jueves, 28 de agosto de 2014

Periodista: Profesión en la que se tratan las vergüenzas propias y las ajenas.



lunes, 25 de agosto de 2014

BoCabulario V

Novelero: Tipo de embarcación que no navega a vela pero que presume de que sí.



domingo, 24 de agosto de 2014


Si Daenerys Targaryen reinara en Chiclana, en vez de khaleesi, ¿sería caliche?


Nota: Caliche en chiclanero significa trozo de cal que se desprende de las paredes de las casas antiguas...



jueves, 21 de agosto de 2014

El polvo y la paja


No quiero masturbarme. ¡Quiero follar!

En un determinado momento de la representación, Santiago Molero le gritaba esto a Rulo Pardo, ambos autores e intérpretes de Sexpearemente, una oda al trabajo teatral, un viaje por odiseas a veces difíciles, pero siempre gratificantes. Bueno, que me disperso… Lo de hacerse pajas y follar venía a cuento por lo siguiente: en un pasaje de su propia historia teatral, los dos actores se dieron cuenta que algo fallaba, que quienes solo venían a verles al teatro eran familia, amigos y gentes de la farándula en general. Problema. De ahí la maravillosa metáfora del no querer hacérselo uno mismo, sino compartirlo con más gente. Algo así pasa en Chiclana eh… Aquí nos pajeamos mucho y follamos poco con otras personas. Quien quiera entender la metáfora, que recoja.

Si hace un par de semanas decíamos que Suripanta trajo un dinamismo pocas veces visto sobre las tablas del Teatro Moderno, llegan Pardo y Molero (actores baqueteados en cualquier género y por ello, solventes en lo suyo) y baten el récord mundial. Este repaso a su vida sobre las tablas visto a modo de cuadros y con un finísimo humor dotado de pinceladas críticas, presume de potencia con control, de exceso domado, de velocidad pausada y de una fluidez asombrosa. Normal que el sudor de los dos intérpretes regara las tablas. Sudor del trabajo bien hecho.

Sudorosos también por este frenesí teatral salimos los allí presentes. Ni muchos ni pocos ni todo lo contrario. Chiclana, oyes… El que no estuvo se perdió un espectáculo de altura que dos actores supieron dominar a la perfección. Un viaje este, por sus experiencias que es metáfora de la situación teatral en el país. Muchos proyectos que surgen al calor de las subvenciones (fantástico sketch), para luego montar compañías que ponen en escena obras de todo tipo (desternillante La casa de Bernarda Alba…ñil), hasta la reconversión en espectáculos más pequeños por modas (el Hamlet en clave de comedia) o por la crisis... con la vuelta al cabaret que nunca abandonaron. Hablando de cabaret, el final fue colosal. Uno de esos que hacía tiempo que no sentía, que no disfrutaba. Dándolo todo en los diez minutos finales, con una imaginería poderosa y con escasos pero poderosos efectos (gran selección musical, por cierto, desde Raphael a Muse) que dieron lustre a ese epílogo que nos dejó con cierta sensación agridulce… ¿Qué habrá en el futuro del teatro? Probablemente si seguimos el camino de libros que nos dejaron por el escenario, encontremos la respuesta… sexpearemente…



lunes, 18 de agosto de 2014

Pequeño vals vienés


En Viena hay diez muchachas, 
un hombro donde solloza la muerte 
y un bosque de palomas disecadas. 
Hay un fragmento de la mañana 
en el museo de la escarcha. 
Hay un salón con mil ventanas. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals con la boca cerrada. 

Este vals, este vals, este vals, 
de sí, de muerte y de coñac 
que moja su cola en el mar. 

Te quiero, te quiero, te quiero, 
con la butaca y el libro muerto, 
por el melancólico pasillo, 
en el oscuro desván del lirio, 
en nuestra cama de la luna 
y en la danza que sueña la tortuga. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals de quebrada cintura. 

