viernes, 31 de octubre de 2014

BoCabulario VIII

Paquebote: Tipo de embarcación donde los pasajeros no se sienten especialmente cómodos debido a las fluctuaciones que la travesía provoca en ellos.



Genio

Paco decía que a él todo lo que le había sucedido, fue por azar. Que nunca planificó nada. Quizá el azar fue el que hizo que un día, Paco cogiera la guitarra que su hermano no sabía tocar y sacara unos acordes mágicos que asustaron a su padre. Quizás el azar alumbre genios. Y Paco, aunque no crea en la genialidad, ha dado sobradas muestras de que lo ha sido. Perdón, de serlo, porque pervive.

Durante hora y media, Paco se asoma a nuestras vidas y nos habla con un calor cercano y amable. Con la templanza, la humildad y la timidez que le son características. Curro Sánchez, su hijo, ha sabido impregnar todo el metraje de La búsqueda, de la humanidad de un genio. Porque todos sabemos que en el olimpo de los guitarristas, Paco de Lucía, el niño de la Portuguesa, tiene un sitio de privilegio reservado. Y no solo hablo de guitarristas flamencos. En ese escalafón, es el número uno (y que me perdone Sabicas, del que un servidor también es fiel seguidor).




Un genio humano que nos abre en canal su vida para ofrecernos retazos de cómo surgió el genio, el maestro. Desde aquellos atardeceres limpios y quejosos de Algeciras hasta sus últimos días, pasando por el descubrimiento de su ser como músico, La búsqueda es, un proceso íntimo de indagación en una figura monumental, un film que no deja cabos sueltos, que está contada con innegable pulso y con un conocimiento indudable de la personalidad de Paco. Sin caer en el halago fácil, en la hagiografía, esta película muestra a un artista sereno, en su madurez, aunque no voy a decir en su cumbre, puesto que como el propio Paco comenta "no quiero saber que estoy en la cumbre, porque si luego hago algo mal, me van a criticar". Una búsqueda constante de la perfección. Esa fue la obsesión del maestro y ese fue nuestro regalo, el presente que nos ha hecho durante 40 años, otorgándonos el privilegio de una música que ha evolucionado, que ha agigantado el flamenco, que ha simpatizado con otros modismos musicales y que ha universalizado un género satanizado en cierto momento de nuestra Historia: "el flamenco es el lumpen de Andalucía. Y Andalucía es el lumpen de España", decía el maestro. Innegable es que Paco de Lucía sacó del barro al flamenco y lo enalteció a los altares. Un altar en el que siempre vamos a tener a un músico excepcional, a una persona genial.



jueves, 30 de octubre de 2014

Thriller

A los católicos de mi pueblo les ha dado por celebrar Holyween... O sea, actos religiosos a punta pala para ir en contra de Halloween. Que les den...

Había que ponerlo, ¿no?





"Quieres matarme. ¿Cómo te atreves a jugar así con la vida y la muerte?"

Frankenstein o el moderno Prometeo. Mary Shelley.



Los vericuetos del arte



Un momento. Un solo instante que vale por mil. Un gesto, una forma de expresar, una palabra, un sonido... A veces basta con eso para dar por amortizada una entrada. Un bailaor con un cenital por mera compañía. El dominio del cuerpo, los gestos marcados, las sombras que recorren todos los centímetros de la piel. Y sin la compañía de la guitarra, del cajón... solo, armado con poderosas razones amigas de la armonía, de la belleza, el bailaor siembra de paz el escenario con el zapateao, con sus palillos, con ritmo electrizante a veces, manso otras. La tensión se muestra, se palpa, se transmite. El pellizco se consigue y el espectador, como fue mi caso, fue testigo de lo sublime, de los vericuetos del arte. Boca abierta, pasmo general y aplausos merecidos...

Ese fue uno de los grandes momentos que nos deparó Adalí, el espectáculo que la Compañía de Aida Gómez nos trajo hace unos días al Moderno. Un festín para los sentidos, un alarde de proporción y armonía (en el sentido neoplatónico o tomista de la palabra). Porque del ideal de armonía y de mesura, de la proporción, emana la belleza de la perfección. Y eso es lo que pudimos contemplar en un espectáculo que se nos hizo corto, cortísimo. Relamiéndonos que estábamos con la danza, cuando las luces se encendieron. Buen presagio ese. Cuando una actuación se te hace corta, es que lo que te han servido te ha dejado con grandes sensaciones. Eduardo Guerrero (qué escándalo de bailaor), Christian Lozano (templado y vistoso) y Aída Gómez fueron punzantes estiletes que inocularon estética a punta pala.

A Aída Gómez no la vamos a descubrir. Su brutal presencia escénica, su control del cuerpo, su innovación constante en un género que ha recorrido el filo del estancamiento, son sus señas de identidad. Gómez es la prueba fehaciente del ir más allá en el mundo de la danza española, del sincretismo, de la simbiosis. Y a fe mía que lo hace posible contemplando esa mezcla sabrosa de flamenco con tango y danza clásica. La coalición de las artes, la unión de la belleza. Y digo artes y digo bien, porque la música estuvo a la altura de la danza y el cante fue un aderezo esencial. Un esfuerzo titánico, heróico, que en tiempos de zozobra, haya mentes que gesten espectáculos tan embriagadores.

Gracias. Mil gracias.





miércoles, 29 de octubre de 2014

Verfremdungseffekt

Pos eso...




martes, 28 de octubre de 2014

¡Buenos días!





lunes, 27 de octubre de 2014


"La poca libertad que nos queda, nos asusta tanto que hacemos cuanto podemos para perderla".

Las cuitas del joven Werther
Goethe.



Las cosas de Rajoy

Otro maldito día en la oficina...




domingo, 26 de octubre de 2014

Con el teatro hemos topado


Donde se cuentan las razones que pasó este simple gacetillero con otras aventuras de felice recordación...


En un lugar de la Tacita de Plata, de cuyo nombre sí quiero acordarme, no ha mucho tiempo que visitó, un juntaletras de los de pluma en astillero, camiseta rala, gafas de pasta y furgoneta melocotonera... Un sándwich de pollo con más lechuga que carne, una cervecita descarriada y la sensación de ser observado por una patrulla de los municipales consumían las tres cuartas partes de sus desvelos cuando quiso visitar la Gran Casa de los Ladrillos Coloraos, hogar y señorío de la gran giganta Teofilinona de la Gaviota Opaca, para presenciar singular muestra de la caricaturesca teatralidad de la compañía Ron Lalá, llegada procedente de las más centradas tierras de Castilla.



En esto descubrió el simpar juntaletras cuatro o cinco actores que movían los brazos cual molinos de viento en campo manchego, presentando un bello ejemplo del teatro del que agora es buena muestra, llamado En un lugar del Quijote. Y tan presto los vio el plumilla, se dijo a si mismo (puesto que a pesar de no contar con hacienda suficiente para disponer de escudero, sí que tenía a su servicio a un becario en prácticas): "la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque lo que vemos allí, son cuatro o cinco desaforados actuantes que se descubren y con quien pienso hacer batalla intelectual, para ansí, (aunque no lo pensare de tal guisa) dejarles que me quiten la vida a pensamientos y risas, despojos míos con los que comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios mostrar al orbe entero tan buena simiente que es plantada sobre la faz de la tierra.

