Francisco Camps, presunto demócrata.
Para el Partido Popular, la corrupción no es buena, es genial. Y lo es porque a la inmensa mayoría de españoles (muchos de los que votan a esa formación y otros que no, pero que lo consideran tolerable), ven eso de robar como algo institucionalizado. Creen que es normal. Por eso, el PP va a seguir ganando elecciones (incluso allá donde han saqueado las arcas públicas como en Valencia o Madrid) con suma facilidad. Mientras los españolitos de bien no vean que de nuevo sube el paro, que la bolsa baja -aunque no entiendan mucho en qué influye eso en sus vidas-, que tienen menos dinero para comprar en el Bresca, no dejarán de votar a la derecha.
Y eso que no se dan cuenta que están siendo robados por partida doble. Gracias al impacto económico de la corrupción del PP y también por la inminente aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, donde la inversión social baja de forma alarmante (dependencia, cultura, I+D+i, por ejemplo), mientras la ansiada reforma tributaria no llega, favoreciendo a las rentas más altas y los impuestos indirectos (que afectan a todos por igual, o sea, a los más pobres, mucho más), van a seguir subiendo en lo que se revela como un robo encubierto de legalidad.
Por eso para el PP, la corrupción es buena.
(Foto: lne.es). |
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