En Viena hay cuatro espejos 
donde juegan tu boca y los ecos. 
Hay una muerte para piano 
que pinta de azul a los muchachos. 
Hay mendigos por los tejados. 
Hay frescas guirnaldas de llanto. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals que se muere en mis brazos. 

Porque te quiero, te quiero, amor mío, 
en el desván donde juegan los niños, 
soñando viejas luces de Hungría 
por los rumores de la tarde tibia, 
viendo ovejas y lirios de nieve 
por el silencio oscuro de tu frente. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals del "Te quiero siempre". 

En Viena bailaré contigo 
con un disfraz que tenga 
cabeza de río. 
¡Mira qué orilla tengo de jacintos! 
Dejaré mi boca entre tus piernas, 
mi alma en fotografías y azucenas, 
y en las ondas oscuras de tu andar 
quiero, amor mío, amor mío, dejar, 
violín y sepulcro, las cintas del vals.

Federico...






domingo, 17 de agosto de 2014

Dos cervezas más tarde, huí de la escena del crimen.



sábado, 16 de agosto de 2014

Melendi y la Educación para la Ciudadanía


Crónica de un concierto al que no asistí… y menos mal...

Asturias tiene cosas muy valorables. Sus quesos, sus paisajes, sus culines de sidrina, Víctor Manuel, David Villa, las ovejas xaldas, el Cantábrico, las morcillas… Pero Melendi no es una de ellas. Lo que voy a hacer, señoras y señores, es un ejercicio de funambulismo puro. Así, a bote pronto, sin red que me sostenga. Apréstome a realizar la crónica de un concierto al que no asistí… por fortuna. Como el señor director de esta publicación no me obliga a ir a todos los actos, decidí quedarme en casa viendo una película interesantísima en vez de aguantar al asturiano.

Y es que el asturiano dio lo que le pedían… Horita y media (supongo), de sus canciones que han llegado varias veces al número 1 de los 40 Principales (que si no llegas ahí, copón, no eres nadie) y que fueron coreadas (sigo suponiendo) por sus tres mil enfervorecidos seguidores (también es de suponer). Les podría desglosar aquí el listado de temazos que el chico cantó ante sus parroquianos, pero qué quieren que les diga, no me sé ninguna y tampoco tengo ganas de abrir la Wikipedia para informarme. Eso sí, a lo lejos sonaba algo parecido a música con cierto vocerío que yo presumía se trataba del propio Melendi (algún día que me explique de dónde viene el nombre artístico). Esa peculiar voz nasaloide a medio camino entre el kinki de Carabanchel y un Dylan con constipado. Eh eh, borren lo de Dylan. El genio de Duluth no se merece que lo meta en estos líos… aunque probablemente cante peor que hasta el propio Melendi. Pero Víctor Manuel canta mejor… Arrastrao, pero mejor.

Pues eso, que “tocaron” varias cancioncillas y fue de agradecer que a las 12 ya habían terminado y pude salirme a la terracita de mi casa a tomarme una birra, que a buen seguro el propio Melendi hubiese compartido conmigo. Hablando de estimulantes. Al asturiano le dio por sentar cátedra acerca de las drogas. “Chicos, no compréis droga. Haceros estrellas del ¿pop? Os la darán gratis”… Bueno, eso no lo dijo pero casi. Los pasajeros de aquel vuelo a México aún tienen que estar acordándose de los ancestros de Melendi y no aplaudirían ese gesto de bonhomía del cantante. Melendi a favor de Educación de la Ciudadanía. ¡Bravo!

Y no sé qué más contarles. Ah, sí, luces y sonido, guay. Ya se sabe, las maniobras de distracción y la teatralidad vienen muy bien cuando no hay mucho más que enseñar… salvo que la droja es mala.



viernes, 15 de agosto de 2014

Curriculum vitae


Texto literal que he enviado a una empresa que busca "community manager" en Cádiz... Que lo disfrutéis...

