martes, 10 de agosto de 2010

MENOS... PERO QUE AUN ES MÁS


O
tro brote verde. Aparecen... tarde, pero aparecen. En este caso es el de las empresas que entran en concurso de acreedores. Acompañado del tímido inicio de la recuperación económica, con dos trimestres consecutivos en positivo (aunque con leves alzas, todo hay que decirlo), el número de empresas que entran en concurso de acreedores baja de nuevo. Un síntoma de que la tendencia autodestructiva de la economía española va cambiando, aunque el susto se va pasando poco a poco.

Ha sido un buen indicador el de las empresas en concurso, ya sea voluntario o forzado por sus deudores, ya que ha aumentando proporcionalmente en paralelo a la recesión durante los dos últimos años tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la llegada de la crisis financiera internacional.

Ambos factores hicieron que se encadenara una sucesión de “desgracias” que han afectado a la economía española como si de las siete plagas bíblicas se tratase. Primero, ambas coyunturas han provocado el cierre del grifo del crédito y secó el circulante, lo que impidió a muchas sociedades mantenerse a flote ante la conjunción de falta de liquidez y la consiguiente caída de la actividad.

Ante este panorama de desplome en la creación de sociedades, morosidad y con el paro creciendo a un ritmo de cifras de seis dígitos trimestralmente, las quiebras en el tejido empresarial español (siempre tan volátil) marcaron máximos históricos sobre las 1.760 en el segundo trimestre de 2009, cuando la crisis trataba de cerrar la fase más aguda de deterioro.

Lo que no cambia son las características de las empresas que se declaran en concurso de acreedores: sociedades de responsabilidad limitada con una facturación inferior a los dos millones de euros al año y mayoritariamente de la construcción, que agrupa a una de cada tres del total de las supensiones de pagos.

Todo un toque de atención, una advertencia de la que se tienen que extraer enseñanzas para que no nos veamos en las mismas cuando demos la vuelta a la esquina.

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