lunes, 2 de marzo de 2015

"Los Toreros Muertos somos la gran alternativa al aburrimiento general que existe en España"

A mi siempre me gustó jugar con mi amigo Manolito. No, en serio, tenía un amigo cuando era chico que se llamaba Manolito. Y a veces hasta nos íbamos a regar el manchón de detrás de nuestra casa con agüita amarilla. Los Toreros Muertos son los 80, son la imagen genuina de una década que vivimos libre, fuera de ciertas imposturas de una Movida que puede llegar a quedar ridiculizada frente a experimentos sonoros como los de la banda formada por Many Moure, Guillermo Piccolini y Pablo Carbonell. Vuelven ahora a la carretera, treinta años después de aparecer y nosotros hemos querido charlar un ratito de forma amigable con Pablo antes de que fuera a por un cartuchito a Romerijo. Y yo la verdad es que no sé muy bien si esta entrevista la puedo controlar porque Pablo habla y habla (¡aleluya!).

-Treinta años después, Los Toreros Muertos de nuevo en la carretera, aunque en tu caso, nunca la has abandonado en tu aventura como solista. ¿Cómo os sentís en esta nueva experiencia?
Afortunadamente, tenemos un repertorio que cuenta con una gran vigencia y (aunque está feo que yo lo diga, pero si no lo digo yo, lo dirás tú) la gente cuando nos ve me repite "es que me he quitado 25 años de encima" o "se me había olvidado que uno iba a un concierto a pasarlo bien". Los Toreros Muertos sabemos hacer eso muy bien. O sea, divertirnos y divertir a la gente. Hemos tenido siempre un espíritu muy lúdico en lo que hacemos y volver es como un efecto lifting que me sienta estupendamente... y a la gente también. Dice el tango que "veinte años no es nada", pues treinta son menos. Íbamos a empezar la gira en Granada, pero un señor de Córdoba nos dijo que parásemos por allí y mira, allí actuamos y nos pegamos una paliza de cuatro conciertos seguidos, más ensayos y tal. Y además, como Guillermo vive en Argentina, cuando queremos juntarnos, tenemos que hacer muchos ajustes para que al hombre le compense venir desde tan lejos.


-Pues debéis terminar los conciertos desmayados, porque se os ve en forma, con una fuerza y un frenesí impresionante.
Cuando empezamos, hablábamos de tocar tal o cual balada o un medio tiempo o de hacer menos punk o menos ska. Lo que queríamos era quitarnos la espinita esa, cuando nos llamaban los Madness españoles, cosa que no me gustaba nada. A mi me gusta más Frank Zappa o los Talking Heads. En cambio, ahora lo tenemos decidido: vamos a saco. No hay medias tintas con Los Toreros, aunque cuando hay que tocar algún tema más lento como Hoy es domingo o El mono de la NASA, pues lo tocamos con un sentimiento y entendimiento que cuando empezábamos no teníamos. Yo con 23 años, incluso no comprendía por qué hacía canciones...

-Lo cierto es que vuestras canciones, en 2015, en esta situación en la que nos encontramos, pegan perfectamente y supongo que ya habéis tenido en los conciertos a gente que los 80 les suena como algo raro. ¿Cómo os habéis encontrado a esa nueva generación que escucha vuestros temas?
Por ahora los chavales están un poco reticentes a esto... pero caerán. Es que todo lo antiguo vuelve y nada más que ver nuestro cartel que es un revival. Es llamativo hoy pero en los 80 lo hubiesen calificado como casposo. Sin embargo hoy es indie. En fin, como todo vuelve, Los Toreros Muertos (y lo digo con muy falsa modestia), somos la gran alternativa al aburrimiento general que existe en España. Ayer vino con nosotros Javier Ruibal y nos dijo que nos íbamos a hartar de currar, porque nadie hace lo que hacemos. Lo dice el maestro Ruibal, aunque a mi no me engaña porque nos conocemos desde hace muchos años. Fíjate que para el concierto del Falla viene gente de Valencia. Gente que se conoció hace 27 años en unos Carnavales de Cádiz y como nuestra música tiene capacidad euforizante, cogieron y se besaron. Llevan 27 años juntos gracias a nosotros.

-O sea, que tenéis mayor poder erotizante que 50 sombras de Grey...
¡Hombre! Donde va a parar (en este momento, Pablo entona el Hey de Julio Iglesias pero cambianndo el Hey por Grey. Pero tranquilos, la entrevista aún no se me ha ido de las manos). Me he reído muchísimo con el último meme de Julio Iglesias. (El artista vuelve a ponerse serio) La música romántica a mi me deja frío. Yo nunca he bailado más con una chica que con Dr. Feelgood. El rock, el punk, la energía vitalista que tienen estos estilos te llevan a la euforia...

-No sé cómo calificaros. Hablas de muchas influencias como el punk, el rock, el ska...
Y las chirigotas.

-Claro, porque tú eres un virtuoso del pito de caña.
Por supuesto.

-Pero podéis ser perfectamente reivindicables por lo que hoy se llama escena indie. ¡Es que vosotros ya erais indies en los 80!
Bueno, ahora el más indie es Raphael. Lo que hacemos él y yo es una vuelta a la infancia. Utilizamos la música como un juguete, que nos sirve para vivir otras vidas, para sentir la soledad, mirarse a sí mismo o presentarse como un príncipe azul (aquí ya empezamos a emocionarnos un poquito, eh Pablo).