Buenas. Probablemente sea yo la última persona en la que os fijaréis según las pautas que buscáis.

¿Necesitáis a un periodista de carrera? No lo soy, sin embargo llevo desde 2004 trabajando para empresas como Publicaciones del Sur, Radio Chiclana, Chiclana TV o Información y Desarrollo de Albacete. En todas ellas, además, con puestos de responsabilidad. Y si me dieron esos puestos, será porque para algo sirvo... Pero no, no tengo la carrera de Ciencias de la Información.

¿Necesitáis un community manager? Sí, y yo tampoco me considero una cosa de esas, aunque en mi última empresa desarrollara los contenidos de su web y gestionara sus redes sociales. Conocimientos SEO y patatín y patatán... Pues miren, no tengo titulación alguna, pero si la web sigue funcionando a día de hoy con miles de seguidores, por algo será. No tengo ni idea de lo que es ser SEO.

¿Necesitáis a alguien que sepa inglés y que tenga títulos B1, B2, C1, C2...? No, no los tengo, pero sobrevivo cada vez que me voy fuera de viaje... Y cuatro años enseñando una bodega en inglés a estadounidenses, ingleses, suecos, alemanes, rusos... creo que puede demostrar que algo de inglés sé hablar.

Por lo demás, échenle un vistazo a mi currículum, tampoco van a perder nada.

Ah, eso sí, sé redactar notas de prensa y relacionarme con gente de puta madre... perdón, bastante bien (uno también tiene su puntito ególatra, porque sí, soy bueno en lo que hago).

Muchas gracias.



jueves, 14 de agosto de 2014

Lo que uno oye por ahí

A ti la ropa te afea mucho... Mejor desnudo.



miércoles, 13 de agosto de 2014

Betty Joan Perske


La mirada lánguida, el cigarrillo posado sobre sus labios, su melena rubia que apenas quería esconder ese luminoso rostro. Se nos ha ido Lauren Bacall... bueno, se me ha ido una de mis actrices favoritas, desde que la ví (al igual que Bogart), la primera vez diciendo que silbara si la necesitaba. Un tío raro como Lars von Trier la necesitó y echó mano de ella. Nunca se llevó un Oscar y eso que la nominaron, pero da igual. Quien quiere una estatuilla cuando una se sabe grande entre las grandes.

Salía pocos minutos en Misery y yo simplemente fui feliz verla en esa pesadilla comandada por Kathy Bates. Fue sospechosa en el Asesinato en el Orient Express y la vimos junto a Paul Newman en Harper, investigador privado, que todo hay que decirlo, es un peliculón. Ya solo con esta carrera estaría considerada como una buena actriz, pero no era una buena actriz era una actriz jodidamente buena: Escrito sobre el viento, Cómo casarse con un millonario, Mi desconfiada esposa y una tríada maravillosa (Cayo Largo, El sueño eterno y Tener o no tener). Con semejante curriculum no hay "persona humana" que no pueda caer rendida a los pies de Lauren.

Voy a silbar a ver si se me aparece de nuevo. La necesito...




La cara de pánfilo que se le queda a Bogey. Puro amor.



lunes, 11 de agosto de 2014

El pecado de no ser Darío Fo


Podríamos hablar de la crítica que subyace en todos los textos de Darío Fo, de su genialidad para usar el absurdo y la sátira en textos que transgreden convenciones sociales y provocan incomodidad en las élites dominantes. Podríamos hablar de la evidente carga política de esos escritos y de la actualidad que rebosan a pesar de que algunos hayan sido publicados hace tres décadas. Pero simplemente vamos a hablar de lo divertido que puede llegar a ser el Nobel de Literatura… cuando hay una compañía como Suripanta que sabe de qué va esta cosa del teatro.

