domingo, 29 de abril de 2012

LA CULPA ES NUESTRA


Con un Gobierno que hace lo que le viene en gana puesto que para ello tiene el respaldo de casi once millones de españolitos, los que optaron por no votar al candidato y actual presidente, Mariano Rajoy, intentan sacar la cabeza entre tanta crisis desastrada y tanta mentira institucionalizada. La última, la de la subida del IVA, camuflada bajo eufemismos "guindescos".

Siempre quedará la respuesta ciudadana... o no. Si quieren pulsar el ambiente de descontento que se vive en la calle, solo tienen que acudir a alguna de las manifestaciones, marchas, huelgas que se están convocando en estos días (esta semana es especialmente proclive a ello con el escenario del 1 de mayo presto a montarse) en defensa del sector público, atalaya sobre el que unos asaetean y otros defienden con uñas y dientes. El panorama es el siguiente: sindicalistas de clase (aquellos que bailan el agua a los ahora gobernantes casi no aparecen, a no ser que vean las orejas al lobo demasido cerca); estudiantes melenudos que según las consideraciones neo con que se estilan tanto actualmente, son los que "no sirven para estudiar en la Universidad y le sale caro a los españoles"; abuelos que ven como queda cerca el fantasma que le quitará sus pensiones; militantes de Izquierda Unida y del Partido Socialista y algunos maestros y trabajadores de la Sanidad. No todos. ¿No están todos? No. Al parecer a muchos integrantes de los colectivos docente y sanitario, parece que no están viendo de forma clara que el hachazo de los (re)cortes se cierne sobre sus derechos. No vemos a profesores de distintos niveles educativos en las marchas, tampoco a interinos que han sido los primeros en pagar el pato. Tampoco a muchos médicos, no vayan a mancharse la bata. Enfermeros y celadores tampoco ven (en su mayoría), peligrar sus puestos de trabajo y sus sueldos. Total, la sanidad pública ni se cambia ni se destruye, solo se transforma... en privada.

Cualquiera podría preguntarse por qué en esta situación de emergencia nacional, con un Gobierno dubitativo, que se mueve a golpe de Real Decreto semanal a pesar de tener una amplia mayoría sustentada en que si el PSOE lo ha hecho fatal, el PP lo puede hacer mejor , con los seis millones de desempleados asomando tras el verano, con escasas luces de aquellos que tienen que solventar la papeleta al apostar inutilmente por reducir el déficit cuando lo que hay que hacer es aumentar el crecimiento... no ha habido ya una explosión social que intimide a un Gobierno y comience a buscar apoyos donde sea para arreglar el desaguisado. La respuesta está clara. Nos hemos cansado de ser demócratas. Nos hemos desideologizado. Nos hemos conformado con que los Gobierno de turno nos mangoneen. Esto no pasa ahora. Pasó prácticamente desde el primigenio Ejecutivo de UCD, cuando al españolito medio se le acabó el espíritu democratizador cuando vio que la teta del Estado proveía. El caso es que la ubre, si no se alimenta al animal, se seca.

Y en esas estamos. Mi trabajo peligra pero no se me mueve el alma en defenderlo pegando cuatro gritos en la calle porque es lo que está escrito. Desde la Transición (o transacción) nos han estado engañando con una pátina de disimulada libertad. Primero con el sistema político que nos endilgaron. Luego con una Constitución coja y mentirosa (¿o la hicieron mentirosa los políticos?).Los españoles nunca hemos sido buenos en creernos aquel bulo de que en nosotros reside la soberanía nacional.

Créditos: nation-of-domination.blogspot.com

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena entrada compañero. Poco a poco la marea multicolor en defensa de lo Público. Todo es paso a paso, gota a gota. Debemos acelerar este proceso de lucha para parar los pies a los"liquidadores " del PP.

Miguel A. dijo...

Coincido plenamente contigo. Puedo pecar algo de pesimista, pero mientras me eche a la calle a defender aquello en lo que creo, siempre habrá motivos para pelear.