-Y tocáis en el Falla para grabar un disco en directo...
Hemos puesto las entradas muy baratas. Quizá ese sea el error porque creen que no va a valer un duro y se equivocan. El Teatro Falla, si no se ha caído ya, no se va a caer con Los Toreros. Y es curioso que yo he hecho cuatro montajes de teatro y nunca estuve actuando en el Falla. Solo estrené Atún y chocolate allí.

-¿Tienes nervios?
Los hay. Me acompaña una responsabilidad profesional y por eso no quiero pasarme con las cervecitas, ni con los fritos, mantenerme en forma, dormir lo más que puedo y tal... pero los nervios están. Quince minutos antes me quito los nervios, me encierro solo porque hago unos ruidos rarísimos y después soy una balsa de aceite... Carbonell.

-Nadie le dará más por su dinero. Es el leit motiv de la gira
Sí. Y vamos a grabar el sonido para un disco en directo. No el DVD porque el ange no lo capta la cámara. Cuando ves en una pantalla un concierto, no tiene ange. Las cosas que captan la inmediatez hay que respetarlas, por eso no me gusta que se graben conciertos en DVD. El sonido transmite una carnalidad, tiene sentimientos y mientras nos escuchas puedes hacer otras cosas a la vez, pero no obligamos a prestarnos tanta atención.

-Que se pueden hacer dos cosas a la vez escuchando a Los Toreros Muertos, igualito que Celia Villalobos jugando al Frozen.
¡Y capaz de estar también mascando chicle a la vez! Yo no sé jugar al Candy Crush ese. Ni siquiera me he puesto a mirar cómo es un videjouego. Mi pasatiempo es mi propio trabajo. ¿Pasatiempo? Habría que prohibir eso. "Vamos a pasar el tiempo". ¿Tú sabes lo corta que es la vida? ¡Aprovecha, aprovecha!


-Después de esta gira. ¿hay planes de nuevo disco?
En el disco en directo hay cuatro canciones nuevas. En mayo volvemos, porque tenemos el Festival Iberia y actuaciones en Cáceres y Madrid por San Isidro y ya tendremos el disco bajo el brazo y en verano esperamos seguir en la carretera.

-¿Y América os llama?
Nos llaman, nos llaman. De México estamos hartos de que nos llamen. Y nos había llamado el alcalde de Caracas para actuar...

-(De forma grosera, yo interrumpo y digo una estupidez). Es que en Colombia sois dioses.
En Colombia, sí. Caracas está en Venezuela.

-Ups... (trago saliva).
Yo ya sabía que tú sabías que no estaba en Colombia (risas, muchas risas). A Colombia vamos mucho, pero en Venezuela solo de paso. Y ahora como han metido al alcalde en la cárcel, yo no sé, no sé... Es que... (dudas y gorjeos varios). Nos hemos comprometido a ir y la palabra de un Torero Muerto va a misa pero... Temo que esta boquita mia que se calla poco provoque un incidente diplomático. No me gusta el ambiente que genera este señor.

-Y cuando política y arte entran en colisión...
Como decía Mihura "yo no me dedico al humor para hablar del precio de las patatas, yo me dedico al humor para hablar de las vacas rubias". El precio de las patatas, para políticos, agricultores, mercados... Los humoristas tenemos que hablar de vacas rubias.

-Para ir terminando, que tendrás que ir a hacer la comida... (Pablo me interrumpe).
No, no. Me voy a comer un cartucho al Romerijo. Yo soy feliz con los manteles de papel y las cosas populares.

-Muy Atún y chocolate todo...
Sí, efectivamente. Ahí estuvimos con Javier Ruibal haciendo la música y yo le pedí que le metiera algo de carnaval. Javier llamó a la Orquesta Guatifó y le metieron el compás carnavalero. Y quedó la canción preciosa.

-Hablando de cine, ¿vas a volver?
Tengo una especie de película gore, en un papel raro, extraño, pero parece que se va a rodar a principios de verano. Alguien me llama para hacer la segunda parte de Atún y chocolate con crowfunding, pero ahora mismo mi proyecto es volver a colocar a Los Toreros en el trono que dejamos desocupado y que nadie ha tomado desde entonces.

-El 21% de IVA es maravilloso eh...
Sí, precioso. Pero yo prefiero hablar de vacas rubias. Lo mejor que se puede hacer es ver a los Toreros Muertos porque quien no nos vea, llorará durante 25 años.

-Será una gran emoción veros en directo para quien os vio hace treinta años y para quien no pudo.
Sí, y además en el Falla. Hay gente que no se cansa de vernos y eso es genial. ¿Sabes qué vamos a hacer? ¿Tú sabes los libretos de las agrupaciones carnavaleras? Pues hemos hecho unos libretos con las letras de nuestras canciones para que la gente a la entrada del concierto lo compre a dos euros y lo pueda tener como recuerdo. Las 22 canciones que tocamos estarán en ese libreto e ¡incluso las firmamos!

Pues un parking lleno de mierda para Los Toreros Muertos... mierda de vaca rubia, claro.


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