El secuestro de la banquera, dirigida por Esteve Ferrer y presentada en el Moderno por los extremeños Suripanta, es un lujazo, un regalo a todos los que pudimos ver un montaje hiperbólico, exagerado, verborreico, exaltado, dinámico, grotesco. Una obra bien montada y mejor ejecutada a pesar de lo dificultoso de poner en escena un texto denso pero divertido, crítico pero hilarante. El elenco, a la altura, con un trabajo previo digno de encomio. Esas réplicas que entran a tiempo en un texto que se sucede a la velocidad de una ametralladora son gloria bendita para el amante del teatro. Incluso supieron salir de algún jardín (se nota que es la primera vez que se hacía ante público y aún hay que pulir detalles) con cierta gracia y elegancia.

Soy de los que piensa que la crítica, si es con humor, entra mejor. Y Fo en eso siempre ha sido un maestro demostrándolo hasta en sus obras con un trasfondo más dramático, como por ejemplo hizo en Muerte accidental de un anarquista. Se agradece el humor en tiempos tan tenebrosos. Si sumamos Fo + Texto brillante + Montaje sencillo pero efectivo + Reparto en estado de gracia tenemos un espectáculo de categoría. Un aplauso a estos actores que se han metido hasta el tuétano en unos personajes que a simple vista pueden parecer de muy bajo perfil pero que esconden segundas y terceras intenciones. Lo de Fo también es admirable en su trabajo con los arquetipos. Otro en su lugar, hubiese apostado sobre seguro y no se hubiese metido en definiciones severas de personajes como “el ladrón” o “la banquera”, pero el dramaturgo italiano sabe hacer fácil lo difícil. Por eso funcionan tan bien esos personajes. La sencillez como marca de algo bien trabajado.

Mi pena al terminar la función (por cierto, doblemente reivindicativa en su final), es sentirme pequeño, un don nadie ante la magna figura del señor Fo. Ahora envidio aún más el querer ser como él y lamento ser un pecador que no llega a ser suficiente creyente en su dogma teatral por simple incapacidad. Que Talía me coja confesado.



domingo, 10 de agosto de 2014

-Jefe, ¿tiene un sigarrito?

Chiclanerismos...



sábado, 9 de agosto de 2014

Vetusta Morla y lo que los hace grandes




Lo que hace grande a una banda como Vetusta Morla es su propia música. O su modo de parir discos. O el hecho de haberse convertido en pocos años en un referente musical en este desierto cultural que es España debido a crisis e idioteces gubernamentales...

O simplemente lo que los hace grandes, puede ser el final del concierto que acaban de ofrecer en Chiclana. Ese epílogo con Los días raros, ese crescendo estupendo, ese lirismo exacerbado, esos pelos de punta… Eso es lo que le pedíamos al sexteto de Tres Cantos y eso es lo que ofreció. Satisfechos.

Había que escuchar con atención a una banda que no es una más en esa cosa llamada “escena indie”. Dejando de lado compartimentos-estancos, Vetusta Morla goza de una posición privilegiada tanto en cuanto muestra un lustroso bagaje en forma de letras y música que les hace tomar distancia con algunos de sus compañeros de generación (y sin ánimo de menospreciar a una ola de bandas que dan fulgor a la música española). El ejemplo más cercano es La deriva, su último disco, un punzante grito de hastío y rebelión ante una situación socio-económica que llega a desesperar. Sí, músicos haciendo política. La música también sirve para eso.

Sabiendo lo que hace grande a Vetusta Morla, cabe reseñar su concierto chiclanero como una oda al exceso bien entendido a lo largo del repaso que hicieron de sus tres discos. Un gozoso exceso que vimos en la interpretación de canciones como Sálvese quien pueda o Valiente.