"¿Qué gigantes, digo, actuantes?" dijo el becario, al que llamaremos... Pequeño Nicolás...

Pero nuestro bienamado y leal escribiente continúa con su relato de los sucesos acaecidos en los dominios de la altisonante Teofilinona. Aquellos que allí ves, apostilló el versado en letras, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuesa merced, respondió Pequeño Nicolás, que aquellos que allí se parecen no son actuantes, sino magníficos actores de la compañía Ron Lalá que han venido a actuar a la Tacita de Plata, y lo que en ellos parecen brazos son las artes con las que han encandilado al personal, que por otro lado, estaba entregado a la causa. Y es que, el sabio público de la Casa de los Ladrillos Coloraos no comulga con piedras de molino y es de buenas entendederas. Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras de la comedia y la tragedia; ellos son actuantes y gentes de farándula infecta, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiero y desigual parlamento. Y diciendo esto, no dio de espuelas a caballo porque no lo tenía y sin atender a las voces que su becario le daba, advirtiéndole que sin duda alguna aquellos que iba a acometer eran buenos actores dentro de un espectáculo colosal en el que la interpretación se conjugaba a la perfección con una escenografía y una música también protagonistas..., se dispuso a la marcha. Pero él iba tan puesto en que eran simples y vivarachos actuantes de medio pelo, que ni oía las voces de Pequeño Nicolás, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas: non fuyades, cobardes y viles criaturas de los escenarios, que un solo crítico es el que os acomete. Levantóse en esto un poco de viento (que esto en la Tacita es muy del gusto) y los grandes trazos de las interpretaciones de los cinco componentes de la compañía comenzaron a moverse, lo cual visto por Don Quijote, dijo: pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo y actuéis mejor que Rajonius el Plasmático, me lo habéis de pagar, que han sido 20 euros de vellón la entrada y me habéis dejado secarral en la faltriquera.


Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora la princesa Leia de Alderaan, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su cuadernito de notas, con la pluma en ristre, arremetió a todo galope con la actuación de los cinco intérpretes que poco a poco iban desgranando las bondades y virtudes de un texto que sigue siendo inmortal pero, tras una lanzada en el boli, la crítica se volvió con tanta furia, que la mera representación hizo pedazos al crítico juntaletras, llevándose tras sí sus prejuicios y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por la graciosa influencia de lo dinámico del texto y de los humorismos, y también por las canciones, siempre bien colocados por los intervinientes en la obra. Acudió Pequeño Nicolás presto a socorrer a todo el correr a su buen señor, y cuando llegó, halló que no se podía menear, tal fue el golpe que Ron Lalá provocó en el gacetillero. ¡Válame Dios! dijo el servil becario; ¿no le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino grandes actores y una buena obra la que se prestaba a servirse al público, y no los podía ignorar? Calla, amigo Nicolás, respondió el esbozo de crítico, que las cosas de la cultura y de la teatralidad, más que otras, están sujetas a continua mudanza, cuanto más que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Stanislavski, que me robó el aposento y los libros, ha vuelto estos titiriteros en buenos actores por quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene; mas al cabo han de poder poco sus malas artes contra la voluntad de mi lapicero. Dios lo haga como puede, respondió Pequeño Nicolás. Y ayudándole a levantar, tornó a subir sobre su furgoneta, que medio despaldada estaba ya que no había pasado aún la ITV; y hablando en la pasada aventura, siguieron el camino de la Villa Siculana, hogar de los malvados urbanizadoresgratuitos, no sin antes volver a la serenidad y la cordura y darse cuenta que los miembros de Ron Lalá una vez más habían entablado batalla y habían salido vencedores totales de la afrenta.

Con el permiso de don Miguel de Cervantes y Saavedra.




sábado, 25 de octubre de 2014

80's

Entre las mentiras de terciopelo 
Hay una verdad sólida como el acero 
La visión nunca muere 
La vida es una rueda interminable...



Con letras así como podía uno resistirse al encanto del metal ochentero... 

Larga vida a Ronnie James Dio...





BoCabulario VII

Trajantié: Modismo que en épocas del emperador Trajano se usaba para designar al día anterior al de ayer. Dícese de la forma que tienen los chiclaneros de referirse a ese día.



miércoles, 22 de octubre de 2014

Ben Bradlee o lo que Rajoy detesta

Es de mal gusto poner en la misma frase a una persona como Ben Bradlee con otra del tipo de Rajoy, pero creo que es descriptivo del tipo de periodista que el ex editor del Washington Post era: un profesional de la repregunta, del buscarle las cosquillas a la noticia, de cogerla del pescuezo y no dejarla respirar hasta exprimirle todo el jugo. Quizá así, de su tozudez, de su empeño por deshilachar la madeja, surgió la posibilidad de desentrañar todos los misterios que excedían a aquel simple robo en una habitación del hotel Watergate y que unos años después provocaría la dimisión de Richard Nixon como presidente de Estados Unidos.

A Rajoy le molestaría un tipo como Bradlee. En realidad, a nuestro presidente le molesta cualquier tipo de periodista puesto que no se fía de nosotros. Somos gente peligrosa que quiere contar más de lo que "está permitido". Por eso, Ben Bradlee, que acaba de fallecer a los 93 años, se comería con patatas fritas en un cara a cara al registrador de la propiedad de Santa Pola. No tendría con qué empezar, lo arrinconaría y lo desmenuzaría. Presidente del Gobierno frito y sacramentado. Lo que todos los que nos dedicamos a esto de juntar letras y contar historias nos gustaría hacer con este deshecho que tenemos como "líder del país".

Bradlee no fue solo el hombre del Watergate (sin su persistencia, Bernstein y Woodward no hubiesen publicado ni una coma), sino que aparte del "pequeño" detalle de colocar a un periódico local en la vanguardia de la prensa mundial, aportó una frescura hasta entonces desconocida en las redacciones. Era una estrella, alguien que sentaba cátedra con su dirección en el periódico, alguien que por encima de etiquetas y de ideologías, solo tenía un interés: la verdad. Y ya sé que suena a impostado y a peliculero, pero es que el periodismo de los 70, poco tiene que ver con el que se hace hoy. Quizá por eso, el político se siente hoy tan cómodo delante de un periodista. Hoy no ven peligro en que un simple juntaletras le haga perder su puesto...

Venga va... Jason Robards (¡grande!) haciendo de Bradlee en Todos los hombres del presidente...





Odaxelagnia

Muérdeme. Muérdeme como nadie te haya mordido. 



martes, 21 de octubre de 2014



Boris le daba a todo...

“Todos los hombres son mortales.
Sócrates era mortal. 
Por lo tanto, todos los hombres son Sócrates. 
Lo que significa que todos los hombres son homosexuales".

Boris Grushenko... bueno, Woody Allen.



