iba a celebararse la entrevista, alrededor de la mesa se sentaron, además de Hitler y Franco, los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Von Ribbentrop y Ramón Serrano Suñer. Junto a ellos, los traductores Gross y el barón De las Torres.

Desde un principio, los alemanes mostraron su interés por sumar al esfuerzo bélico el apoyo español. Tras el verano, en el que consiguieron ocupar Francia (con la connivencia del mariscal Petain), las tropas alemanas se mantuvieron en la frontera pirenaica a la espera de entrar en acción. Hitler esperaba acordar con Franco la conquista de Gibraltar, cerrando así el paso al Mediterráneo a la flota inglesa. Durante el encuentro, el dictador español se mostró constantemente partidario del Eje, agradeciendo el apoyo prestado por Hitler en la Guerra Civil, pero señaló la necesidad de ayudas y compensaciones territoriales dada la crítica situación en que el conflicto interno había dejado a España. En el punto de mira, el dominio sobre el Marruecos francés y Orán, amén de algunas pretensiones sobre el Rosellón francés, región que antaño había pertenecido a España.

Las peticiones de Franco resultaron exageradas, pues Hitler pretendía aglutinar un frente común europeo contra Inglaterra que contase con la colaboración de la Francia de Vichy y los deseos españoles contradecían a los de la parte ocupada del país vecino. El interés de Hitler era el evitar que la población y los territorios africanos apoyaran a la Francia libre del general De Gaulle, refugiado en Londres.

Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, a las 18.05 horas “de forma airada y de malísimo mal humor”, según Serrano Suñer, Hitler se levantó y dio por terminada la reunión. El Führer le señaló a Von Ribbetrop que “con estos tipos, no hay nada que hacer”. Dicen las crónicas que también señaló que prefería que le sacaran todas las muelas antes de volver a entrevistarse con Franco. Según el comunicado de prensa oficial, la conferencia se celebró “en el ambiente de camaradería y cordialidad existente entre ambas naciones”. Nada más lejos de la realidad.

Acercando posturas
Para intentar acercar posiciones, los ministros de Exteriores de ambos países se mantuvieron reunidos hasta la cena oficial. La solución pasaba por la firma de un protocolo abierto en cuanto a las compensaciones que recibiría España. Tras la cena, se retomaron las conversaciones, pero el acuerdo no prosperó.

A las 00.20 horas, Hitler acompañó a los españoles a su tren. Durante el regreso, el caudillo calificó a los alemanes como “unos perturbados y unos maleducados”. Era la primera y última vez que ambos sátrapas se encontrarían.

Un amor imposible
¿Quiso o no quiso Franco combatir al lado de Hitler? Según el historiador Xavier Moreno Juliá, el freno fue el hecho de que las importaciones, que eran vitales para España, procedieran del Reino Unido. “Si Hitler hubiera accedido a las posesiones francesas del norte de África, Franco hubiera dado el paso”, asegura en su libro Diplomacia en tiempos de guerra (1936-1945). En él, Moreno Juliá ha desarrollado una extensa investigación en la que la parte más clara del encuentro corresponde a la primera reunión, trascrita íntegramente en los Documents on Germain Foreign Policy.

Desde ese momento, el único material que aporta algo de claridad se basa en los diarios, memorias y anotaciones realizados por el Barón de Las Torres y por Paul Schmidt, intérprete de Hitler que entró al vagón después de la primera reunión y que relató el encuentro en el libro Europa entre bastidores. Por su parte, Moreno Juliá asegura que Serrano Suñer se llevó parte de la información sobre el encuentro a su ámbito privado.

En cualquier caso no hubo acuerdo, por lo que España no entró oficialmente en guerra. El movimiento más directo de apoyo al Eje se produjo en junio de 1941, cuando Serrano Suñer, enfrentado a presiones internas de sectores pro nazis, envió a la División Azul, voluntarios españoles en apoyo de Alemania en la invasión de la Unión Soviética. Lo curioso es que la voluntariedad de estos soldados ha sido puesta en duda. Probablemente la mayoría acudieron, inflamados por la ideología franquista y antisoviética, aunque algunos soldados profesionales acudieron con ellos. El armamento y uniformes fueron suministrados en su totalidad por Alemania. La División Azul operó principalmente en el frente central y en el de Leningrado. Asimismo, existió una amplia tolerancia, incluso colaboración, ante la actuación de los agentes del Eje en España.

Los intereses belicistas de Franco se detuvieron ahí. Tenía por delante la dura tarea de intentar levantar a un país derruido. Lo hizo... aplicando mano de hierro.



martes, 20 de octubre de 2009

LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ


V
a a resultar que es un “tesoro oculto”, algo que estaba ahí, que todos sabemos que está ahí, pero que en resumidas cuentas, no conocemos aunque sepamos de su existencia. Estamos con lo de siempre, con que no valoramos lo que tenemos y que los que vienen a visitarnos conocen más lo que una ciudad como Albacete puede ofrecer.

