miércoles, 15 de octubre de 2014

Felicidad

No existe la felicidad, solo momentos donde no te ocurre algo malo o tedioso. Pero en esos momentos, uno encuentra lo mejor de la vida, eso que pasa mientras haces otra cosa, según la definición de Lennon. Yo, para que quede claro, no busco la felicidad. En todo caso, que sea ella la que venga a mi.

Hace unos días me retaban a que hablara sobre la felicidad, que buscara un momento feliz y lo describiera. El órdago me lo lanzaba mi profesora de Primaria... mi maestra del cole, la señorita Meli. Pues como ella, Amelia Fernández, me lo pide no puedo por menos que esbozar qué significa para mi la felicidad. Y quizás sea un momento propicio este, en el que a pesar de no estar en la cumbre de mi carrera profesional, sí encuentro resquicios para aprender y para seguir andando el camino. A riesgo de ponerme poético y/o peripatético...

Soy feliz aquí...
...soy feliz con muy poco: yéndome una mañana nublada a Sancti Petri, pasear por La Barrosa desde Torre Bermeja a la del Puerco, perdiéndome sin rumbo fijo ni pensamiento concreto por las calles del caso antiguo de Cádiz, comiéndome unas alitas de pollo en el Golpeao (ahora que ha cerrado), leyendo a Galeano en las salinas, cogiendo el coche y conducir hasta que necesite parar, visitando Medina todas las veces que puedo (que nunca son bastantes), pasando una tarde con mis sobrinos explicándoles algo de filosofía o hablándoles de cine y música, cocinando toda una mañana, escribiendo esta entrada del blog, encontrándome con gente por la calle a la que hacía mucho tiempo que no veía, haciendo teatro, escuchando una y otra vez Comfortably numb, viendo El padrino (I, II y III... sí, la tres también, por qué no), jugando con los gatos de Nico y Elsa, tomándome la cervecita acostumbrada en la Cooperativa con David (que siempre son pocas), disfrutando de Star Wars por... no sé cuantas veces la he visto ya, descubriendo nuevos grupos, nuevas músicas, comiendo helado siempre al lado del chico caracol, encontrando nuevas especies de cangrejos...

Chuminadas campestres, sí. Pero joder, qué feliz soy en esos escasos trocitos de tiempo...

P.S.: Por cierto, fui feliz, muy feliz durante toda mi estancia en el Colegio Público Isabel la Católica de Chiclana. Los culpables de esa felicidad, que levanten la mano.

2 comentarios:

afercan dijo...

Perdona, Miguel Ángel, pero no había visto tu comentario hasta ahora que este "chivato" de Facebook me ha recordado lo que hice tal día como hoy.
Me alegro de que sea esa tu idea de felicidad porque se acerca mucho a la que yo siento: "pequeños momentos llenos a base de interactuar con los que me rodean, sean familiares, amigos o mis alumnos. Y otros momentos de soledad consentida que también son necesarios"
Gracias, por contestar a mi petición y por saber que, como yo, también fuiste feliz en el colegio. Siempre os recordaré!!! Un abrazo muy fuerte.

Miguel A. dijo...

Bien sabes que fuimos muy felices en esa época. La nostalgia sirve para acordarnos de esos momentos y nunca te podremos agradecer todo lo que hiciste por nosotros. Gracias!