Inútil



Well it's about time 
It's beginning to hurt 
Time you made up your mind 
Just what is it all worth 
All my useless advice 
All my hanging around 
All your cutting down to size 
All my bringing you down 
Watch the clock on the wall 
Feel the slowing of time 
Hear a voice in the hall 
Echoing in my mind 
All your stupid ideals 
Got your head in the clouds 
You should see how it feels 
With your feet on the ground 
Here i stand the accused 
With your fist in my face 
Feeling tired and bruised 
With the bitterest taste 
All my useless advice 
All my hanging around 
All your cutting down to size 
All my bringing you down 

All your stupid ideals (todas tus estúpidos ideales)
Got your head in the clouds (tienes la cabeza en las nubes)
You should see how it feels (deberías ver cómo se siente)
With your feet in the ground... (cuando tienes los pies en el suelo)...



lunes, 20 de octubre de 2014

Moncho y la honra intacta

Libros abiertos. Literal y figuradamente. Mentes que también deben estarlo ante ejercicios de funambulismo teatral. Las cosas claras aunque sean dichas en palabras del Siglo de Oro. Combates por la verdad aunque estas oculten engaños; engaños que son finalmente vencidos mediante el temor y la risa. La vida resulta larga y con demasiada frecuencia, penosa para tener que centrarnos en ella pudiéndonos evadirnos con el teatro y sabiéndonos mejores personas (e incluso, creyendo que somos otros seres) entre las cuatro paredes de una sala. Y no importa que quien nos hable sea Tirso o Moncho Borrajo. Lo importante es que la palabra llega nítida y el mensaje cala.

Fueron dos noches de altura en el Teatro Moderno. La prueba palpable de lo que mejor funciona en Chiclana es la cultura, con sus más y sus menos porque no se puede sacar tanto rendimiento a tan escaso presupuesto. Dos propuestas de importancia que el público chiclanero no rechazó. Dos montajes que aunque no lo crean, tienen más de una cosa en común, porque si bien es cierto que Tirso de Molina podría haber lanzado dardos envenenados con su pluma a la situación actual que atraviesa España, Moncho Borrajo sería un magnífico hidalgo preso en alguna historieta de la picaresca tan del siglo XVII. Seguro que Quevedo lo hubiese querido como compañero de correrías y de pendencias varias.

Porque Moncho es un libro abierto. Habrá gente a la que no le guste lo que dice, pero lo que dice es lo que todos pensamos (casi siempre) en voz baja. Este país en el que tan demócratas fuimos de la noche a la mañana, hemos estado mal acostumbrados a callarnos más de lo que debemos, a no trastocar el statu quo, a no pisar callos con nuestros pensamientos puestos en verbo hablado. Hemos sido muy mojigatos y Borrajo desde que tuvo consciencia de ser Moncho, se ha ocupado de llenar ese espacio en blanco que nuestro miedo dejaba vacío. No es que uno esté orgulloso de que haya personas que se vayan de la función (mera anécdota a la que el gallego le supo sacar un jugoso partido), pero sinceramente, creo que es para sentirse orgulloso. Voy pisando callos sensibles. Pienso que la gente no está preparada (cuarenta años después de la Transición) para aceptar ciertas críticas con una sonrisa. Y eso pasa en la tierra del Carnaval de Cádiz. En fin...

Moncho es un libro abierto porque expone todo lo que sabe, todo lo que quiere, todo lo que anhela. Y lo hace con el cuchillo entre los dientes, con esperanza de cobrarse la pieza a cambio de la sonrisa del público. El público así lo testimonia de continuo. Moncho no nos deja indiferente, porque a él le causa perplejidad la situación política del país. Ya lo dijo él: "con lo que pasa, tengo para 20 espectáculos así". Y tampoco queremos exigirle que tire de la dramaturgia y de la sátira propias de un Darío Fo. No, Moncho Borrajo no es Fo, pero ni falta que hace. Moncho es expresionismo en sentido literal. Es el histrión perfecto porque sorprende, impacta, actúa sin dejar de ser él y siendo todos los personajes. Te mete en su espectáculo, te tritura y luego te despide con una sonrisa. Queremos más años de Moncho Borrajo porque es difícil encontrar, no ya en la escena española, sino en la calle, a alguien que mezcle sentimientos tan bien, alguien que pase de llamarte "maricón" con todas las letras (que palabra más bonita, oiga), a darte dos besos y azuzarte con pensamientos necesarios. Moncho es de esta época y de ninguna. Es Quevedo y todos nosotros. Por todo eso, por ser un libro abierto, debemos testimoniarle nuestro aprecio y gratitud.

De libros abiertos hablamos... Lo hubo también en el montaje que Factoría de Teatro puso en escena con El burlador de Sevilla, un libro abierto que, como preciosa y sencilla solución escenográfica, mostró lo esencial que es la imaginación para levantar cualquier tipo de montaje. La falta de complicaciones junto con unas interpretaciones de alabar. Tres actores se encargaron de poner en pie un clásico del Siglo de Oro que visto desde fuera, no resulta nada fácil, ni interpretativa ni técnicamente hablando. 



El burlador de Sevilla es una obra trazada con precisión quirúrgica, apoyada en un personaje principal paradigmático, colosal. Su narración vigorosa tuvo un feliz apoyo en un reparto en estado de gracia que supo salir airoso de un envite nada fácil. El dinamismo y la precisión en los cambios de personaje y de escena rayaron en la perfección. Y digo que rayaron porque a mitad de camino, hubo un momento en el que se caminó por el incisivo filo de la navaja. Hubo peligro de corte, pero rápidamente la representación alzó el vuelo para demostrarnos que Factoría de Teatro no se ha equivocado en su apuesta, que no es otro que la de modernizar sin ser modernos a la hora de acometer un clásico de esta envergadura. Apostar por las soluciones prácticas y por una interpretación solvente frente a "inventos" que hacen más daño que favores a algunos textos... y si no, que se lo digan al pobre de Shakespeare que ha tenido que "ver" como algunas de sus obras han sido encenagadas por montajes sin sustancia alguna, pero eso sí, ultramodernas. Demos un voto de confianza al periodo más lustroso de nuestra historia. El Siglo de Oro es, 400 años después, absolutamente reivindicable en su modernidad. Y los maravillosos actores de Factoría Teatro hacen honor a esta historia de libros abiertos y de engaños donde la honra, al final, queda intacta.



sábado, 18 de octubre de 2014

Despotismo ilustrado y primarias

Todo para el militante pero sin el militante. Parece ser que un 30 por ciento de los municipios contará con primarias del PSOE para la elección de alcaldables. Me parece poco, una cifra irrisoria teniendo en cuenta lo que se le ha llenado la boca al PSOE para hablar de claridad, transparencia y democracia interna. Es darle todo al pueblo pero sin que el pueblo juegue, a la manera de aquellos ilustrados del despostismo que juzgaban que al pueblo había que tenerlo contento dándole cosas, pero mejor calladito.