La mañana del domingo fue atípica. Tras el desayuno, decidí encaminarme a descubrir ese “tesoro oculto”. Llevo ya un tiempo en esta ciudad como para decidirme a conocer un sitio que tenía a tiro de piedra y que resume entre sus paredes, buena parte de la historia social y económica de la villa. Previo pago de la entrada, me adentré a conocer los secretos de la que ha sido hasta hace bien poco la principal industria albaceteña. Por fin estaba en el Museo de la Cuchillería y de lo primero que me sorprendí fue de lo animado que estaba aquello. Bastante gente en sus instalaciones, aprovechando el soleado domingo para “culturizarse” un poco.

La segunda parte vino echando un vistazo somero a las instalaciones y a cómo está montado el museo. En estos casos suelen darse dos casos: uno, que no haya un proyecto museográfico definido y que el caos impere en la muestra, o que exista un hilo conductor que introduzca los contenidos a los visitantes. Aprueba con nota en este aspecto el museo cuchillero, porque además tampoco agobia con la información que ofrece. Exacta, justa, precisa y divulgativa.

La navaja, el cuchillo, el punzón, la puntilla... Todos estos objetos que han dado fama a Albacete durante siglos son los protagonistas. Desde la obtención de las materias primas hasta el uso cotidiano, pasando por las expertas manos del artesano que moldea el metal, afila la hoja y embellece el producto final que debe llegar a las manos del comprador. Artesanía en estado puro que gracias a la muestra que se hace de los utensilios de labor, llega al visitante para hablar de un tiempo pasado en el que algunas de las calles más céntricas de la ciudad estaban pobladas de talleres, de maestros y de aprendices.

Las nuevas tecnologías también se implican al servicio de la cuchillería y de su museo, un punto que le da a este edificio un aire innovador que pretende enlazar el vetusto oficio con las posibilidades de futuro. Sí, sí, futuro. Porque quizás la enseñanza más importante que se saca de una visita a este museo es que la cuchillería tiene vocación de futuro, y de eso se encargan entidades cono la Escuela de Cuchillería Amós Núñez, que desde hace unos años viene haciendo una labor loable para que este oficio no desaparezca. Nuevas generaciones se vienen formando en estos años para continuar con la más perfecta tradición albaceteña.

Terminada la visita, llega la reflexión, obvia por otro lado en una ciudad donde el patrimonio histórico ha ido desapareciendo paulatinamente. ¿Por qué somos tan cazurros como para colgarle el cartel de deshechable a oficios tradicionales, a industrias del pasado, o a nuestro patrimonio (ya sea oral, escrito, arquitectónico o artístico? Pasa aquí y en muchos sitios. Por ejemplo, se confunde el progreso con el terrorismo estético y tomando este camino nos quedamos poco a poco sin las esencias que han hecho a ciudades como ésta, ser lo que es. ¿Qué quedará de Albacete si el tiempo se lleva lo que tenemos?



sábado, 17 de octubre de 2009

DIEZ RAZONES PARA IRSE A VIVIR AL MEJOR PAÍS DEL MUNDO


S
i usted desea mudarse al mejor país del mundo, aquel en el que mejor están las cosas, en definitiva, el lugar del planeta donde mejor se vive, tiene que saber que tendrá que encaminar sus pasos a Noruega. Esta nación encabeza una vez más la lista de los mejores países para vivir, de acuerdo con el índice de desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Por ello nos hemos propuesto ayudar con una lista de ventajas a aquellos que hipotéticamente quieran mudarse al “mejor país del mundo”. He aquí algunos de estos factores.

Empezamos por la cuestión económica. El Producto Interior Bruto noruego por persona ascendió a 36.600 dólares, el más alto del mundo tan sólo superada por Luxemburgo, pero ¿quién quiere irse a vivir a Luxemburgo si no tiene mar?

La seguridad también es un aval destacado para el país escandinavo. Noruega ofrece una excelente calidad de vida, pues es también el más pacífico del mundo según el estudio de Global Peace. Además, no olvidemos que es uno de los países fundadores de la ONU (que algo contará, digo yo).

En Noruega se vive bien... y mucho. Las estadísticas revelan que la esperanza de vida de la población es de unos 83 años, mientras que la edad promedio es de la población es de 39. Relativamente jóvenes estos noruegos. Comparativamente, en España salimos perdiendo porque vivimos menos. Nuestra esperanza de vida está cifrada en los 76 años. Nos sacan seis y eso es mucho tiempo. Se pueden hacer muchas cosas.

En cuanto al Estado del Bienestar, algo que aquí conocimos bastante tarde pero que en el norte de Europa es moneda de uso común, por ejemplo, los apoyos y beneficios a las madres y mujeres embarazadas son más que abundantes. Lo de conciliar la vida familiar y laboral es algo que no suena a chino en empresas y hogares del frío país norteño. Por otro lado, existe una amplia difusión de la baja por maternidad. El promedio de hijos por mujer es de tan sólo 1,78 (más o menos en España estamos a la par), por lo que el estado brinda apoyos a este sector de la población. Uno de esos beneficios es que las mujeres embarazadas reciben el cien por cien de su sueldo mientras se encuentran incapacitadas durante ocho meses y la empresa donde trabaja está obligada a reincorporarla al finalizar este periodo. El estado también bonifica a las familias con recursos por cada hijo hasta que éstos cumplen los 18 años. Si la mujer decide quedarse en casa para el cuidado de sus hijos recibe una remuneración mensual aún mayor. Esto es, te pagan por trabajar en tu casa. Normal, ¿no? Pues en España, aún estamos en pañales.

