jueves, 11 de diciembre de 2008

OLIVER NO PIERDE EL TIEMPO... NI LAS MANERAS


T
empus fugit. No para este equipo de Gobierno que le ha tomado la palabra (y diríamos que también la cartera), al Rey Mago Zapatero, que ante su dispendio de millones para los Ayuntamientos, ha visto como alumnas aventajadas como Carmen Oliver no se han cruzado de brazos y ya tiene sobre la mesa un tocho con varias propuestas en las que gastarse los millones del Gobierno central.

La alcaldesa ha presentado las primeras medidas para gastarse los 29 millones de euros que le corresponden a Albacete de ese Fondo Estatal para la Inversión Local que ZP presentó hace poco. Como las prisas mandan y estas no son buenas consejeras, Oliver ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para proveer de inversión a algo tan demandado por los vecinos como el arreglo de calles y plazas. De esta forma, varias zonas de la ciudad (no especialmente céntricas), se verán beneficiadas. Pero también están de enhorabuena los habitantes de algunas de las pedanías de la capital, que verán mejorar instalaciones esenciales como depuradoras y colectores pluviales.

Ante la asfixia de las haciendas locales, esta financiación estatal, aunque imperfecta, representa lo que puede ser el inicio de un nuevo escenario de las relaciones entre administraciones locales y la central. A partir de ahora, Madrid debería mimar más a los Ayuntamientos sumidos (en su mayoría) en las deudas y sin atisbo de salir de ese embrollo. Oliver aplaudió la iniciativa del presidente por obligar a gastar el dinero en un año difícil para la economía del país y de paso, con este argumento “manda callar” a su socia de Gobierno, Rosario Gualda, que en su papel de portavoz de IU “tuvo” que criticar un plan al que le ve cosas buenas. Sin embargo, la alcaldesa, tan prudente y precavida, no vio ofensa en las palabras de su colega y echó balones fuera diciendo que Gualda prioriza estas actuaciones. Por dentro, a buen seguro que Oliver tragó algún sapo y miró al futuro. Y es que a ella le va el carpe diem.

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