
-Seguro. Se trata de ganar la guerra. Qué, ¿tú no estás con Obregón y Carranza?
-Como podría estar con Zapata o Villa. No creo en ninguno.
-¿Y entonces?
-Ése es el drama. No hay más que ellos. No sé si te acuerdas del principio. Fue hace tan poco, pero parece tan lejano… cuando no importaban los jefes. Cuando esto se hacía no para elevar a un hombre, sino a todos.
-¿Quieres decir que hable mal de la lealtad de nuestros hombres? Si eso es la revolución, no más: lealtad a los jefes.
La muerte de Artemio Cruz. Carlos Fuentes.
Foto: papelenblanco.com
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