Musicalmente excelsos, los Vetusta Morla consiguieron mantener el interés con una ruptura total con la rutina. Esa rutina de la que adolecen algunos instalados en el éxito cuando se suben a un escenario. Cada tema era una apuesta seria, bien aceptada por el público que no llenó el Municipal de Deportes (cosa que a buen seguro harán algunos productos prefabricados que pasarán a posteriori por el mismo lugar. Perdónenme, a mi es que me gustan las cosas buenas). Y es que esos órdagos del grupo madrileño son sobre seguro: tienen un directo excelente y saben defender con garantías su producto discográfico. Sin querer resaltar nada por encima de un todo excepcional, un servidor se queda con las bases rítmicas, en especial el equipo de percusión, sencillamente espectacular. Y si tenemos algo que reprocharles es que no tocaran temazos como Autocrítica, Al respirar o Saharabbey Road. Pero claro, eso pasa cuando lo que sí han tocado también roza la perfección.



BoCabulario IV

Bagnad'eau: Inventor francés que un día descubrió la utilidad de meterse en el agua con pantalón corto.



miércoles, 6 de agosto de 2014

Soy un mecanismo complicado de descifrar.



martes, 5 de agosto de 2014

"Lo que cuenta el disco y cómo lo cuenta, es un todo. Siento que es la primera vez que lo conseguimos"


Una tortuga que optó por creerse lo justo para no convertirse en nada. Esa era la tortuga que en La historia interminable de Michael Ende, recibía el nombre de Vetusta Morla. Pero los Vetusta Morla que visitan este viernes el Campo Municipal de Deportes de Chiclana (en lo que será el concierto del verano), se lo creyeron bastante y han conseguido convertirse en la banda española más importante de los últimos años… con permiso de ilustres compañeros de profesión. Y para que entendamos cómo fue ese proceso de pasar de ser chicos de barrio con muchas ganas de meterse de lleno en la jungla de la música a ser reyes en festivales, tuvimos la oportunidad de hablar con Juanma Latorre, guitarrista y letrista de la banda. El lugar, los estudios de Radio Chiclana. Los maestros de ceremonias, don Ernesto Salgado y un servidor…

-¿Qué ha cambiado en vosotros, como grupo y como personas desde la publicación de Un día en el mundo, vuestro primer disco?
La verdad es que han cambiado muchas cosas, pero lo esencial sigue intacto. Hemos aprendido muchísimo. Nos manejamos mejor como banda, como músicos, como dueños de un sello discográfico. Hemos aprendido muchas cosas y además, las hacemos mejor, aunque nos damos cuenta de todo lo que hacemos mal. El primer efecto de aprender es negativo porque te das cuenta de tus errores. Sin embargo somos un grupo de amigos, con gran interés por expresarse a través de la música. Y es que cuando estamos en un concierto, no queremos estar en ningún otro tiempo ni lugar. Disfrutamos con ello, recorriendo el país, viviendo aventuras. Todo lo demás es atrezo, aunque sea importante.

-Esa capacidad de sorprenderos que teníais en vuestros primeros tiempos se comprobaba en aquellos primeros conciertos. ¿Os sigue sorprendiendo vuestra capacidad de convocatoria?
Lo cierto es que sí. Y con esta gira más que nunca. Estamos alucinados por lo que está pasando con La deriva, con los tickets de conciertos ya vendidos antes de que saliera el disco. Y es que si el disco hubiese sido una castaña, ¡nos hubieran matado! (Risas). Lo cierto es que nos sorprende para bien esta respuesta que estamos teniendo de nuestros seguidores.

-Hablando de La deriva, se nota una evolución en diversos aspectos de vuestro trabajo que quizá en otros grupos no se nota tanto, pero en este último trabajo vuestro hay un tono más crudo, más amargo, más enfadado tanto en letra como en música. Suponemos que la situación social en la que nos encontramos afecta…
Sin duda. Es en parte responsable de esa crudeza del álbum. Estoy de acuerdo con este análisis. Quizás no hay enfado, pero sí rabia. Es una fuerza motora. El disco fue escrito en unas circunstancias políticas y personales que han influido en letras y música, eso es indudable. Además el modo de hacer el disco fue rápido, trabajando en comandos, en grupos de dos o tres. Eso hizo que el camino fuera más recto, con menos curvas. Así no nos detuvimos en florituras, atmósferas y el sonido sale más crudo. Puede parecer que hacer un disco rápido, con menos tiempo, puede ir en detrimento de la calidad artística, pero no ha sido así en este caso. La forma acompaña bien al mensaje.