Y no quiero tildar de oscurantismo a los socialistas, lo que pasa es que el juego de primarias no funciona. Tampoco funciona del todo en Izquierda Unida, aunque por lo menos en la coalición, sí que se nota algo más de apertura puesto que aparte de los militantes, también pueden votar los simpatizantes.

Uno de los municipios que entra dentro de ese 30 por ciento de primarias en el PSOE es Chiclana. Mañana será la votación de los militantes socialistas entre Joaquín Muriano y José María Román, antiguos compañeros y hoy adversarios políticos por llegar a ser el candidato a la Alcaldía en mayo próximo. Al parecer el segundo lo tiene fácil ante el primero, si nos fiamos del resultado de captación de avales que han propiciado estas primarias y de la sensación general de que Román tiene controlado el partido, a pesar de que cada vez son más los que disienten de su forma de llevarlo. Él será con toda probabilidad el que se postule por parte de los socialistas para recuperar el poder perdido frente al Partido Popular...

Pero Román ha permitido que se escape una oportunidad de oro para dejar en bragas a aquellos que lo acusan de oscurantismo y poca transparencia en su gestión. No ha querido debatir con Joaquín Muriano a pesar de que este mismo le remitió una carta proponiéndole una confrontación de proyectos en un encuentro público ante militantes y simpatizantes. Puso sobre el tapete los temas a tratar y su total disposición a charlar. Incluso ha habido otro destacado militante que también rogó la celebración de ese debate. Una conversación telefónica entre ambos candidatos a liderar el PSOE descartó definitivamente hace unos días este escenario. No habrá debate porque Román no quiere hacer lo que por ejemplo sí ha hecho el PSOE a nivel federal: debatir entre los tres candidatos a dirigir el partido. Y lo vuelvo a repetir. Se equivoca. Podría haber dicho sí, podría haber regateado sobre qué temas tratar, podría haber dado la vuelta a la tortilla tomando la iniciativa, pero no. El ex alcalde ha decidido que con su ascendencia sobre la militancia le basta para ganar mañana. Oportunidad perdida, ya lo creo.

José María Román será consagrado mañana como candidato a la Alcaldía de Chiclana por el PSOE, pero nos quedará la sensación de unas primarias sin todo lo que unas primarias tiene que tener... como por ejemplo, que el pueblo/militancia participe de las ideas.



"El humor es un arma y una medicina"


Hay periodistas que se plantean entrevistar a algún personaje conocido y para ello confeccionan un cuestionario; otros (como yo) no llevan las preguntas preparadas sino que van a lo que surja, a pelo, a tratar de sorprender y que nos sorprendan... Pero con Moncho Borrajo estos procedimientos no sirven. Para nada. Olvídate que eres buen profesional, que sabes entrevistar, que te sientes como Ana Pastor delante de un incauto político, porque Moncho te lo trastoca todo. No le haces una entrevista, porque él es una entrevista en sí mismo. Te lleva a su terreno y claro, tú te dejas. Lo haces con alegría y gozo, con una sonrisa porque si algo debes tener claro es que te vas a llevar riendo todo el rato. Se agradece, oiga. Ladies and gentlemen, con ustedes... Moncho Borrajo.


Que no. Que no se me olvida. Que soy un profesional como la copa de un pino (sí, no tengo abuela) y lo dejo todo atado y bien atado, como dijo el enano gallego. No, Moncho, no, que es gallego pero no enano. Y por lo menos, nos mata, pero a risas. El showman orensano desembarca en Chiclana con Yo, Quevedo, una obra en la que a través de nuestro insigne literato del Siglo de Oro, pega un repaso a la situación presente que vive el país, porque no hay escritor más actual que don Francisco. Y si quieren saber más, este sábado a las 21.00 horas en el Teatro Moderno.

Ya les decía que hablar con Borrajo es dejarte llevar. Su parla te lleva a tocar todos los recovecos habidos y por haber en una conversación y al final tienes la sensación que de lo que menos se habla es de su montaje teatral, pero sí, sí que hablamos, porque Borrajo reivindica la plena actualidad de la figura de Francisco de Quevedo. Entre suculentas y recíprocas invitaciones a tortillitas de camarones y "marisquito", Moncho se mostró contentísimo de arribar a Cádiz con esta obra con la que "después de hacer Golfus Hispanicus, descubro que Quevedo escribió un memorial dirigido a Felipe IV poniendo a parir al Conde Duque de Olivares y me doy cuenta que esas figuras son trasladables a Juan Carlos I y algún personaje de la política nacional. Que visión tenía este hombre, parece Julio Verne. Y además, como él era feo, bajo y sentimental y yo soy feo, bajo y maricón, pues me dije que teníamos muchas cosas en común". A estas alturas de la entrevista (minuto 2), ya las carcajadas eran ostensibles... y lo que quedaba...

Quevedo y el Quijote. Porque el año próximo se marca un Moncho Panza, su particular homenaje al Quijote. Personajes de nuestro siglo de oro "incisivos y deslenguados", que es lo que hace faltan en estos lúgubres tiempos. Pero con "tanto gilipollas que hay", no hay tiempo de sentirse triste, sino aplicar la sonrisa... y eso que "ponemos la televisión cada día y salen cada vez más gilipollas. Por eso tenemos que buscar los referentes hace 400 años". Moncho, el único ser de este mundo capaz de poner juntos en la misma frase a Franco y Pablo Iglesias (a los dos, al del PSOE y al de Podemos), califica de "animalada" la subida del IVA al 21 por ciento, "masacrando al artista, pero claro, que vamos a esperar de una gente que no va nunca al teatro y que cuando va es porque allí no se les ve". También se extraña de que la crítica resbale a los políticos. "¿Es que no ven las chirigotas de Cádiz? Pues no", sentencia.

Pero dejando atrás las bromas (bueno, no, ahora las retomamos), de Moncho Borrajo se admira su capacidad para la valentía en escena; de poner en pie montajes que con otro actor sería imposible. Que lo haga La Fura dels Baus, vale, porque son tropecientos mil, pero que lo haga un gallego solo, tiene mérito la cosa. Esa audacia la explica así: "en el teatro no soy tan osado, puesto que era peor cuando hacía salas de fiestas, porque ahí te dicen de todo. A mi una vez me dijeron "maricóooon" y yo le respondí "psicólogooooo".

Showman, cantante, compositor, actor.... Pocos palos le quedan a Borrajo por tocar. El aprendizaje en las noches del Cleofás y otras salas de fiesta fue amplia y queda reconocido su agradecimiento a esa etapa de su vida, pero Moncho piensa que aún le queda algo por hacer como por ejemplo "un espectáculo enteramente dedicado a los niños con mi nariz de payaso. Un espectáculo de caca, culo, pedo, pis, y que los niños se diviertan. Los niños son seres que piensan y hay que darles algo decente. Además, son público difícil, porque cuando hay algo que no les gusta, no se ríen".

Y que no me entere yo que a Moncho lo llaman antiguo, porque ahí donde lo ven, también fue pionero en la cosa de los monólogos. Cree que en este mundo "hay mucho localismo, porque el humorista catalán no va a Andalucía, por ejemplo. Otro problema que veo es que la mujer no ha entrado en el humor como debiera". Además, reivindica a monologuistas clásicos como Paco Gandía, genio y figura donde los haya y Gran Maestre de los Chistes sobre Garbanzos.