Fuera tabúes
Ahora rompamos tabúes. Habitualmente también se ha comentado que los países del norte de Europa eran los que registraban una tasa de suicidios mayor. Sin embargo, esto no se cumple en el caso de Noruega que se ubica en el trigésimo noveno puesto de este tétrico ránking realizado por la Organización Mundial de la Salud. Como curiosidad, el listado se encuentra encabezado por Lituania. Pobrecillos.

Los amantes de la cultura también están de enhorabuena sin quieren irse a vivir a Noruega. Su diversidad cultural se ha incrementado en los últimos años por lo que las políticas públicas son destinadas a la integración de diversos grupos étnicos y a la promoción de la tolerancia.

Hablando de inmigrantes, Noruega ofrece importantes facilidades laborales a este colectivo, quienes representan el 10,6 por ciento de su población total.

Noruega también fue elogiada por su alta tasa de alfabetización, además de por su elevado nivel educativo. En cuanto a la sanidad, la calidad en hospitales y servicios médicos del país están considerados dentro del top 20 de la Organización Mundial de la Salud.

Y si aún no se han convencido, los noruegos en general presumen de la belleza del paisaje de su país, oportunidades de pasárselo bien practicando deportes de riesgo, senderismo, ocio en general, e incluso de su agua limpia y el aire puro. Un paseíto por los fiordos es algo que no se debe dejar escapar.

España, en el puesto 15
Mientras tanto, España ha caído dos puestos en el Índice de Desarrollo Humano, ocupando ahora el puesto número 15. Así, nos situamos por detrás de Noruega, Australia, Islandia, Canadá, Irlanda, Países Bajos, Suecia, Francia, Suiza, Japón, Luxemburgo, Finlandia, Estados Unidos y Austria. El Índice sobre Desarrollo Humano se calcula según el Producto Interior Bruto per cápita, la esperanza de vida, y la tasa de alfabetización de cada país.

En total, 38 países forman el grupo de países con un desarrollo humano muy alto. La mayoría de ellos son países europeos y de América del Norte, a los que hay que añadir Japón, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Hong Kong, Corea, Israel, Brunei, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes y Barbados.

Por su parte, en la parte media y baja de la lista, aparecen sobre todo países africanos y asiáticos. Concretamente, los países menos desarrollados según la ONU son Malí, República Centroafricana, Sierra Leona, Afganistán y Níger, todos ellos países en los que la esperanza de vida al nacer no supera los 51 años y el Producto Interior Bruto per cápita es inferior a 1.100 dólares. Además, en estos cinco países la tasa de alfabetización es de alrededor del 30 por ciento de la población.



jueves, 15 de octubre de 2009

SÁBADOS POR LA MAÑANA



E
l plan era bien sencillo en cualquier sábado por la mañana a mitad los años 80. Con aire somnoliento, te dirigías al salón y encendías (bien temprano para ser fin de semana), la tele y te ponías a ver La bola de cristal. Mientras el desayuno se enfriaba, te quedabas embobado con las pintas de una tal Alaska que ejercía de maestra de ceremonias, te divertías con las ocurrencias de la Bruja Avería (“Viva el mal, viva el capital”) y los Electroduendes, te sorprendías con las secciones de Pablo Carbonell y de Pedro Reyes y flipabas viendo a un tal Kiko Veneno disfrazado de Frankenstein y echándose un cantecito de los suyos.

Veinticinco años se cumplen estos días de la primera emisión de un experimento surgido en la etapa de mayor libertad de la democracia española... por lo menos en la tele. Han leído bien, sí. Hoy día sería imposible que un programa de las características de La bola de cristal no sólo ya triunfara, sino que se programara en las parrillas catódicas españolas. Sería impensable que un espacio como éste (en teoría infantil, pero pretendidamente manufacturado para despertar conciencias entre la juventud española), fuera seguido por más de cinco millones de personas un sábado por la mañana. Es innegable que las cuotas de libertad creativa alcanzadas por Lolo Rico (la madre del invento) y su equipo no se podrían conseguir en el actual panorama televisivo (que cuenta eso sí, con algunas maravillosas excepciones). Es inconcebible que un cuarto de siglo más tarde nos sintamos menos libres, tengamos mordazas que atenazan mensajes que deberían conocer todos los chavales a los que vendría muy bien unas cuantas dosis de este programa al que algunos hemos elevado a la categoría de mítico. Sin embargo, puede que hoy, La bola de cristal no triunfara.

A veces uno no encuentra razones para explicarse la actitud de jóvenes de hoy, su alta tasa de fracaso escolar, su pasotismo ante la vida actual... O sí, pero nos preguntamos si la diferencia abismal que existe entre nuestra Bola de cristal y su Sálvame, es indicativo del tipo de sociedad en el que vivimos.