-Está claro que sois versátiles, porque si en Un día en el mundo incluisteis temas que ya llevaban tiempo compuestos, pasáis por Mapas y llegáis a La deriva con un planteamiento totalmente diferente, grabado de forma distinta. ¿Cómo os habéis adaptado en el estudio a esta atmósfera?
Sinceramente, mejor de lo que esperábamos. Nos hemos adaptado bien. Hemos trabajado con el mismo equipo humano y técnico de anteriores trabajos y todos han sabido entender cuáles son las circunstancias con las que empezamos a trabajar y hemos sabido ponerlas a favor del disco, adaptándose los métodos de trabajo para este álbum. No es fácil porque siempre nos ha costado mucho tiempo componer, ya que siempre hemos compuesto madurando las canciones en el local de ensayo durante mucho tiempo y que además, siempre hemos compuesto tocando los seis juntos y cambiar esos hábitos no era sencillo. Si no hubiésemos tenido esa flexibilidad, todo hubiese acabado mal, pero no. Ha salido todo bien. Lo que cuenta el disco y el modo en que lo cuenta es un todo. Siento que es la primera vez que lo conseguimos.

-Por la evolución que lleváis en vuestra carrera, por los temas que tratáis y por la forma de parirlo, por los esquemas de composición que usáis, ¿os sentís revolucionarios?
No me siento así, porque esquemas de composición hay muchísimos y a cada banda le va bien el suyo. En nuestro caso, no tenemos un líder solo. Pucho es nuestro frontman, pero llegadas otras áreas de trabajo, cada uno coge las riendas en su parcela. Otras bandas se nos parecen, otras no. Se han dado tantas formas de componer y de hacer discos, que yo no me atrevería a decir que somos revolucionarios, porque seguro que otros ya han hecho lo que hemos hecho nosotros.

-Hace tiempo que no se os veía por Cádiz…
La verdad es que sí. Hace ya dos años que tocamos en El Puerto de Santa María y eso que es una tierra que nos encanta, pero bueno, la ocasión de tocar en Chiclana es para celebrarla…

-Por cierto, que la costa está una vez más omnipresente en el mundo Vetusta Morla pesar de ser de Madrid.
Eso es culpa mía, porque yo nací en Alicante. La ausencia de mar en Madrid hace que tenga un puntito de morriña semi dolorosa que haga que tenga presente este tema cuando compongo.

-Si pudieras viajar en el tiempo y tuvieras ocasión de hablar contigo mismo antes de grabar Un día en el mundo, ¿qué te dirías?
Esa es buena pregunta. Creo que me escondería y no me diría nada para no modificar el fluir de los acontecimientos. No se me ocurre nada mejor de lo que nos está pasando. No se dé qué manera podría ir mejor en lo artístico y emocional en lo que supone de experiencia y aventura estar tocando en Vetusta. Respondiendo a tu pregunta, observaría desde una esquinita del estudio sin decir nada.

-Lo que os está pasando es consecuencia de haber tomado las riendas de vuestro futuro, algo arriesgado pero con la seguridad de que podríais acertar y de hecho, lo habéis conseguido…
Pero también nos hemos equivocado mucho. Siempre hemos tenido una especie de fe ciega en nuestra música y posibilidades algo hasta cierto punto, inexplicable y eso que nos hemos enfrentado a pruebas duras a lo largo de estos años. Ha sido una necesidad vital el tirar adelante. Tenemos mono cuando no tocamos o no componemos. Esa pulsión que te empuja de manera inconsciente es lo que nos ha movido, a veces en contra del sentido común.

