viernes, 24 de septiembre de 2010

UN ESLABÓN MÁS DE LA CADENA


L
a demagogia lleva al lado oscuro. Y precisamente, no al de la Fuerza lucasiana, si no al de los oportunistas que intentan establecer conexiones entre inseguridad ciudadana, pobreza e inmigración. Esos oportunistas que cuando pudieron (hacer algo) no quisieron, y ahora hacen campaña buscando el voto del miedo entre los parroquianos.

Intentando separar el grano de la paja y sin ponernos la venda en los ojos (está claro que existe y existirá cierto tipo de delincuencia asociada a la mal llamada inmigración ilegal), hay que alentar otras conductas que ayudan a hacer país, que buscando el pan de cada uno, empujan en el común empeño del desarrollo de un país. Por eso, analizar el número de afiliaciones de extranjeros a la Seguridad Social es un buen punto de partida para diagnosticar el estado de salud de la inclusión social de la población inmigrante.

Es precisamente el modelo inclusivo español el que ha sido tomado como modelo de integración en ciertos países de nuestro entorno, cuando precisamente en naciones vecinas se pasan eso de la inclusión por el Arco del Triunfo (de los Campos Elíseos).
Albacete se ha convertido en los últimos años en una provincia acogedora de población inmigrante. Aunque los datos de la Seguridad Social muestren en los últimos meses tímidos descensos en las cotizaciones de la población foránea, lo cierto es que la carga de trabajo aportada por este grupo social es fundamental para el sostenimiento de un edificio (cotizaciones, pensiones, jubilación...), que de no ser por ello, poco tardaría en caer. Esos rendimientos del trabajo de los inmigrantes (en un gran porcentaje, población muy joven), hace que el sistema siga siendo válido, siempre que desde el Gobierno se aprueben los retoques necesarios.

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