Sol de noche. |
El encuentro con este individuo fue una de las anécdotas del aniversario del 15M, celebrado esta vez tres días antes. Contra todo pronóstico, el movimiento de los indignados ha sacado músculo en una jornada de marchas y de concentraciones reivindicativas a la par que absolutamente cívicas. Quizás, algunos petimetres que sostienen la palangana de los que gobiernan deseaban que hubiese palos, pero no los ha habido. Escuché unas horas antes a la ministra de Sanidad, Ana Mato, decir que el PSOE apoyaba a los que "iban a invadir" la calle. La invadimos, en efecto, pero con la ley de nuestra parte y con el honor de llevar cada uno sus ideas hacia un mismo fin: que no seamos los de siempre los que pagamos el pato. Que recuerde la ministra Mato, que el 15M surgió bajo un gobierno socialista que se las vio y se las deseó para contener una voz que se alzó unánime sobre calles y plazas del país.
Algunas cosas se han conseguido este año. Que se hable de la crisis, no en términos parlamentarios, sino en términos sociales. Que abramos los ojos ante la abominación de los desahucios y que se hayan puesto sobre la mesa nuevas vías para solucionarlos. Que comprobemos como hay una salida alternativa a la crisis, dejando de lado la malhadada austeridad que tanto nos carcome. El 15M nos devolvió las ganas de seguir siendo demócratas, ahora que habíamos envilecido ese concepto, ahora que nos habíamos cansado de votar en cada elección. Hoy, renovamos nuestro compromiso con esa vieja dama, desde el asfalto, desde la calle, con otra voz unánime. Puede que no nos escuchen, pero oirnos, seguro que nos han oído.
Foto:
periodismohumano.com
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