-¿Hacéis planes a largo plazo o vais paso a paso?
Somos de ir paso a paso, hacer planes a la larga no funciona. Es lo recomendable por la forma de acometer nuestro trabajo y la forma del negocio en el que estamos envueltos, muy volátil y cambiante. Te puedes hacer metas abstractas, pero no tenemos planes de dominación mundial (risas).

-¿Es suicida ser músico hoy en España?
Sí, pero es una bonita manera de suicidarse. Es hermoso y duro dedicarse a esto. Nosotros tenemos la fortuna de compaginar nuestra vida con ella y poder pagar las facturas con la música. Es una suerte porque la situación está tirando a regular. Cualquiera que se haya dedicado a esto sabe que cuando te pica el “bicho”, te aguantas porque no hay más remedio y tiras hacia delante.

-¿Cómo fue la experiencia de componer una banda sonora para un videojuego?
Fue algo bonito. Compusimos la música para Los ríos de Alice y de ahí sacamos muchas conclusiones positivas. Tengo la sensación de que fue fundamental para llegar a buen puerto con La deriva porque ahí fue donde ensayamos el trabajo por comandos que os comentaba antes. Hubiera sido mucha más duro hacer La deriva sin hacer antes la banda sonora de Los ríos de Alice. Fue un buen banco de pruebas.

-Nos dices que no sois revolucionarios y ¡hacéis una banda sonora para un videojuego en España!
(Risas) Bueno, me refería a los métodos de composición y de trabajo. Puede que otros hayan hecho algo similar, aunque aquí no es muy usual. Fuera me consta que sí se han producido casos similares. Y espero que se vuelva a repetir con nosotros porque es algo muy satisfactorio. Particularmente, he descubierto como los videojuegos son una forma de arte interdisciplinar. Y también que están dados de lado por los medios de comunicación Y eso que es una industria cuyos números y beneficios son mareantes.

-Hablemos del fenómeno festivales. En época de crisis, hay una floreciente muestra de eventos de este tipo por toda la geografía nacional que son muy concurridos. Vosotros sois asiduos de festivales que surgen en plena crisis con ese maldito 21 por ciento de IVA cultural…
Montar un festival es complicado, pero están teniendo un éxito de público notable porque hay mucha calidad en la oferta. En España desde el BBK, al FIB, Cruilla, Low Festival… Hay muchos festivales interesantes con figuras nacionales e internacionales. La oferta es buena y a la gente le gusta ir. Y es que se razona así: por el precio que me puedo gastar en ver a una sola banda puedo ir a ver a varias bandas. Además, son eventos divertidos y espero que la gente pueda seguir yendo… a pesar del 21 por ciento de IVA que es insoportable,… a ver si lo eliminan, porque entre el IVA, la SGAE, etcétera… el promotor de conciertos y festivales antes de que se celebren, ya ha perdido un 33 por ciento de la inversión. No creo que haya muchos negocios donde se meta una cuchara del 33 por ciento en impuestos antes de empezar…

-Y el día 8, La deriva en Chiclana…
En efecto, será un placer… Allí estaremos.







lunes, 4 de agosto de 2014

Una habitación ya vista


Eh, que uno no va nunca con prejuicios al teatro. Menos el que suscribe, que para eso se sube de vez en cuando a las tablas. Pero los dioses ya venían barruntándolo: “Que vienen a actuar gente de la tele”; “Que se llenará el Teatro Moderno”; “Que la gente aplaudirá mucho”; “Que este es teatro del bueno”…

En efecto, todo eso se oyó el pasado miércoles antes de la representación de Love room, obra de Tirso Calero que interpretaban Guillermo Ortega (Aquí no hay quien viva, La que se avecina) y Lena Fernández (sustituyendo a la inicialmente prevista Paula Prendes, también rostro televisivo).