Lo que está claro es que es increíble al grado de degradación moral al que hemos llegado a través de lo que se nos sirve a través de la televisión. Así es normal que comparemos una época dorada como la que vivimos algunos en los años 80 con esta Edad Media en colores en la que nos encontramos sumidos en la actualidad.



miércoles, 14 de octubre de 2009

CON LAS ARMAS DE LA LEY


E
TA volvió ayer a tener un mal día. La mil veces descabezada banda terrorista vuelve a trastocar a la izquierda abertzale en busca de interlocutores aunque no se sabe muy bien para qué. Ayer, el juez Baltasar Garzón tocaba a rebato contra un nuevo intento de poner en pie el edificio abertzale, esos que buscan soluciones al conflicto vasco pidiendo compromiso a los que están con la Constitución, mientras reivindican la lucha armada por otro lado.

Cayó el nuevo invento auspiciado por ETA para intentar vertebrar un discurso político que sostenga la acción asesina que mantiene desde hace medio siglo. Y en la nueva aventura abertzale, cómo no, está Arnaldo Otegi, que otra vez tendrá que responder ante la Justicia por buscar nuevos caminos políticos donde la ley no lo permite. Con él, destacados miembros del sindicato LAB y del mundillo tétrico que rodea a la banda de asesinos (como ex miembros de la disuelta mesa nacional de Batasuna o ex afiliados al Partido Comunista de las Tierras Vascas).

El caso es que esta nueva “idea” de ETA, bautizada como Bateragune (que significa “todos juntos”) cae en los errores del pasado. El camino para la paz se busca fundamentando el discurso precisamente en eso, en la paz, y no en la negación de lo evidente y en meter la cabeza bajo tierra cada vez que ETA pone una bomba-lapa o dispara a alguien a sangre fría. Quien quiera diálogo que lo busque, pero bajo la premisa de la no violencia. Antes de que se produzca eso, presión policial y judicial frente a los violentos.

La nueva operación policial que ha cercado otra vez al entorno etarra y a los que los vindican, es la prueba palmaria de que el camino emprendido es el adecuado. A cada nueva tentativa de montar un aparato político que sostenga a ETA, los terroristas deben saber que las armas de la ley están prestas para cortarle las alas.



lunes, 12 de octubre de 2009

EL ENCONTRONAZO DE AMÉRICA


C
ristóbal Colón, guiado por la mano de Nuestro Señor Jesucristo y financiado por la corona bicéfala de Castilla y Aragón, descubrió América en 1492. Fue un viernes 12 de octubre. Pero ¿no fueron los vikingos los que estuvieron allí 400 años antes? ¿O es que allí no vivía nadie antes de todo eso? La historia no lo cuenta... por lo menos la oficial. También la misma historia cuenta que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre en divisar dos océanos a la par mientras estaba subido en un promontorio en lo que hoy es Panamá. Los que habitaban la zona desde tiempos inmemoriales debían estar ciegos para no ver tanta inmensidad de agua a diestra y siniestra. También es curiosa la ignorancia supina de aquellos indios que no sabían que el chocolate se llamaba chocolate o la canela, canela. A lo primero, los mayas le llamaban xocolatl. Nada que ver con nuestro castellano, oiga. Creo que en realidad, los que pasaban su vida por allí antes de nuestro descubrimiento eran totalmente mudos, por eso no sabían que el chocolate se llamaba chocolate. Pero sí que hablaban. Emitían sonidos difusos, guturales. Como Colón no los entendía, decidió que no sabían hablar. Por eso el chocolate se llama chocolate.

También causó impresión que fueran desnudos. Seres sin razón ni entendimiento les llamaron. Lo que ellos no comprendían es que los extraños venidos de la mar estuvieran tan arropados con la calor que hacía en la playa de Guanahaní. A esos indios desnudos, se les llamó indios porque para Colón y sus acompañantes eran de la India... aunque el error fue subsanado... varios decenios después. Mientras tanto, aquello era la India y no se hable más. Bajo esta premisa, Colón dictó en 1494 que Cuba era parte de Asia. Como testigos de la aseveración estaban sus marineros. Todos dieron fe con su firma (los analfabetos también rubricaron). Aún no existían Guantánamos ni Fideles. Es que lo de los ojos rasgados equivocaba.

Claro, que siendo Cuba parte de Asia, los descubridores veían lo que querían ver y no lo que realmente veían. Por eso, la nueva tierra era donde se localizaba la fuente de la juventud, El Dorado, el país de la canela, y quita que por allí también estuviera el país de la gominola. A su vuelta al Viejo Mundo relataron estas maravillas de su imaginación y a sus habitantes (también imaginarios). Sirenas con cara de hombre y plumas de gallo, mujeres con orejas que llegaban hasta el suelo, hombres con los pies al revés...

Todo esto y más fue recogido en la primera Historia de América que se escribió. Fue un tal Pedro Martín de Anglería, que describió con todo detalle los usos y costumbres de los indígenas, las maravillas encontradas en esas tierras ignotas y la bravura de los conquistadores bajo la égida de la corona castellano-aragonesa. Y toda esa sutileza en la descripción sin haber pisado nunca América.