Pero volviendo a Yo, Quevedo, Borrajo estará acompañado en escena por Lucía Bravo, que tratará de darle un contrapunto importante al actor principal. Las voces de Carlos Latre y una escenografía muy detallada arroparán a los actores en escena, en especial a un Borrajo que se transmutará cada dos por tres en Quevedo, aplicando las artes de la improvisación, el humor más descacharrante y la crítica más mordaz y sanguinolenta (vale, me he pasado un poco... pero solo un poco). El actor gallego añade que "siempre habrá toques escatológicos y de ternura, si no, no sería yo. Quiero que la gente se lo pase bien durante todo el espectáculo. Que ría, pero que también piense". Borrajo agrega que "la magia del teatro está en dejar con la boca abierta al público con todo, desde la escenografía a la actuación. Las obras de teatro de Ikea, con su saloncito falso, no me gusta. Puede no haber escenografía cuando el texto te lo da todo un Darío Fo, pero si no, hay que ofrecer algo especial". Y todo ello con grandes dosis de sátira puesto que "el humor es un arma y una medicina. Si estamos aquí, sufriendo este terrorismo cultural, tenemos que ir a por todas, tenemos que pelear por nuestra cultura", apostilla un Borrajo que se muestra muy herido por la situación de la industria cultural en España, atenazado por impuestos salvajes y por darle vida dentro de ambientes culturales a gente que no es de esta esfera. Belén Esteban apareció en nuestras mentes.

Y es que Moncho es alguien cercano. Alguien que parece tu amigo y que te explica que los políticos y el aloe vera se parecen mucho porque cuantas más se les investiga, más propiedades se les descubren. Una persona, un actor, revestido de personaje que con dos minutos de charla con un servidor, ya tiene acento andaluz: "a mi me encanta Andalucía y tengo una relación muy estrecha con esta tierra. Para que en Cádiz me llamen maestro, hay que tener cojones". Y ahora se la patea, desde Jaén hasta Chiclana para divertirnos y hacernos pensar de forma crítica con Yo, Quevedo. Disfruten ustedes que son poderosos caballeros,... aunque no tengamos dineros.

Y para finalizar, ¿cómo querría Moncho Borrajo que se le recordase? A mi como persona.
Pues eso. Con todos ustedes, una buena persona. Moncho Borrajo.



jueves, 16 de octubre de 2014

Espiral




Como el clavel sobre su vara, 
como el clavel, es el cohete: 
es un clavel que se dispara.

Como el cohete el torbellino: 
sube hasta el cielo y se desgrana, 
canto de pájaro en un pino.

Como el clavel y como el viento 
el caracol es un cohete: 
petrificado movimiento.

Y la espiral en cada cosa 
su vibración difunde en giros: 
el movimiento no reposa.

Espiral. Octavio Paz.



miércoles, 15 de octubre de 2014

Felicidad

No existe la felicidad, solo momentos donde no te ocurre algo malo o tedioso. Pero en esos momentos, uno encuentra lo mejor de la vida, eso que pasa mientras haces otra cosa, según la definición de Lennon. Yo, para que quede claro, no busco la felicidad. En todo caso, que sea ella la que venga a mi.

Hace unos días me retaban a que hablara sobre la felicidad, que buscara un momento feliz y lo describiera. El órdago me lo lanzaba mi profesora de Primaria... mi maestra del cole, la señorita Meli. Pues como ella, Amelia Fernández, me lo pide no puedo por menos que esbozar qué significa para mi la felicidad. Y quizás sea un momento propicio este, en el que a pesar de no estar en la cumbre de mi carrera profesional, sí encuentro resquicios para aprender y para seguir andando el camino. A riesgo de ponerme poético y/o peripatético...

Soy feliz aquí...
...soy feliz con muy poco: yéndome una mañana nublada a Sancti Petri, pasear por La Barrosa desde Torre Bermeja a la del Puerco, perdiéndome sin rumbo fijo ni pensamiento concreto por las calles del caso antiguo de Cádiz, comiéndome unas alitas de pollo en el Golpeao (ahora que ha cerrado), leyendo a Galeano en las salinas, cogiendo el coche y conducir hasta que necesite parar, visitando Medina todas las veces que puedo (que nunca son bastantes), pasando una tarde con mis sobrinos explicándoles algo de filosofía o hablándoles de cine y música, cocinando toda una mañana, escribiendo esta entrada del blog, encontrándome con gente por la calle a la que hacía mucho tiempo que no veía, haciendo teatro, escuchando una y otra vez Comfortably numb, viendo El padrino (I, II y III... sí, la tres también, por qué no), jugando con los gatos de Nico y Elsa, tomándome la cervecita acostumbrada en la Cooperativa con David (que siempre son pocas), disfrutando de Star Wars por... no sé cuantas veces la he visto ya, descubriendo nuevos grupos, nuevas músicas, comiendo helado siempre al lado del chico caracol, encontrando nuevas especies de cangrejos...

Chuminadas campestres, sí. Pero joder, qué feliz soy en esos escasos trocitos de tiempo...

P.S.: Por cierto, fui feliz, muy feliz durante toda mi estancia en el Colegio Público Isabel la Católica de Chiclana. Los culpables de esa felicidad, que levanten la mano.



Necesitamos la belleza


Necesitamos a los muertos de hambre...



martes, 14 de octubre de 2014

Ganas de desaparecer



I’m not here
This isn’t happening
I’m not here
I’m not here
In a little while
I’ll be gone
The moment’s already passed
Yeah it’s gone.


How to disappear completely. Radiohead.



lunes, 13 de octubre de 2014

Verdades incómodas

Balaguer y Álvarez Novoa, cada uno en su salsa.


La mentira es mejor que una verdad que duela. La ignorancia puede cumplir también ese papel anestesiador ante una certeza que de tan fría que es, puede resultar dañina para las personas. A veces uno piensa que mentir es la salida ante verdades incómodas, difíciles de digerir. La mentira otorga la felicidad. La verdad nos jode, pero como somos bastante gilipollas, apostamos siempre por la verdad. El ser humano y su sempiterno defecto de equivocarse una vez tras otra.

De mentiras bonitas y verdades incómodas va Una vida robada, obra de Antonio Muñoz Mesa dirigida por Julián Fuentes y el propio autor. Una obra que tiene como trasfondo el robo de bebés en los últimos años de la dictadura y los primeros de la democracia a cargo de oscuros intereses casi siempre con religiosos como protagonistas de estos tejemanejes. Un tema de actualidad, espinoso, que abre (y no cierra) debates y que ante todo, es jugoso material dramatúrgico.