Decía que uno va al teatro sin hacerse juicios previos de valor, pero es que al final tiene uno que reconocer que a veces aciertan. Love room es una obra mil veces vista. Retrato de un chico y una chica –infieles a sus respectivas parejas-, que tras una noche loca, se ven repetidamente durante las semanas siguientes en una habitación de hotel. Y a partir de ahí, se lo pueden ustedes imaginar: “yo te quiero”, “yo también”, “hacia dónde va nuestra relación”, “no lo sé, no me atosigues”, “yo te dejo”, “no, por favor, no lo hagas”, “deja a tu mujer”, “no puedo”. ¡Ups! Perdón por los spoilers, pero así me pueden agradecer el hecho de no tener que pagar diez euros por ver la función porque para eso ya la he visto yo por ustedes y les puedo decir que es una habitación ya vista,… remedando a E.M. Forster.

Y es que Pretty woman ha hecho mucho daño,… la película, no el tema de Roy Orbison. Chico conoce chica, chico se enamora de chica, chico tiene problemas con la chica… salvo el happy ending, todo lo demás se cumple a rajatabla en una comedia romántica que tuvo pocos momentos acertados en escena. El humor se presumía, porque la gente respondía a los chascarrillos del personaje de Guillermo Ortega (un actor enfundado en su sempiterno papel de pánfilo), pero era un humor con muy pocas cargas de profundidad. Las relaciones de pareja (y si no que se lo digan a George Cuckor o a Danny de Vito en la maravillosa La guerra de los Rose), dan para sacar lo más bastardo y asqueroso del ser humano y en clave de humor, esa lucha de géneros puede ser gloriosa. Desgraciadamente, eso no ocurrió en Love room, que aunque bien escrita, peca de naïve, de ingenua, de quedarse en una superficie donde dar pie y no hundirse. ¿Éxito fácil? Pues sí, pero no hay riesgo y si en el teatro no hay riesgo, no hay magia.

Poco más que destacar en una obra que sí, que hay que programarla, pero que a buen seguro puede quedar ensombrecida por próximos montajes que pasarán por el Moderno. Por poner una notita más alta a esta función, la actuación de Lena Fernández, bien plantada, seria e intensa cuando la trama lo requería. Por lo demás, pueden ustedes volver a ver Pretty woman. Total para ver una cosa vista ya mil veces…



Kierkegaard nos persigue


Nos sigue alguien. Lo noto, lo huelo, intuyo su presencia, su sombra lánguida, su vocecita apenas apreciable. Miro hacia atrás y se muestra esquivo, huidizo. Viene tras nosotros, es implacable, quiere alcanzarnos, ponerse a nuestra altura, ser siniestra compaña en noche oscura. Surgen el miedo y las preguntas: ¿qué querrá de nosotros? ¿Por qué nos persigue? ¿No podremos zafarnos de nuestra presencia? Nos comemos el coco más y más. Huimos, cada vez más rápido, no encontramos respiro de este ser que nos atenaza, que nos desasosiega... El horror...

A los pocos metros, se detiene, se muestra, nos mira y decide volver sobre nuestros pasos. Kierkegaard nos da la espalda pensando en lo gilipollas que hemos sido haciéndole protagonista de nuestros desvelos... Hijoputa gato.





Kierkegaard, de espaldas. Misterio.



sábado, 2 de agosto de 2014


El "pero" es la palabra más puta que conozco. "Te quiero, pero...", "Podría ser, pero...", "No es grave, pero...". ¿Se da cuenta? Una palabra de mierda que sirve para dinamitar lo que era, o lo que podría haber sido, pero no es.

El secreto de sus ojos.



viernes, 1 de agosto de 2014


Tiene que empezar en algún lugar,
tiene que empezar en algún momento...

Zach de la Rocha.



Prefiero mi willkommen a tu auf wiedersehen!