miércoles, 7 de septiembre de 2011

FERIA I DESPUÉS DEL TRICENTENARIO


U
n año pasa rápido. Hace poco estábamos aún con el ‘run run’ de los fastos del Tercer Centenario cuando... ya todo pasó y nos hemos colocado en el 2011 celebrando la primera Feria que va en busca del Cuarto Centenario... aunque para eso aún resta...

La Feria de Albacete tiene el poder de reconvertirse, de ser un fenómeno poliédrico que aunque parezca que mantiene tradiciones y eventos cada año sin alteraciones, ofrece distintas caras que la hacen única y apetecible para ir a visitarla... para vivirla. Este año, la Septembrina llega con ciertos cambios. Después del Tercer Centenario toca recoger velas y ser un poco más austeros, la palabra de moda. Todas las instituciones públicas han optado por restringir gastos por aquello de no despilfarrar, intentando además mantener el nivel de actos, algo que no es moco de pavo.

De todas formas, también ofrecerá novedades interesantes que tienen por fin mejorar los servicios que la propia Feria ofrece a sus visitantes, principal aval de esta celebración. Una Feria que en los tiempos que corren (lo hemos dicho muchas veces) tiene que ser motor económico no solo de la ciudad, sino también de la provincia. La Septembrina no solo se tiene que vivir del 7 al 17 de septiembre (¿cambiarán estas fechas tras la propuesta de la alcaldesa?), sino que tiene que ser un evento vivido a lo largo de los 365 días del año, tal y como los valencianos viven y preparan sus Fallas, los pamploneses sus Sanfermines o los gaditanos sus Carnavales. Se habla y se viven esas fiestas durante todo el año y se buscan las mañas de hacer de ellas un motor generador de riqueza. En ello hay que seguir trabajando, aunque la senda emprendida es la adecuada.

Por otro lado, la tradición es algo inherente a cualquier fiesta de tipo patronal. Y en Albacete somos muy de tradiciones, incluso de aquellas que surgidas al calor de los nuevos tiempos, han pasado ya a formar parte de la principal fiesta de los albaceteños. Por eso hace falta detenerse en esa propuesta surgida en los últimos días sobre lo pertinente de cambiar las fechas de siempre (del 7 al 17), por otras que impliquen abarcar dos fines de semana de Feria por mor de una mayor ganancia de los empresarios que viven de esta fiesta. Consenso, diálogo, puesta en común de las ideas y una decisión en firme que genere simpatías entre todos los implicados, son los ingredientes necesarios de un cóctel que tiene que servirse de forma elegante para que todos podamos disfrutar de él como siempre hemos hecho.

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