martes, 31 de marzo de 2009

Y JUSTICIA PARA TODOS


L
legaron a una fría llanura mandados por el régimen colaboracionista de Vichy. Allí les esperaba el infierno en la Tierra. Pertenecían al bando de los perdedores en la Guerra Civil española, a los que estaban al otro lado del Eje que comandaba Hitler con la connivencia de Mussolini y el apoyo tácito de Franco. Miles de españoles (según algunas estimaciones, unos 7.000), estuvieron confinados en algún campo de concentración nazi hasta la liberación de los mismos por los aliados bien entrado 1945. Las vidas anónimas de estas personas continuaron con el recuerdo marcado a fuego por los modos y formas nazis. Arbeit macht frei, rezaba un cartel a la entrada de Auschwitz. El trabajo os hará libres... qué ironía.

Los años pasaron. El manto del olvido se fue cebando con la vida de estas personas. Algunos se fueron quedando por el camino preguntándose que dónde estaba la justicia, que por qué la impunidad campaba a sus anchas. Alguno se miraba el número tatuado en su brazo y se alegraba porque esa prueba no podría desaparecer... Esas cifras forman parte de cada uno de esos españoles recluidos en el infierno terrenal de sitios que con sólo nombrarlos ya dan escalofríos: Mathausen, Auschwitz-Birkenau, Dachau, Flossenberg... Campos de muerte en pleno corazón del Viejo Continente.

La justicia no llegaba. Las canas y arrugas aparecían en las maltrechas vidas de tantos supervivientes que deseaban una reparación, cuanto menos moral. Lo que ellos han vivido no debe ser revivido, pero tampoco debe ser olvidado. El olvido es el mejor aliado de quienes intentan remover fantasmas. Y es que la memoria histórica funciona, sirve para algo, es pertinente cuando aún existen supervivientes de la locura nazi clamando justicia. Precisamente, un grupo de supervivientes españoles han denunciado ante la Audiencia Nacional a varios miembros de la SS que dirigían varios campos de internamiento y que aún viven en Estados Unidos. El de ayer fue un día grande para esos ancianos que pasaron varios años de su vida enjaulados por los nazis y con la certeza de que iban a morir sí o sí. Pero no, consiguieron sobrevivir y ahí están, denunciando a sus captores gracias a un concepto maravilloso que algún jurista se inventó un día: la justicia universal.

Lo bueno es que cualquier juez del mundo (Garzón es especialista en ello, y ahora la ha invocado Ismael Moreno), puede hacer uso de ella. Lo malo es que sin un organismo que garantice la validez de ese concepto, rara es la ocasión en la que se puede celebrar el triunfo de la justicia universal, aunque en el caso de los cuatro altos cargos de la SS denunciados por españoles, esa esperanza puede hacerse realidad puesto que Estados Unidos está por la labor de entregarlos a la justicia española.

Veremos si ese capítulo, aún por escribir, llega a tener final feliz y de paso, podríamos en que en este mundo aún hay hueco para la justicia... una justicia que sea para todos.

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