martes, 3 de agosto de 2010

A ZAPATERO SE LE CALA EL COCHE


E
s una prueba fehaciente de los débiles cimientos sobre los que se está sustentando la tan cacareada e incipiente salida de la crisis económica. Durante más de un año, la industria del automóvil ha ido taponando sus agujeros negros gracias a medidas de estímulo propiciadas por el Gobierno, léase el Plan 2000E. Las ventas han ido subiendo, los incentivos a concesionarios y compradores han crecido y el parque automovilístico español -uno de los más vetustos de todo el continente-, se ha ido renovando conciliando además la “moda” de que los automóviles con menores emisiones contaminantes campen a sus anchas por nuestras calles, autovías y autopistas.

Pero el buen momento se ha cortado de raíz. Julio ha sido un mes devastador para las esperanzas de las empresas automovilísticas y de los concesionarios que venden vehículos. Rápidamente, la cancelación ya anunciada del Plan 2000E y la subida del IVA el pasado 1 de julio, han sido señaladas como las causas principales del descenso en las ventas, que en provincias como la nuestra ha llegado hasta el 40 por ciento, una cifra que raya en lo preocupante.

El sector del automóvil, una de las industrias que mayor crecimiento puede generar en España en tiempos de bonanza, clama en el desierto. El Ejecutivo de Zapatero no da su brazo a torcer y no volverá a retomar el Plan 2000E ni medidas de estímulo similares. Parece ser que ahora le toca a la propia industria del automóvil buscar la luz entre las sombras que se ciernen en el futuro inmediato.

Las ayudas siguen haciendo falta, no sólo para reactivar la compra de coches, si no también para que otros sectores puedan tener esta “muleta” para apoyarse en tiempos que, no nos engañemos, aún no están para tirar cohetes. Cierto es que estamos mejor que hace un año, pero Zapatero debería buscar soluciones para que esos cimientos del crecimiento que él desea ver fortalecidos, no se vengan abajo. El presidente tiene dos opciones: seguir el camino o verse tirado en la cuneta porque su “auto” del crecimiento se le ha calado.

1 comentario:

Miguel A. dijo...

Otro saludo desde el otro lado del charco. Me apunto tu blog y lo visitaré. Muchas gracias por pasarte por aquí.