Para hincarle el diente a ese texto cuatro actores, dos veteranos y dos jóvenes: Carlos Álvarez Novoa, Asunción Balaguer, Ruth Gabriel y Liberto Rabal. Los dos primeros bastante planitos, con actuaciones de relleno, sin expresividad alguna, sin alcanzar casi en ningún momento, la desazón o la emoción. Los otros dos, plenos de fuerza, motivación, desgarro. Son auténticos monstruos de la escena. Vista la parte actoral, estamos ante una obra de dimensiones estratosféricas. No decae el ritmo en ningún momento, te entra a degüello desde el segundo uno, busca la implicación personal del público desde sus primeras líneas de diálogo y te deja la sensación desasosegante de que la mentira recorre nuestras vidas y no podemos desembarazarnos de ella. Salvo en cierto tramo de la obra en que la cosa baja un poquito de tensión, Una vida robada te arranca el alma de cuajo y la pisotea para dejarte sin atisbos de respuesta ante un tema tan delicado como el que propone. Porque lo propone sin ambages, sin anestesia, marcando a fuego cada línea de diálogo que deja sin habla al espectador. Sinceramente, una obra para ser pensada, para ser revisitada, para ser comentada.

En la puesta en escena también nos podemos centrar, puesto que tanto el juego de luces, como las transiciones entre escenas, así como la escenografía jugaron un papel esencial en la trama de la obra. Nunca ha visto este humilde aspirante a critico, una vinculación tan impactante entre lo que rodea una obra, como en esta ocasión. ¡La puesta en escena estaba viva!

Lo mejor es el recuerdo, la impronta. Se va a hablar durante muchos años de esta obra porque ha marcado. Marca tanto como las verdades incómodas y las mentiras que un lector puede creerse aunque en realidad, uno crea en todo lo contrario que se cuenta... Y aplíquenlo también a esta crítica que acaban de leer y que no sé si se acaban de creer.


   



domingo, 12 de octubre de 2014

La belleza de lo cotidiano

A veces a uno la inspiración lo coge trabajando o pensando en cosas ciertamente mundanas, típicas, de las que se ven a diario. Y a veces de ese pequeño descubrimiento tan cercano, tan casual, encuentra uno el camino para dar rienda suelta a la más absoluta expresión artística. Es lo que, pienso, le ha sucedido a Pedro Líndez, que expone una veintena de obras monotemáticas bajo el título de La galga, en La Bodega de Artistas, lugar al que todo amante de la cultura tiene que acudir de forma irremediable si quiere descubrir nuevos talentos. La dirección, por si les pica la curiosidad, calle La Vid, 14 (casi frente por frente de la Capilla de La Soledad).


Volvamos a Pedro Líndez, artista ubetense que ha encontrado la inspiración en Nuvola, su galga. Precioso animal que se presta a modelo pictórico con total serenidad en una compilación de obras que abarcan diversos estilos y formatos: desde el grabado hasta el óleo, desde la figuración más realista hasta manifestaciones más cercanas al expresionismo abstracto y el fauvismo; desde composiciones donde el trazo y la figura es lo esencial hasta explosiones de color. Todo ello con la galga de protagonista absoluta, en un ejercicio polifacético pleno de virtudes. Sin rehuir el academicismo, Líndez apuesta por un sincretismo que muestra un artista en plena etapa de aprendizaje de sensaciones y de estilos. Una refrescante muestra que nos da a conocer a un artista al que a buen seguro, seguiremos en el futuro.



sábado, 11 de octubre de 2014

Beale




                                       Estoy más que harto, y no quiero seguir soportándolo.



viernes, 10 de octubre de 2014

Qué rara me parece la gente que va silbando o cantando por la calle...



jueves, 9 de octubre de 2014

Sancti Petri (y II)

Alguien dijo alguna vez que solo somos sombra y ceniza. Que seguiremos con ser cuando la mar esté vacía. Pero en Sancti Petri dejaron vacío el mar sin estarlo y nos quedamos con sombras solo.

Queremos ver luz después de 40 años de olvido, de derrumbe físico y moral. Sancti Petri es una oportunidad. Lo es para encontrarnos como chiclaneros. Lo es para convertirlo en un sector productivo. Y no, no voy a tirar de moral progre para decir que no se puede ser especulativo. Una cosa es no especular y otra dejar pasar una oportunidad que nos puede traer riqueza y empleo, justo lo que le hace falta a este pueblo.

Hace unos años...
Pero esas cosas no las traerá el Bosque Pesquero, el proyecto de Bakpak Arquitectos, un grupo de jóvenes especialistas en la materia que diseña un lavado de cara total para la península. En realidad (y pueden ver ustedes el vídeo aquí), es como si Sancti Petri fuera un decorado del GTA V: mucho sol, mucha gente guapa tomándose sus copichuelas y varios espacios temáticos. En teoría, nada que objetar. Un vídeo que muestra una realidad del poblado pero que resulta fría, distante, artificiosa, impersonal. Supongo que los ganadores del proyecto, antes de presentarlo, pasarían tiempo en Sancti Petri, conocerían su historia, sabrían cómo se vivía allí, la tipología de vivienda típica de la zona, qué actividades económicas fueron las predominantes, incluso cómo incide la climatología en el lugar (vientos, mareas...). También preguntarían qué tipo de usos son los que conviene al pueblo de Chiclana. Después, empezarían a diseñar la idea y la presentarían. Del dictamen del jurado, nada que decir. Sobre una maqueta, papeles o vídeo, uno se puede hacer una ligera idea pero otra cosa es trasladarla a la realidad.

Mismo sitio, pero con el 'Bosque Pesquero'... Juzguen.

Lo importante es que ganó Bosque Pesquero. El PP (y no digo el equipo de Gobierno porque el PVRE hace o dice lo que mande el PP) señala que es el ideal porque se le han otorgado muchos premios al proyecto. Rocky también ganó el Oscar a la mejor película a pepinazos como Taxi driver, Todos los hombres del presidente, Network y Esta tierra es mi tierra, y aunque está chula no es una obra maestra. Así que lo de ganar premios no le da a uno marchamo de calidad. Y tampoco es que estemos hablando del premio Pritzker (el Nobel de la Arquitectura), sino de galardones en Lituania. Pero no quiero echar por tierra la labor de estos jóvenes, simplemente esbozar que da la sensación de que ni se han paseado suficientemente por el poblado, ni conocen su historia ni han preguntado qué es lo que quiere el pueblo de Chiclana, aunque en eso la culpa la tiene el Gobierno municipal, que si tan seguro está de que "todo el pueblo de Chiclana" da el nihil obstat al Bosque Pesquero, que pregunte. Tan fácil como convocar un plebiscito: Bosque Pesquero, ¿sí o no? Si tan convencidos están, no temerán a que el pueblo hable.

Pero la realidad es que no gusta a nadie. Lo sé porque yo he hablado con gente que ha vivido allí, con gente que a diario trabaja en ese lugar porque tiene sus negocios en Sancti Petri, con turistas y visitantes, con asociaciones que están enclavadas en el poblado (sí, lo sé, los populares me dirán que están todas compradas por el PSOE, pero bueno, son asociaciones con representatividad demostrada y porque tengan un carnet no están exentas del diálogo). Y nadie, absolutamente nadie me ha dicho que el proyecto les guste. Si es cuestión de que no lo conocen, el PP ha fallado en no darlo a conocer lo suficiente. Medios y dinero tienen para ello. No sé a qué esperan.