Años después de todos estos sucesos, Isabel y Fernando (y sus sucesores), vieron que aquellas tierras despobladas y llenas de riquezas debían ser de alguien. Los indios no contaban para tal empresa. Decidieron que debían ser para la corona. Y parecioles bien. Así dictaron los Requerimientos que en vísperas del asalto a cada aldea explicaba a los indios que Dios regía el mundo y que había delegado en San Pedro y que San Pedro cuando se fue nombró por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la guerra (justificada, claro) y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos, no sin antes ser bautizados. Pero este Requerimiento de obediencia se leía en el monte, en plena noche, en castellano y sin intérprete, en presencia del notario y de ningún indio, porque los indios dormían, a algunas leguas de distancia, y no tenían la menor idea de lo que se les venía encima.

Los españoles también llamaron caníbales a algunos indios porque hacían sacrificios a sus dioses (¡cómo que dioses! Dios sólo hay uno... pero que también es trino... Entonces, ¿en qué quedamos?). Caníbales. Igual de caníbal que el Cerro Rico de Potosí, alimentado durante siglos de la sangre derramada por esclavos indios para llenar de oro y plata las bodegas de los barcos españoles... aunque luego muchos de ellos fueran desvalijados por los piratas (perdón, servidores de la monarquía), ingleses. Otro tipo de canibalismo, ¿entienden?

Hasta hace poco el 12 de octubre era el Día de la Raza. Ahora lo llaman el Día del Encuentro. Pero, ¿cuándo nos hemos encontrado los del Nuevo y los del Viejo Mundo? ¿No sería más lógico decir Encontronazo de América en lugar de Descubrimiento?...



sábado, 10 de octubre de 2009

LA REVANCHA DEL TIEMPO



S
ucede muy de cuando en cuando que la Historia nos deja ejemplos de la bonhomía del ser humano. Hechos que nos hacen reconciliarnos con nosotros mismos en tanto en cuanto, en demasiadas circunstancias aplicamos ese pensamiento hobbesiano (y tan acertado en ocasiones), del hombre es un lobo para el hombre. El 12 de octubre de 1936 se produjo uno de esos hechos que permite pensar en que el hombre puede pensar en el prójimo que necesita la ayuda de sus semejantes. Ese 12 de octubre, aniversario de llegada a otros mundos, gentes de medio centenar de países empezaron a llegar a la ciudad de Albacete para luchar por unos ideales. Las Brigadas Internacionales, nombre con el que se quedaron para la posteridad, labraron un camino de esperanza que, no obstante, fue menoscabado por la realidad de unos hechos que superaron las expectativas creadas en torno a este cuerpo de voluntarios.

Auxilio a la República
De Moscú a Barcelona pasando por Albacete. La primera noticia de ese experimento llamado Brigadas Internacionales tenemos que buscarlo en la capital entonces soviética en el mes de septiembre de 1936. Las autoridades soviéticas en su voluntad de ayudar a la República tras el golpe de Estado de Francisco Franco, trataban de captar voluntarios de ideología izquierdista (no tenían por que ser exclusivamente comunistas) para participar en apoyo de los republicanos. El Gobierno de la República fue un tanto remiso en su origen a aceptar la propuesta porque no veía claro el papel que jugaría este grupo de combatientes. La opinión cambiaría en octubre de ese mismo año, cuando los primeros combates evidenciaron que la victoria no iba a ser tan fácil de conseguir, puesto que el elemento humano y armamentístico del bando nacional era superior.

Al halo mítico que tuvieron las Brigadas Internacionales ayudó un episodio ocurrido en su génesis y que demuestra ese carácter desprendido del que luchó en sus filas. A los pocos días de la sublevación militar, muchos de los atletas que iban a participar en la Olimpiada Popular organizada en Barcelona por Lluís Companys (presidente de la Generalitat), se unieron en una brigada propia, muriendo en los escarceos con el ejército el atleta austriaco Mechter, al que se le considera el primer brigadista caído en combate.

Decididos desde Moscú y desde la República presidida por Manuel Azaña, la sede internacional de reclutamiento se estableció en París bajo la dirección de los Partidos Comunistas soviético y francés. Desde el Gobierno se tramitaba la documentación necesaria, se hacía llegar a París y desde allí a los voluntarios que, desde toda Europa, llegaban vía ferrocarril a Albacete. El día, el 12 de octubre.

Once días después, Francisco Largo Caballero (jefe del Ejecutivo en ese momento) crea la División Orgánica de Albacete con un comité de organización encargado de asistir a los voluntarios que llegaban del extranjero. Pero quien realmente fue el organizador de esta milicia formada por extranjeros de 53 países fue André Marty, secretario de la Tercera Internacional y hombre, al parecer, de la plena confianza de Stalin. Los que llegaban a Albacete se iban distribuyendo por poblaciones cercanas como La Roda, Tarazona de la Mancha, Villanueva de la Jara y Madrigueras. El cuartel general de las Brigadas se instauró en el aeródromo de Los Llanos, que de inmediato se convirtió en objetivo preferencial de la fuerza aérea que apoyaba a los golpistas.

