jueves, 30 de junio de 2011
HORMIGAS
C
antó la cigarra durante todo el verano, retozó y descansó, (...) y al llegar el invierno se encontró sin nada: ni una mosca, ni un gusano. Fue entonces a llorar su hambre a la hormiga vecina, pidiéndole que le prestara de su grano hasta la llegada de la próxima estación. Mas la hormiga no es nada generosa (...). Y le preguntó a la cigarra:
-¿Qué hacías tú cuando el tiempo era cálido y bello?
-Cantaba noche y día libremente -respondió la despreocupada cigarra.
La cigarra y la hormiga. La Fontaine.
Foto: Laura Arroyo.
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