Yo sí que conozco el proyecto. Mis horas y mis gestiones me ha llevado dar con el documento físico y con otros materiales. También he visto el vídeo que ustedes pueden ver en esta misma entrada del blog y sigo diciendo lo mismo: no hay esencia. No la hay porque se desconoce la materia prima con la que se va a trabajar. No hay atisbo de referencia arquitectónica a un pasado lustroso. No es cuestión de quedarse clavado en la tradición, pero a veces, una tradición que respete el futuro puede ser la mejor solución. Yo no creo en una reconstrucción del poblado ni de la factoría almadrabera (aunque ésta sería aún factible). No voy a ser tan iluso para mirar a otro lado cuando la península tiene un futuro basado en la cultura, la hostelería y el turismo bastante halagüeño. Ahí coincido con el PP (sin que sirva de precedente), pero la manera de acometerla es errónea. Una edificación que mantenga la tipología arquitectónica de la típica casa baja de pescadores, sería lo ideal. En esos espacios podrían albergarse zonas de ocio, culturales, para hostelería... todo lo que se pretenda, pero no podemos tragar con unas edificaciones que toman conceptos de la corriente brutalista de la Arquitectura para mediante una serie de estructuras cúbicas, presentarnos unos espacios diáfanos en los que a modo de contenedor, meter lo que sea. Eso no, porque eso demuestra una desgana absoluta a la hora de hacer el proyecto y un interés supremo por poner la mano y coger el dinero. Por cierto, hablando de dinero, no está mal el premio por ganar el concurso... Todo sin haber puesto una piedra aún.

Ese es otro punto en el que la idea que el PP tiene de Sancti Petri falla. No hay plan de usos. Se escudarán en que no es momento aún para tenerlo y que varias administraciones están implicadas, pero, ¿van a esperar a tener todos los permisos en regla para empezar a hacerlo? ¿No es mejor comenzar ya y en cuanto esté todo listo, empezar a construir? Los caminos de la política son inescrutables.

¿Quieren que les diga otra cosa que falla? El dinero. Poco o nada se ha dicho de asignaciones presupuestarias para el Bosque Pesquero lo que indica que no hay mucha confianza entre Marín y los suyos para levantar el proyecto de Bakpak. Y es que en realidad no hay jurdós para llevarlo a cabo. Será una patata caliente para la Corporación que salga de las próximas elecciones municipales de mayo próximo.

Veo desconocimiento de Sancti Petri por parte de los propios chiclaneros y obcecación política. La misma que tuvo el PSOE con la Plaza Mayor y que acabó con el mayor ejemplo de terrorismo estético que existe en Chiclana. Tampoco veo que se hable con la ciudadanía. Está muy bien consultar a los partidos políticos y al Consejo Económico y Social, pero sinceramente (y me dirijo a Ernesto Marín y a Andrés Núñez, a los que repito, tengo mucha estima personal), eso no es hablar con el pueblo. Yo los invito a que se vengan conmigo cualquier día, mañana mismo, y nos demos una vuelta por Sancti Petri. Quizás un mero juntaletras les enseñe que la rectificación a veces, es de sabios.

Mientras, continuemos con el debate...




miércoles, 8 de octubre de 2014

Sancti Petri (I)

Llevo yendo a Sancti Petri toda mi vida. Siempre me he recordado allí. Siento que tengo alma de santipetreño aunque mi memoria solo alcance a recordar escombros y matorrales cercados por casi todas partes por lenguas de agua. El castillo imperante sobre el horizonte, la Punta del Boquerón y los barquitos del Náutico. El Levante y el Poniente y el sol... aunque a mi siempre me gustaron más los días nublados en la península.



Ahora está el equipo de Gobierno municipal de Chiclana (formado por el Partido Popular y el PVRE) ensoñando un futuro para Sancti Petri. Es lo que queremos todos, que haya futuro más allá del majestuoso Hércules que nos da la bienvenida al antiguo poblado almadrabero. Pero hay futuros distintos. Mientras el Gobierno municipal aspira a ver levantado el proyecto denominado Bosque Pesquero, la gran mayoría de chiclaneros no lo ve claro y opta por algo muy simple: mantener la esencia.

Me he decidido a escribir este artículo en este momento. Lo llevaba rumiando desde que volví a Chiclana hace dos años. El vivir fuera te da una perspectiva distinta de los avatares de tu pueblo y a mi me sirvió para alejarme, descansar de Chiclana pero, curiosamente, interesarme más vivamente por los temas de actualidad. Y Sancti Petri siempre ha estado ahí. También (y he de decirlo, y que me perdone la indiscreción) me ha llevado a escribir este artículo una interesante charla que mantuve a través de Facebook con Andrés Núñez, el número 2 del Gobierno local, representante político del PP al que tengo en alta estima, pero con el que no comparto ni ideología ni concepto sobre Sancti Petri. Pero para eso estamos, para dialogar. Agradecido pues a Andrés por su deferencia.

Cuando trabajaba en el Chiclana Información (que en paz descanse, qué gran periodismo se hacía en esa redacción), el tema de Sancti Petri fue casi siempre mio: que si los sucesivos dragados, que si planes de uso, que si ampliaciones de los pantalanes, que si problemas de pesca... Volví a Sancti Petri para trabajar y pude sentirme muy cercano a aquel trozo de tierra. Siempre he sido muy imaginativo y el haber estudiado Historia me proporcionó la posibilidad de transportarme a otras épocas. Y siempre me veía en el muelle santipetreño viendo a las embarcaciones llegar trayendo en las bodegas centenares de atunes. Era algo que me sobrecogía.

En esos años de periodismo, me empapé de la historia del poblado, sobre todo de su triste e inexplicable final. Dicen que comprendiendo el pasado, entiendes mejor el futuro. Así que empecé a hablar con gente que vive (literal y figuradamente) entre los caños del Almendral y el Chanarro. También empecé a leer todo lo habido y por haber que sobre la península se ha escrito y de ese proceso saqué interesantes conclusiones. Por ejemplo, de lo maravillado que me quedé al comprobar cómo se produjo el milagro de los panes y los peces -como diría nuestro amigo Chapa en su magnífico libro sobre Sancti Petri-, levantando una fecunda industria en torno a la almadraba que daba trabajo a los que vivían allí de forma permanente y a varios miles que venían de temporeros, a una clausura que me causó desazón al comprobar cómo el gobierno de la época (1973) fue el que provocó intencionadamente el cierre de la factoría del Consorcio Nacional Almadrabero en la península. La razón oficial: no había atunes, no pasaban. Sin embargo, este extremo era difícil de creer puesto que en su peregrinar desde las aguas del Atlántico Norte hasta llegar al Mediterráneo donde desova, el atún, donde vislumbra por primera vez tierra, es precisamente en Chiclana. Ejemplares había de sobra para seguir con la actividad, pero un oscuro interés especulativo ejerció de mecha para acabar con el proyecto almadrabero en  Chiclana. La población fue obligada a desalojar sus viviendas y Sancti Petri se cerró para después en una maniobra oscurantista, amparada por el tardofranquismo y a espaldas de la ciudadanía, malvender a una empresa de nombre... Sancti Petri, SA, todo el poblado. A partir de ahí, afectación de parte del terreno a cuenta de Defensa, litigios entre empresa fantasma, el Ministerio y el pueblo de Chiclana y 40 años de abandono por parte de las administraciones que han legado a la ciudadanía un poblado en ruinas.

