lunes, 24 de noviembre de 2014

El híbrido y la alienación



Una nueva religión
que no tiene ningún Dios
su credo es manipulación
su vía la televisión...

Religión. Lori Meyers.


Primer puñetazo. Trazos fuertes, aguerridos, colores expresionistas, cuasi fauvistas en su composición, pero más anárquicos y menos esteticistas.

Segundo puñetazo. Mensajes directos a la masa gris. Aquella que funciona menos de lo deseado. Aquella que es modulada, modelada y moldeada al gusto de lo que nos aliena cada día. Sin darnos cuenta pero siendo conscientes de ello.

Tercer puñetazo. El híbrido. Dos que son una y uno que son dos artistas a las que seguir con atención, porque si en su primera muestra conjunta han enseñado con precisión su valentía conceptual, su libertad creativa, a buen seguro van a seguir dando que hablar.

Golpes. Puñetazos que Raquel Labrador y Ana Domínguez sueltan contra los pecados de una sociedad que aunque hartos de denunciar, siguen estando ahí, insertos en nuestras vidas. Ellas, como versos libres, aplican el pincel, la litografía y alguna que otra técnica artística más, al servicio de un propósito claro: nos hemos vuelto complacientes, queremos facilidad en nuestras vidas, cuando precisamente lo chulo de vivir, es sortear las dificultades. El hedonismo, el consumismo, el narcisismo y otros ismos igual de bonitos y oscuros, nos arrastran a pozos de fingida autosatisfacción. Y en esos agujeros, el ser humano se vuelve un lobo para el hombre. Puede que el Arte sea la única cosa que nos salve.

La Bodega de Artistas (calle La Vid, 14), es el sitio elegido por Raquel y Ana para presentarse en sociedad como Hibri2, sello con el que conjugan plasticidad con compromiso; crítica con expresionismo. Lenguaje artístico claro y definido, ideas luminosas, conciencias elevadas y un futuro por delante que está por contar. Nosotros seremos testigos. Presencien ustedes el esplendoroso presente allí en la Bodega de Artistas. En casa de Carlos, Carmen y Mili... ¿Dónde si no?

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