viernes, 12 de noviembre de 2010

CONTINGENTES Y NECESARIOS

L
os que sentimos verdadera devoción por Faulkner, tenemos una cita ineludible en la Sierra del Segura, porque fue en esos parajes donde hace casi 25 años que el albaceteño José Luis Cuerda se enroló en una aventura a medio camino entre la astracanada y el absurdo más mordaz. Junto a una pandilla de buenos actores y tres pueblos entregados (Ayna, Liétor y Molinicos), el padrino de Amenábar parió una de las películas de culto más admiradas en los últimos años: Amanece que no es poco.



Años después, este filme sigue y seguirá haciendo dinero; no ya en taquilla ni en los videoclubs, sino en los propios pueblos que sirvieron de escenario a su rodaje. Primero, a través de una ruta por esos municipios, ahora con un centro de interpretación inaugurado por el presidente de la Junta, José María Barreda, que ha aprovechado un edificio histórico como es la ermita de Nuestra Señora de los Remedios (sin uso sacramental), para ofrecer una panorámica general de una cinta que ya es historia del cine español.

Sirva este centro de interpretación como una herramienta más de la riqueza que puede ofrecer nuestra provincia. Embarcada en el importante reto de convertirse en referente del turismo rural, todo lo relacionado con Amanece que no es poco ya es un recurso potente para atraer a nuevos visitantes a este bello paraje serrano de la provincia.

Son éstas las ideas que hay que poner en marcha. Son éstas las ideas que deben recibir contínuos impulsos para hacerse un hueco en el difícil mercado turístico del país. Quienes sean fans de la película de Cuerda, se sentirán tentados a acercarse por Ayna, Liétor o Molinicos. La riqueza cultural, histórica y natural de estos municipios hará el resto. Apostemos pues por lo que ya de por si nos ha legado el discurrir del tiempo y la historia. Son atractivos más que suficientes como para que todos los albaceteños nos sintamos contingentes, pero también necesarios.

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