miércoles, 11 de febrero de 2009

EL DISCRETO ENCANTO DEL CONSENSO


D
iscreto y ¿frágil? consenso. A veces uno piensa que la inteligencia política es a la inteligencia, lo que la música militar es a la música. No cabe resquicio para un entendimiento que debe servir para el bien común, a la vista de las reacciones de los dos principales partidos en todo el asunto del Estatuto de Castilla-La Mancha.

El concepto consenso lleva unos cuantos años siendo obscenamente sobreutilizado por nuestros políticos y pierde todo su valor (y encanto) entre la ciudadanía.
Pero un asunto como el nuevo Estatuto no debe caer en saco roto. Entra en ese malicioso juego político el que uno diga que el señor Barreda ha puesto en peligro la reforma y que el otro bando hurgue en la vida interna del rival. Pero, la comunidad espera mucho de sus políticos para que estos se lancen los trastos a la cabeza a las primeras de cambio, rompiendo el hechizo del consenso en un suspiro. Así es la vida.

Es momento ahora de luchar por un objetivo común. El Estatuto, tras su paso por fase de enmiendas y Comisión Constitucional, debe llegar a ambas cámaras del Parlamento nacional, limpio de polvo y paja, listo para su aprobación definitiva y su entrada en vigor. Eso es lo que más nos interesa en estos momentos, porque Castilla-La Mancha se juega mucho. Y no sólo la región. De este texto, de su procedimiento de aprobación, de su “puesta en marcha”, también están pendientes otras comunidades que entran en juego en la llamada “guerra del agua”. El Levante español también mira atentamente el texto surgido de la Cámara regional, y a buen seguro, tendrá algo que decir una vez que termine todo el proceso. Pero no adelantemos acontecimientos. Es tiempo de sosiego, de andar todos por la misma senda en busca de un texto, que obviando temas de agua, incidirá positivamente en las condiciones de vida de todos los manchegos.

En eso sí hay consenso, ¿no?

2 comentarios:

Alfonso Piñeiro dijo...

Con todo lo que ha caído en torno a las aguas del estatuto, y lo que le está costando romper susodichas al jodío: un embarazo de 25 meses, y subiendo.

Miguel A. dijo...

Normal querido colega... si es que algunos/as hubiesen deseado un aborto... a pesar de estar en contra de ello. Y es que nunca se puede decir de este agua no beberé...