jueves, 28 de enero de 2010

HIGADILLOS EUROVISIVOS (¡QUÉ TE CALLES, KARMELE! II)

É
rase una vez un continente no muy lejano en el que se organizaba un concurso musical al que acudían muchos países. Durante años, una vez al año, las familias se reunían al calor del hogar para ver las evoluciones de los representantes de cada país... Royamení, an puan; Yunaited Kindom, uan poin. Para los nuestros, los doce puntos no llegaban nunca... O casi nunca, porque hubo dos años que partimos la pana. Una muchacha dentuda con canción dinámica y otra señorona con vestido de pelitos que vivía cantando se llevaron los laureles, celebrando el país aquellas victorias como épicas frente a los otros que nos miraban con ojeriza. Pardiez.

Pasaron los años y aquel concurso fue cayendo en desgracia, hasta el punto de que iban a representarnos unos aspirantes a cantantes surgidos de un concurso televisivo. Luego vino el cachondeíto del bueno. A un avispado showman se le ocurrió reírse con todos y se inventó un personaje y una canción pegadiza. “Con ésto lo petamos”. No, no lo hicieron, pero quedaron mejor que otros “profesionales”.

El caso es que en ese país, otro ¿showman? ha querido repetir jugada (ya no vale, no tiene gracia), con una papagaya del corazón que se lo tiene muy creído. Se presentó, la gente la votó en masa (por el cachondeo más que por otra cosa, aunque la calidad musical no abundaba en sus competidores), y como supuestamente ha plagiado canciones de su infancia (lejana), la han echado. Ahora, la papagaya que no para de hablar y de hacerse la víctima anuncia denuncias, querellas, contrafestivales, desmayos, vahídos en directo, persecuciones mediáticas amén de congregar a siete plagas bíblicas contra quien le provocado tal escarnio... Y la gente ve el espectáculo, se relame, se embadurna en la podredumbre catódica y jalea el gallinero donde todos parecen pelearse cuando todos defienden la misma patochada.

Eso es televisión actual, fresca, directa, sin pelos en la lengua... para algunos, claro. Para otros es la degeneración a la que ha sido sometido un medio de comunicación al que debe llenarse de contenidos con sustancia, pero mientras haya Karmeles y Jorgejavieres azuzando las meninges del personal con vanas polémicas sobre Eurovisión, mal vienen dadas.

A uno le llevan los demonios después de comprobar el espectáculo que hace unos días se emitió en prime time en una cadena generalista. Que el debate nacional ocupe cuatro o cinco horas sobre si Karmele ha sido injustamente o no expulsada de la carrera por ir a Eurovisión, parece una broma de mal gusto, pero no. Es realidad, la más absoluta realidad. El panem et circenses contra la crisis. El adormecimiento del personal mediante chorradas herzianas inyectadas en vena. Luego no extraña que en esta nuestra España, los cien mil muertos de Haití nos los tengamos que almorzar en los diez minutos de rigor de los telediarios. ¡Qué país!

Video para la vergüenza...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, mamoncete, soy tu tocayo. He estado viendo el puente chico en un kit-kat en plena vorágine de exámenes universitarios y me he "jartao" de reir. El universo friky no tiene límites y además cuando menos les gusta el café... pues dos tazas. ¿Pero que clase de estupefaciente digital tienen las cosas que dices? Yo las leo y no me parecen "pa" tanto. Bueno, será porque te conozco un poquito. Un abrazo campeón y otro a la peña.

Miguel A. dijo...

Pues debe ser eso... o que toman drogas o que el agua de Chiclana debe estar mala (así que ponte a arreglarlo). Pero bueno... yo lo único que quiero es que opinen del tema de mis artículos, no de Chiclana... En fin... que caigo bien... Suerte con los exámenes. Hablamos

Anónimo dijo...

Personalmente, considero que más que de talento se trata, en esta ocasión, de ilusión.

Se nos ha olvidado que, realmente, lo terrible de eurovisión no son los candidatos freaks que en momentos puntuales se puedan presentar o incluso representarnos, si no eurovisión en sí.

El año pasado se demostró, normas incumplidas aparte, que no es una cuestión de trabajo, técnica o buen hacer. Más bien tópicos...

De ahí que discrepe con el artículo y con el "ataque" a todos los Karmeles del futuro.

Si todos ya sabemos el resultado de España en el concurso... ¿Por qué no dotar la experiencia, al menos, de ilusión?

Miguel A. dijo...

Partiendo del hecho de que Eurovisión es algo trasnochado y que como concurso apenas mantiene el interés (las grandes audiencias de los últimos años puede venir de parte de los triunfitos o de fenómenos como el Chiki Chiki), creo que lo de Karmele raya en lo ofensivo. Decir que lo suyo es anticonstitucional es chotearse de este invento llamado democracia... Y por favor, ¡qué vuelva a ir Massiel!