
S
ólo son diez minutos, a lo sumo, un cuarto de hora. Escaso tiempo para mostrar habilidades sobre el parquet, pero sin embargo, un espacio de diversión para estos chavales que aprovechan la mínima para echar a rodar el balón y mostrar algunos detalles técnicos de crack. Lástima que la salida de los jugadores “grandes” y los señores de negro, rompan las ganas de estos futuros genios por echar un rondito ante la mirada entusiasmada de la parroquia local. Otra vez será chicos.
Foto: Laura Arroyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario