viernes, 4 de mayo de 2012

ESTE NO ES OTRO ESTÚPIDO ARTÍCULO

No sé cómo he tenido ganas de irme esta tarde a la albaceteña Plaza del Altozano para ¿celebrar? el Día Mundial de la Libertad de Prensa. No porque no quisiera estar con los compañeros ni reclamar por todo aquello que nos falta y que nos ha convertido en una de las profesiones más depauperadas por esta crisis. Sencillamente uno no tiene cuerpo cuando no cree en esa tan cacareada libertad de prensa.

No, no la hay. Empezando por uno mismo que, aunque creyendo expresarse en libertad, en realidad no lo hace; no sé si por aquello del qué dirán ("hay que ver lo que ha escrito este tipo"), o porque no se ve con redaños suficientes para meter mano en asuntos de cierta enjundia. El ser libre en los límites de un blog como este... eso es relativamente fácil.

Tampoco la hay indudablemente en ningún medio de comunicación, por muy progre y avanzado que se considere. Siempre estará esa lacra llamada línea editorial que más que unos apuntes sobre en qué dirección tiene que discurrir el discurso periodístico, acaba siendo todo un ataque a la línea de flotación de la información pura, libre, sin cortapisas, sin depurar. El que casi todos los medios de comunicación (no hablo ya de los públicos, que eso es para mear y no echar ni gota) estén en manos de empresarios -muchos de ellos sin vinculación con el mundo de la comunicación-, que sólo buscan el tanto por cierto, el rédito político y los balances cuadrados y favorables, hacen un flaco favor a la profesión. También es perniciosa la cultura del subsidio en el que se ha visto sumido el periodismo en los últimos años, aún siendo conscientes de que gracias a la publicidad institucional muchos hemos vivido pegados a un sueldo más o menos digno. Pero la publicidad institucional te hace preso de unas ideas. Ideas que luego tendrás que extrapolar a lo que escribes sin salirte de la línea... editorial.

No veo claro el futuro del periodismo. Estoy de acuerdo en luchar contra la precariedad, contra los contratos leoninos, contra la explotación de becarios, contra los horarios abusivos, contra las amenazas (las hay, y no precisamente veladas), contra los sueldos de mierda, contra las prácticas de ciertos políticos (y sus gabinetes de prensa), que ponen palos en las ruedas del carro de la información... Tantas y tantas cosas. Por todas esas y más, hoy estuve detrás de la pancarta. Y gracias a verme allí, ahora me han entrado ganas de escribir este otro post que no parece tan estúpido como creía al principio...

2 comentarios:

Maese Eidos dijo...

Nunca te había comentado y esta vez, a decir verdad, lo hago sin motivo, o al menos sin un motivo relacionado con el artículo.

Solo quería decirte que llevo ojeando a veces este blog desde abril del 2009 en que de tan buena forma reías por no llorar por haber tenido un presidente como Aznar.

Solo agradecerte tu trabajo, es una gozada leerte.

Miguel A. dijo...

Hola Maese Eidos... Muchas gracias por pasarte de vez en cuando por aquí. Y en honor a la verdad, me ocupaba bastante de Josemari, sí, pero es que no solo él, si no también ZP y Rajoy son más para reirse con ellos... (aunque a veces me den ganas de llorar).
Un abrazo.