jueves, 7 de octubre de 2010

CRECIMIENTO Y EMPLEO


D
os conceptos que tienen que estar grabados a fuego en el cuaderno de notas de cualquier político con intervención en esta crisis. Crecimiento y empleo. Primero crecer, para enseguida, comenzar a remontar la cuesta del desempleo. Claro, que para que ambas premisas se cumplan antes tenemos que tener ciertos condicionantes, que lamentablemente, en España no se está cumpliendo.

Todos tenemos claro que los empresarios son los que crean empleo. Lo tenían claro anteayer en el Congreso regional de la patronal y todos se apresuraron a alabar el papel empresarial a la hora de salir de la crisis, pero ¿el esfuerzo empresarial es lo único que nos hace falta?

El nudo gordiano de esta pescadilla que se muerde la cola y que nos quita el sueño desde hace un par de años es el circulante que no circula (permítanme la redundancia). La paradoja tiene lo suyo. Existe un capital que debe servir para que los empresarios cumplan con su obligación social, que en este caso es la de articular el mercado de trabajo creando empleo. Si no cuentan con posibles para ello, las cifras del desempleo suben como la espuma y no existe crecimiento económico. El Pacto de Estabilidad y Desarrollo firmado por los países miembros de la Unión Europea vinculaba el progreso a que se cumplieran estas dos premisas. Pero ni hay crecimiento, ni hay empleo. La banca por tanto, una vez más en el punto de mira, por no mover ese circulante necesario para que lleguemos a una coyuntura económicamente más estable que la que vivimos actualmente.

El reto está ahí. El empresariado necesita incentivos para poder mantener la actividad. Los trabajadores necesitan el empleo que pueden crear los empresarios. Esos trabajadores son la base del consumo que hace mover a la economía de un país. Pero si no existe una base monetaria sobre la que sustentar este edificio, la crisis va a seguir llenando páginas como la que está usted leyendo.

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