lunes, 4 de enero de 2010
DONDE NO NOS GUSTA SER PRIMEROS
L
os políticos (de cualquier signo) son muy dados a tirar de estadísticas cuando son favorables. Sin embargo, deberíamos pensar como George Bernard Shaw cuando decía que la estadística es la ciencia que dice que si tu vecino tiene dos coches y tú no tienes ninguno, ambos tenéis uno. Datos que se interpretan al abrigo que más interesa. Pero cuando las estadísticas tiran hacia otro lado, perjudicando más que beneficiando aunque muestren una realidad palpable, los políticos huyen de ellas como alma que lleva el diablo.
Sin embargo, hay datos demoledores. Hace unos días se hacía público el informe RACE sobre el estado de nuestras carreteras. Albacete no sale bien parada. Dos tramos están considerados como puntos negros de alta peligrosidad para los conductores, y en especial uno de ellos, la N-322 a su paso por Villatoya, está considerado como el segundo punto negro más peligroso del país.
De nuevo tenemos que reconocer el indudable esfuerzo realizado por las distintas administraciones en dotar al país (y en este caso, a la provincia), de las mejores infraestructuras. Los Fondos de Cohesión de la Unión Europea han ayudado a conseguir tal fin, pero no es menos cierto que no se debe bajar la guardia en la conservación de las vías ya en uso. Una provincia como Albacete, con una destacada localización como nudo de comunicaciones, no se puede permitir ser señalada como un lugar que acoge puntos negros de la circulación.
Estos datos (y la presión ciudadana), debe hacer recapacitar a nuestros gestores de la imperiosa necesidad de mejorar las comunicaciones entre Albacete y Andalucía. La unión entre nuestra provincia y la de Jaén mediante autovía debía estar para ayer, pero mientras en la parte andaluza se están dando los pasos necesarios para hacer realidad esta vía rápida, al otro lado de Sierra Morena estamos aún dubitativos. Hay que ponerse manos a la obra para que estadísticas tan brutales como los 15 accidentes mortales en tan sólo tres años en ese tramo siniestro, no vuelvan a producirse.
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