jueves, 26 de marzo de 2009

EL FIN DE LA INFAMIA


E
l 17 de marzo de 1992, los electores blancos sudafricanos (los únicos con derecho al voto), decidieron en referéndum eliminar de un plumazo 44 años del apartheid, el régimen racista y segregacionista que fue la vergüenza de Sudáfrica en todo el mundo. Hoy es una fecha festiva que nos recuerda que hace menos de 20 años, aún existían países legalmente racistas.

El apartheid venía siendo practicado en Sudáfrica desde hacía años, pero no fue hasta 1948 cuando tomó forma jurídica al ser respaldado por leyes promulgadas a tal efecto. En las elecciones de 1947, el radical Partido Nacionalista ganó las elecciones en una coalición con el Partido Afrikáans, dirigido por el pastor protestante Daniel François Malan. Por una perversión de la ley electoral, se le dio mayoría a pesar de obtener menos votos, que su rival, el Partido Unido.

Poco después de ganar se segregó a cada individuo de acuerdo a su raza. Una ley promulgada en 1950 reservaba ciertos distritos en las ciudades donde sólo podían ser propietarios los blancos, forzando a los no blancos a emigrar. Las leyes establecieron zonas segregadas en diversos espacios públicos como playas, autobuses, hospitales, escuelas y hasta bancos en los parques públicos. Los no blancos debían tener documentos de identidad en todo momento y les estaba prohibido quedarse en algunas ciudades o incluso entrar en ellas sin debido permiso.

La abolición del apartheid fue producto de los cambios políticos que ocurrieron en Sudáfrica a finales de los 80 y principios de los 90. La política del apartheid creaba cada vez más controversias y oposición internacional. Se habían impuesto sanciones económicas; algunas incluso requerían la desinversión total en Sudáfrica. La moneda sudafricana, el rand, llegó a un nivel tan bajo que el gobierno se vio obligado a declarar un estado de emergencia en 1985, que debió mantenerse por cinco años.
En febrero de 1989, el presidente Piether Botha fue reemplazado por Frederik de Klerk, que en febrero de 1990, anunció el inicio de un proceso de eliminación de leyes discriminatorias, y que levantaría la prohibición contra los partidos políticos proscritos (incluyendo el principal y más relevante partido de oposición negro, el Congreso Nacional Africano o ANC).

Entre 1990 y 1991 fue desmantelado el sistema legal sobre el que se basaba el apartheid. El 17 de marzo de 1992 un referéndum le concedió facultades al gobierno para avanzar en negociaciones para una nueva constitución con el ANC y otros grupos políticos. Las mismas se prolongaron por largos meses, pero finalmente las partes llegaron a un acuerdo sobre un borrador de Constitución y a una fecha para las nuevas elecciones: éstas tuvieron lugar entre el 27 y el 29 de abril de 1994, en las que el Congreso Nacional Africano alcanzó la mayoría, alcanzando el poder Nelson Mandela, todo un símbolo de la lucha contra esa infamia llamada apartheid.

2 comentarios:

Alfonso Piñeiro dijo...

Sí, pero sucede que hoy esa infamia la prosigue la propia ANC, ampliamente contestada desde los sectores con menos oportunidades, que siguen siendo los de población negra. Sudáfrica es el ejemplo vivo y doliente de Animal Fence de Orwell. Ahora, los africanistas gobernantes cantan "cuatro patas sí, dos patas también", y hay quien apunta que alguno incluso entona el "dos patas sí, cuatro patas no". Creo que Napoleón es, a pesar de mandela, el cerdo que más manda en la granja sudafricana

Miguel A. dijo...

Esperemos que el Napoleón sudafricano no le de por acabar siendo un infame. Y es que ya sabemos que todo puede finalizar con aquello de que todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.