Porque Sancti Petri, tal y como lo conocieron muchos chiclaneros, se pudo salvar, pero simple y llanamente, no se quiso. Hoy quedan atisbos de la grandeza del poblado y algunos locos como yo pensamos que puede ser el cimiento sobre el que se pueda levantar el futuro. Pero eso lo contaremos en la segunda parte...





lunes, 6 de octubre de 2014

BoCabulario VI

Tragiversar: Acción por la que un ciudadano español tergiversa esta palabra.



domingo, 5 de octubre de 2014

¡Que nos den Curculio!




Puede salir bien o puede salir mal, pero tiene que salir. No podíamos resignarnos a un destino esquivo con Plauto y su Gorgojo. Malos horarios, ensayos trasnochadores, ausencias con justificación o sin ella, enfermedades puntuales, escasos recursos… pero la cuestión es que al final (y a pesar de los pesares), Curculio surgió, se levantó, se presentó y triunfó. Porque poco importa que estuviese bien o mal interpretada, planteada, escenografiada, iluminada, sonorizada… Lo que cuenta, lo que te llevas a casa cuando te vas a dormir, es la sensación de que has hecho algo que tenías muchas ganas de hacer: subir a un escenario, convertirte en otra(s) persona(s) y dejar en la gente que te ha ido a ver un poso de satisfacción. ¿Hemos cumplido con el objetivo? Sabed que sí. Con creces.

Podría hacer una crítica al uso al equipo que llevó hace unos días el Gorgojo de Plauto al Moderno, bajo el transformado título de Curculio, pero el Grupo de Teatro Grecolatino que la Asociación Cultural Taetro lleva comandando desde hace años, propuso una reinterpretación de este clásico de la comedia, aportándonos la dulce sensación de que los chavales se lo han currado. Podrían haber trabajado más, eso está claro. Podrían haber sido más perfectos, técnicamente hablando (¡esos frontales¡, ¡ese hieratismo!), pero ¿quién soy yo para criticar a quién me ha proporcionado unos meses de ilusión, de aprendizaje, de constante crecimiento personal?

Gratitud. Eso es lo que hay que devolver a Hina, Ana Belén, Minii, Pablo, Dani, Jose, Natalia, Carlitos y Bárbara porque se han batido en duelo frente a casi 400 personas y han salido victoriosos. Probablemente, este año alguno de ellos siga aprendiendo cositas de teatro con nosotros. Probablemente, Eu (gracias por invitarme a ser uno más) y un servidor les peguemos unos cuantos gritos porque no hacen lo que les ordenamos, pero el hecho de que unos chavales asomados al balcón de la madurez, se pasen muchas horas al cabo del mes hablando y soñando con el teatro, es para aplaudirles. Sé que no soy imparcial al decir que a mí su Curculio me encantó. Que tuvieron fallos, claro. Los grandes actores los tienen. Y ellos ya han demostrado ser muy, pero que muy grandes.

Gracias chicos.




sábado, 4 de octubre de 2014

Dionisio Falso Aeropagita

Como cualquier día se levantó. Tempranito, que no es cuestión de ser tomado por haragán. Quizá hasta pudiera ser considerado como pecado el rezongar unos minutos más en el jergón. El Falso Dionisio Aeropagita, después de realizar unas abluciones y de comunicarse con Dios de forma íntima y personal, se sentó y con un cafelito cortao, se puso manos a la obra. Hoy tocaría hablar de estética, después de haber disfrutado de un sereno éxito con su libro sobre la categoría de los ángeles. Pronto se apresuró a tocar otros temas. "Estoy convencido de que la belleza es uno de los atributos de Dios. Así lo haré constar", dijo Pseudo Dionisio Aeropagita mientras daba pequeños sorbos al cortao, pues se había pasado con el fuego. Aquello quemaba, como le quemaban las incógnitas que le abrumaban por aquellos lejanos días. "Señor, no me dejes caer en el vano pozo de la ignorancia y el pecado", musitaba el hombre santo. Su duda venía dada por ignorar si hablando de la cercana relación entre los griegos clásicos y el incipiente cristianismo, incurriría en pecado mortal. Ya se sabe cómo se las gastaban en aquella época los seguidores de Cristo en Bizancio. Si bien no había ya gusto por mandar a los leones a los malos pecadores, había otras formas no menos tajantes de provocar la expiación de los pecados a aquellos que osen ir contra las enseñanzas del Evanescente.



Pero sigo que me disperso. El Falso Dionisio Aeropagita estaba hoy inspirado. Escribiría una lúcida teoría en la que mezclaría neoplatonismo, con pensamiento cristiano y todo ello pasado por la Estética. Ah, cuánto se hubiese alegrado nuestro amigo de saber que los tomistas, habrían tomado sus enseñanzas como punto de partido en su pensamiento posterior. Él simplemente se limitaba a pensar que ayudaba a la sociedad arrojando luz sobre estas cuestiones que claro está, tanto preocupaba al bizantino de a pie.

Amagando los últimos estertores del café, Pseudo Dionisio Aeropagita comenzaría luego a escribir una misiva. Pero antes, súbitamente sufrió un tranquilo ataque de misticismo. Puso los ojos en blanco, se quebró sobre el taburete donde escribía y se elevó unos centímetros, efectos estos que son de claro lucimiento en tales manifestaciones espirituales. Aún así, quedó extenuado y pensó que quizás, tomar unas uvas reconfortaría su ánimo. Así lo hizo. 

Recuperado del éxtasis, llamó a su sobrino, chico taimado y de bondad infinita, para que hiciera llegar su carta al bibliotecario mayor, encargado de salvaguardar el saber de la ciudad. El chico volvió con una duda que fue trasladada de inmediato a su tío.


-Tío, el bibliotecario me ordena comunicarle que no puede recibir y catalogar su escrito.
-¿A qué se debe tal desatino, amado sobrino?
-Mi señor no ha firmado la misiva. Ni siquiera como remitente.
-Cierto.
-¿?
-¡!
-Aunque le conoce y también sabe de mi existencia y de mi relación familiar con usted, dice que debería proceder a signar sus escritos para legarlos a la posteridad, función para la que él está fehacientemente titulado.
-No lo haré.
-Pues...
-Nunca creerían que yo firmé aquellos textos.
-Lo tomarán por farsante, tío.
-En verdad os digo que de aquí en adelante me tomarán por Dionisio Aeropagita, porque escribo clavaíto a él. Qué más da que me tomen por farsante si al final voy a tener entrada propia en la Wikipedia.