Movilización general
Las movilizaciones para contribuir a la defensa de la República desde las filas de las Brigadas Internacionales se extendieron por toda Europa, pero en países como Alemania e Italia se identificaron como el primer paso para combatir el fascismo y el nazismo emergente en ambos estados.

Las primeras brigadas formadas (XI, XII y XIII) estaban compuestas de franceses, belgas, italianos y alemanes voluntarios. Dentro de cada brigada se constituyeron batallones, generalmente de miembros de la misma nacionalidad para facilitar las comunicaciones entre los integrantes. Al lado de cada jefe militar había un comisario político, cuyas tareas principales eran de carácter político (mantener la moral, arengar políticamente a las tropas, etcétera). Tras las primeras semanas se conformaron las brigadas XIV, XV, 129 y 150. Cada una de ellas se dividía a su vez en tres batallones (en algunos casos había cuatro) que en un principio rondaban los 650 hombres cada uno. Estos batallones recibían nombres con claro contenido político como Garibaldi o Commune de Paris.

Al ardor en la defensa de la República en los primeros tiempos se pasó a la decepción y la desesperación. La ineficacia en el mando, las disputas ideológicas mientras el enemigo avanzaba a paso rápido y la descoordinación con el Gobierno de la República hizo que la experiencia brigadista se fuera diluyendo tras la novedad inicial. A esto se uniría que Juan Negrín (presidente de la República desde el 17 de mayo del 37), intentó por la vía diplomática parar la guerra, haciéndole ver a la comunidad internacional y a las tropas franquistas que, las fuerzas republicanas iban a replegarse. Ante esta situación, el papel de las Brigadas Internacionales decaía. No eran necesarios. La experiencia republicana iba feneciendo y como último momento de exaltación, se les tributó un gran homenaje popular en Barcelona a los que vinieron a España a luchar contra el fascismo. Caballeros de la libertad del mundo: ¡buen camino!, fue el lema escogido para este acto que tuvo su núcleo central en la capital catalana el 28 de octubre de 1938. Toda la ciudad amaneció con pancartas y carteles alusivos a las Brigadas Internacionales. Ante más de 300.000 personas, los internacionales desfilaron por la avenida 14 de abril (la actual Diagonal), en un ambiente altamente emotivo. Dolores Ibárruri cerró el acto con un emotivo y encendido discurso.

Se cerró así un capítulo de nuestra historia que tuvo su reconocimiento cuando a través de la ley de Memoria Histórica a los brigadistas supervivientes se les concedió una más que merecida nacionalidad española. Al fin consiguieron del tiempo, su particular revancha.



jueves, 8 de octubre de 2009

CAMBIO DE MODELO (Y DE MENTALIDAD)



Q
ue los grandes titulares en los próximos años (o decenios), van a corresponder a las economías emergentes, caso de Brasil (y sus Juegos Olímpicos), India o China, es una realidad innegable. Están comiendo el terreno a velocidad de crucero al establishment tradicional de poder económico. En la raíz de esta rápida evolución que sufren estos gigantes están los cambios ejecutados en su “maquinaria interna”. Las transformaciones políticas en unos casos, sociales en otros y económicas en la de todos, han surtido el efecto deseado y en pocos años, serán los países reseñados los que tiren de la locomotora mundial, aunque aún está por ver cuál va a ser el peso político ejercido o si éste va a ir estrechamente ligado a la variable económica.

Estas transformaciones han hecho posible que un país a la postre tan hermético como la China comunista haya sido capaz de organizar unos espléndidos Juegos Olímpicos, que sea motivo de admiración por sus reformas económicas al que todos miran buscando explicaciones de su “milagro”.

Esos cambios también han llegado a la ciudadanía. Lo que hace años era impensable ahora se ha convertido en una esperanzadora realidad. Grandes ciudades como Shanghai han hecho caso omiso a la política del hijo único impuesto por el Gobierno y han dado esperanza a miles de familias. Al hilo de este suceso, las autoridades chinas han cambiado su percepción sobre la adopción internacional. Recordando las terribles imágenes de los orfanatos en el reportaje Las habitaciones de la muerte (en el video que acompaña a este artículo se puede ver una parte), donde antes se buscaba una liberación para millones de niños que debían ser abandonados por sus padres por prescripción gubernamental, ahora toca la política del reagrupamiento familiar. Mucha culpa de ello también la tiene el endurecimiento de las condiciones impuestas para adoptar niños chinos. En pocos años, el gigante asiático ha retrocedido puestos en esta clasificación, ya que países como Tailandia o Nepal han superado en este apartado a China.

Cambios por doquier. Aunque aún esperamos que algunos de ellos redunden en una democratización real del país. ¿Será una espera como la de Godot?



lunes, 5 de octubre de 2009

COMPARTIENDO AFICIÓN


L
as gradas del Carlos Belmonte depararon ayer gratas imágenes de compañerismo y de sana afición por el fútbol. La pareja que ven en la imagen acudía a ver el Albacete-Cádiz, ella tocada con su bufanda de los locales y el enseñando el escudo del equipo de la Tacita de Plata. Al final, en un partido en el que hubo pocas ocasiones de gol, el Submarino amarillo se llevó el gato al agua (y los tres puntos). Normal que él lo celebre con un traguito. El Ramón de Carranza verá la segunda parte de la historia.

