domingo, 24 de enero de 2010

ELECTORALISMOS


H
ablan las encuestas del CIS que los españoles no confían en sus políticos. Para la ciudadanía, son un problema más grave que el terrorismo. No se han visto en otra los que se dedican a la res publica, pero donde debería haber componenda se quedan en el sostenella y no enmendalla. Así nos cunde esta clase política que más que dirigirnos, nos zarandea a través de los procelosos mares de crisis, escándalos, corruptelas varias y elecciones venideras.

Precisamente, con el horizonte de comicios generales en 24 meses, se pone sobre la mesa otro tema jugosito para hincarle el diente. ¿Qué hacer con los inmigrantes? ¿No teníamos solucionado este tema? ¿Vuelven a ser un problema ahora que olemos a urna caliente? ¿Se busca el electoralismo fácil con promesas que dormirán el sueño de los justos una vez pasen las votaciones?

Partiendo de la base de que lo de Vic (y lo de Torrejón de Ardoz, aunque el PP lo niegue), es una tomadura de pelo a la democracia y al respeto a los seres humanos que vienen a España a por su Eldorado particular, algunos aprovechan para hablar de “orden y control” como ayer afirmó el líder de la oposición. Ya tenemos de nuevo la mano dura, el no pasarán, el hacer nuevas leyes más restrictivas... Por un lado, el señor Rajoy afea la conducta de los catalanes mientras por otra habla de desaguisado provocado por la Ley de Extranjería, convirtiéndose así en la más perfecta reencarnación del perro del hortelano, ayudado desde la barrera por el que se fue... pero no a desiertos remotos ni montañas lejanas. Si la ley es mala (que no decimos que sea perfecta, pero es la que hay y como tal hay que aplicarla), el PP debería poner ya sobre la mesa su propuesta de reforma. Pero, ¿era mala antes de saltar la liebre de lo de Vic o lo es ahora una vez que se ha hecho público? ¿Incurre Rajoy en un vacuo electoralismo buscando votos de donde sea porque no las tiene todas consigo con vistas al 2012? Los caminos de la elección son inescrutables...

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