Puede salir bien o puede salir mal, pero tiene que salir. No podíamos resignarnos a un destino esquivo con Plauto y su Gorgojo. Malos horarios, ensayos trasnochadores, ausencias con justificación o sin ella, enfermedades puntuales, escasos recursos… pero la cuestión es que al final (y a pesar de los pesares), Curculio surgió, se levantó, se presentó y triunfó. Porque poco importa que estuviese bien o mal interpretada, planteada, escenografiada, iluminada, sonorizada… Lo que cuenta, lo que te llevas a casa cuando te vas a dormir, es la sensación de que has hecho algo que tenías muchas ganas de hacer: subir a un escenario, convertirte en otra(s) persona(s) y dejar en la gente que te ha ido a ver un poso de satisfacción. ¿Hemos cumplido con el objetivo? Sabed que sí. Con creces.
Podría hacer una crítica al uso al equipo que llevó hace unos días el Gorgojo de Plauto al Moderno, bajo el transformado título de Curculio, pero el Grupo de Teatro Grecolatino que la Asociación Cultural Taetro lleva comandando desde hace años, propuso una reinterpretación de este clásico de la comedia, aportándonos la dulce sensación de que los chavales se lo han currado. Podrían haber trabajado más, eso está claro. Podrían haber sido más perfectos, técnicamente hablando (¡esos frontales¡, ¡ese hieratismo!), pero ¿quién soy yo para criticar a quién me ha proporcionado unos meses de ilusión, de aprendizaje, de constante crecimiento personal?
Gratitud. Eso es lo que hay que devolver a Hina, Ana Belén, Minii, Pablo, Dani, Jose, Natalia, Carlitos y Bárbara porque se han batido en duelo frente a casi 400 personas y han salido victoriosos. Probablemente, este año alguno de ellos siga aprendiendo cositas de teatro con nosotros. Probablemente, Eu (gracias por invitarme a ser uno más) y un servidor les peguemos unos cuantos gritos porque no hacen lo que les ordenamos, pero el hecho de que unos chavales asomados al balcón de la madurez, se pasen muchas horas al cabo del mes hablando y soñando con el teatro, es para aplaudirles. Sé que no soy imparcial al decir que a mí su Curculio me encantó. Que tuvieron fallos, claro. Los grandes actores los tienen. Y ellos ya han demostrado ser muy, pero que muy grandes.
Gracias chicos.
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