Foto: Laura Arroyo.



domingo, 4 de octubre de 2009

LA SALIDA DE LA MADRIGUERA


E
nfrascada como está en la disyuntiva interna sobre qué camino tomar (ya saben, dejar las armas o no) y a sabiendas de que el crédito en España lo tiene a cero, ETA asoma la cabeza al exterior para buscar foros donde exponer su macabra “teoría”. Y para ello se ha fijado en los parlamentos de Suiza y Gran Bretaña.

Después de que el Gobierno de Zapatero diera portazo a la vía del diálogo (algo que se demostró erróneo en cuanto los etarras pusieron bombas en Barajas, aunque en condiciones normales era un riesgo que había que asumir para conseguir la paz), la banda terrorista y su círculo de acólitos ha puesto sus miras en los parlamentos anteriomente citados para que en esos foros se discuta sobre la denominada “cuestión vasca”. Afortunadamente, el trabajo desarrollado por la diplomacia española ha sido diligente y se han podido echar atrás ambas iniciativas que dejan desamparada una vez más, a ETA y a los que apoyan sus iniciativas asesinas desde ámbitos presuntamente políticos.

ETA ha tenido carta blanca durante muchísimo tiempo allende nuestras fronteras. Hasta hace poco, en muchos medios de comunicación europeos, a esta banda de criminales se la calificaba de grupo separatista, haciéndole un flaco favor a la memoria de las más de 800 víctimas que sufrieron el terror etarra.

Esa impunidad de la que ETA ha disfrutado en otros países, se ha acabado. El Gobierno ha dispuesto la total estrangulación de las actividades apologéticas de este atajo de asesinos y prueba de ello ha sido la eliminación de ambas iniciativas en sedes parlamentarias.

Por otro lado, ETA mantiene su contradicción desde que volvió a matar. Con una mano llama a la sociedad vasca y a los políticos al diálogo, y con la otra coloca bombas-lapa y aprieta gatillos. Bajo esta premisa es difícil que su credibilidad sea de nuevo tomada en consideración. Ahora tenemos a esta pieza en su madriguera, agazapada, pero esperamos que pueda ser presa fácil para la democracia.



viernes, 2 de octubre de 2009

EL ATERRIZAJE DEL TLP


A
lbacete es desde ayer, la cuarta ciudad europea que acoge el Programa de Liderazgo Táctico (TLP en sus siglas en inglés), de la OTAN, tras las ciudades alemanas de Fürstenfelbruk y Jever y la belga de Florennes. Se imprime así un nuevo capítulo de la longeva relación que la capital mantiene con las actividades militares aéreas, circunstancia que la ha llevado a ser considerada como uno de los puntos fundamentales del país en este ala del ejército español. Algo habrá tenido que ver en ello, la decisión de la Alianza Atlántica de trasladar su base de entrenamiento táctico para pilotos a la Base de Los Llanos (no nos acostumbramos a que esta denominación pase a mejor vida).

Aunque bien es cierto que la gran mayoría de albaceteños aún desconoce qué significan las siglas TLP, los mandos al frente de este programa han lanzado ya una premisa sobre la que quieren trabajar: la de mantener un estrecho vínculo con la vida de la ciudad, al igual que desde hace años hacen Maestranza y la propia base aérea.

Por otro lado, Albacete ha sido escogida por la OTAN para ser sede de un programa que busca la excelencia en el funcionamiento de las fuerzas aéreas aliadas, mediante el desarrollo de la capacidad de liderazgo, del entrenamiento táctico de vuelo y el emplazamiento de misiones. Para ello, en su primer año de estancia en la ciudad, el Programa de Liderazgo Táctico desarrollará cinco cursos de entrenamiento para pilotos de la Alianza Atlántica.

Como aviso para tranquilizar a los críticos, los responsables militares del TLP ya han dicho que intentarán no interferir en la tranquilidad de la ciudad. En la parte de las ventajas, este programa ha servido (antes de que las actividades estén aún por desarrollar), para adecuar mediante una importante inversión, las instalaciones de la base aérea. La incesante llegada de pilotos y otro personal militar será un acicate más para la economía de una ciudad que da la bienvenida a esta instalación.



jueves, 1 de octubre de 2009

LA BELLA DECADENCIA DE PÈRE LACHAISE


T
iene algo de cautivador, de misterioso, de decadente (en el sentido romántico y no peyorativo del término), de místico… y por qué no decirlo… de encantador. El cementerio parisino de Père Lachaise, convertido hoy en una de las mayores atracciones turísticas de la capital francesa (sí, sí, créanlo, más de dos millones de visitantes al año), es un lugar atrayente por la mezcla de espacio público en el que se conjuga la paz y tranquilidad (nunca mejor dicho), con la posibilidad de encontrarse a un ramillete de personajes famosos, eso sí… todos muertos y enterrados.

Hagamos un poco de historia. El nombre dado al cementerio es un homenaje a François d’Aix de la Chaise, conocido como el Père la Chaise, confesor de Luis XIV, ese Rey Sol en el que se creía encarnado el estado absolutista. El 21 de mayo de 1804, el cementerio se abrió oficialmente para una primera inhumación, la de una pequeña de cinco años. Sin embargo, no fue bien aceptado por los parisinos en un primer momento, que no querían descansar eternamente en las afueras de París. Sin embargo, con el crecimiento de esta urbe, Père Lachaise prácticamente está ya en el centro de París.

Al ser transferidos al mismo los restos de algunos personajes de gran prestigio, la élite parisina le concedió su beneplácito e incluso pidió ser enterrada allí. Tras su apertura, el cementerio de Père Lachaise ha sido ampliado en cinco ocasiones: en 1824, 1829, 1832, 1842 y 1850. Esto le ha permitido pasar de 17 hectáreas y 58 divisiones a 43 hectáreas y 93 divisiones, que contienen unas 70.000 tumbas y más de 5.300 árboles.


Lo nunca visto y pensado. Por lo menos para nuestra carpetovetónica concepción de cementerio: es normal que los parisinos vayan allí a pasear, a sacar a su perrito o simplemente a leer en un precioso día soleado en los bancos de alguna plazoleta que sirven de nexos de unión de las divisiones existentes en este camposanto.

Père Lachaise es el cementerio más grande de París intramuros. Está situado en el XX distrito (los bohemios arrondissements parisinos) y sitúa su origen a principios del siglo XIX, cuando se construyeron varios cementerios con el fin de reemplazar a los que por entonces existían en la Ciudad de la Luz. En las afueras de la capital se situaron: al norte, el de Montmartre; al este, el de Père Lachaise; al sur, el de Montparnasse y en el centro de la urbe, el de Passy.



Lo cierto es que una ciudad con la riqueza monumental de París no podía dejar que sus cementerios fueran simples lugares de enterramiento. No valen nichos o sepulturas rodeados de aburridos cipreses. Père Lachaise se concibe así como camposanto, parque, lugar turístico, monumento nacional y espacio para el recuerdo. Individual y colectivo. Porque este cementerio lleva implícita la memoria del horror y el sufrimiento no sólo francés, sino también europeo. Absolutamente conmovedoras (y a veces desgarradoras), son sus esculturas conmemorativas a los franceses que lucharon en España en las filas de las Brigadas Internacionales o a los españoles que formaron parte del ejército aliado que se enfrentó a la Alemania nazi. El vívido recuerdo a los aniquilados en los campos de concentración de Hitler también conmueve al visitante. Hay también espacio para recordar la historia negra del país vecino como por ejemplo en el Muro de los Federados o de los Comuneros, donde en 1871 fueron ajusticiados 147 dirigentes de la Comuna de París (aquel intento por crear un gobierno popular y federal en Francia).



Pero Père Lachaise, cuya concepción le fue encomendada al arquitecto neoclásico Alexandre Théodore Brongniart, es esencialmente conocido y visitado por ser el lugar donde descansan los restos mortales de muchas personalidades del mundo de las letras, la música, la pintura, el conocimiento histórico, etcétera. Así, entre sus callejuelas estrechas y a la sombra de vetustos árboles podemos encontrarnos las tumbas del cantante de The Doors, Jim Morrison, de la gran Édith Piaf, de Gilbert Becaud, de la pareja formada por Simone Signoret e Yves Montand, de Molière, Marcel Proust, Oscar Wilde, Georges Bizet, Frédéric Chopin, Guillaume Apollinaire, Miguel Ángel Asturias, Honoré de Balzac, Georges Méliès, Amedeo Modigliani, Gioacchino Rossini, los amantes Abelardo y Eloísa e incluso el que fuera Príncipe de la Paz, el español Manuel Godoy. Hasta hace poco también se podía visitar (de hecho el lugar físico aún existe), la tumba de la gran Maria Callas, pero sus cenizas han sido trasladadas a Grecia.

Turismo de masas
Las sensaciones son extrañas en este lugar. Al respeto de estar en un cementerio, se une el desconcierto de pasear por un “sitio turístico”. Aunque quieras, no te puedes resistir a hacerte una foto con Jim Morrison u Oscar Wilde, genios de lo suyo y admirado por legiones de admiradores. La mitomanía (con un punto necrófilo, todo hay que decirlo), alcanza sus cotas más increíbles en este lugar, al que un extraño magnetismo te invita a volver. Naturalmente que habrá quien se sienta incómodo o cohibido en este lugar, pero Père Lachaise llega a hipnotizarte cuando divisas a lo lejos una maraña de tumbas, mausoleos y enterramientos.

Gentes de las clases altas con sepulturas de humilde condición. Famosos con desconocidos. Cristianos con musulmanes, judíos, sintoístas, etcétera. El ejemplarizante laicismo francés (ese que Nicolas Sarkozy quiso cargarse), tiene un buen ejemplo en este lugar. Te vas de Père Lachaise con dos cosas claras: que quieres volver y que en ese cementerio, un lugar a priori de muerte, de bella decadencia, sales vivo… pero que muy vivo.