lunes, 12 de septiembre de 2016

Don't stop the dance!

Bryan Ferry.

Footsteps in the dark come together
Got to keep on moving or I'll die...

Sigámonos moviendo. Sigamos bailando. Sigamos disfrutando. La fiesta no ha acabado. Podemos seguir cantando y desgañitándonos hasta el final del día. Sudemos, bebamos y celebremos... Vivamos.

Que no pare el baile, aullaba Bryan Ferry en este clásico de su discografía, que sonó intenso en la calurosa noche del pasado domingo, como intensa fue la nueva edición del Gibraltar Music Festival que echó el telón sin defraudar a nadie porque sabe qué darle al público y además, hay sinceridad al plantear lo que se va a ofrecer. Este festival no engaña, no tiene una cara oculta; se promociona y se vende la diversión en múltiples facetas, como ya dijimos en la previa. Pero queda una cosa clara: la música es el nudo gordiano, la clave, el centro de todo y el baile acabó como tienen que acabar los bailes, con final feliz.

Bryan Ferry fue sin duda uno de los alicientes para acercarse a la colonia británica un año más. Si bien parecía que en esta ocasión el cartel brillaba algo menos que, sin ir más lejos, el de la edición anterior, las poderosas actuaciones que pudimos vivir y sentir, echaron abajo prejuicios vanos. Cantidad, sí, pero mucha calidad también, incluso en aquellos artistas a los que no hemos seguido la pista y que en un principio, no eran foco de nuestro interés. Prueba de ello fue una esplendorosa Jess Glynne que con solo escucharle un par de temas por el rabillo del ojo, supimos de su impronta furiosa sobre el escenario. Su pop contagioso y en teoría facilón, se tornó sobre las tablas del escenario principal en una panoplia de recursos desbordante. La apuntamos en la libreta de artistas a seguir.

Mucha cantidad, decíamos. Tanta que incluso nos fue imposible cubrir todo el festival a pesar de que pasaron grandes espadas como Rosario, Ne-Yo o Travis. Pero centrándonos en lo que sí pudimos vivir en primera persona, la segunda y última jornada comenzó pausada para ir agitándose paulatinamente.


Esta edición del Gibraltar Music Festival ha contado con nuevas aportaciones que solo cabe considerar como aciertos: por ejemplo, el escenario de acústicos donde pudimos deleitarnos con tamizadas voces como la de Olcay Bayir o el depurado sonido de Juan Zelada. Sobre el escenario principal, el rock sucio y puro de Second Sons nos hizo recordar a aquellos primeros compases de la carrera de The Strokes. Pura vitamina sonora que esperamos seguir en un futuro halagüeño. Los escoceses The Fratellis comenzaron a calentar al personal con su power pop y sus melodías pegadizas que aplacaron el gran calor que se cernía sobre el Victoria Stadium. Y empezamos a dar vueltas...

The Fratellis.
Porque en el Gibraltar Music Festival, si no te mueves, te lo pierdes. La asombrosa colección de artistas desperdigados por cuatro escenarios (otros dos más, hubo dedicados a la stand-up comedy y a actividades infantiles), provocaba el interés del público y de nosotros mismos, que poco a poco nos fuimos decantando por el Gibtelecom Stage, donde la organización preparó una sinergia sonora acertadísima con una fastuosa actuación del rastafari ingés Macka B, con la pausa y pasión de Los Secretos (aquí pueden leer la entrevista que le hicimos a Álvaro Urquijo), y la nostalgia encarnada en los poderosos Europe y la apasionada actuación de Bryan Ferry. Debemos agradecer a la organización lo que hace por esos sonidos eternos de los 70 y 80, porque no se pierda nuestra educación musical, por esa exitosa mezcla entre nuevos artistas y los que han dejado escrita su impronta en la Historia del pop y del rock. 

Porque Historia musical (en este caso de nuestro país), han sido Los Secretos, que no se dejaron ni un éxito en el tintero y a pesar de empezar con algo de retraso (por motivos ajenos), ofrecieron en escasa una hora un grandioso recital de ese pop de letras bien pensadas y cantadas, de oda al amor y al desamor, del trabajo bien hecho por parte del músico. Déjame, A tu lado, Por el bulevar de los sueños rotos, Ojos de gata... Un 10 para la banda liderada por Álvaro Urquijo.

Los Secretos.

De la calma a la furia de los Europe. Mucho más que el nino nino de The final countdown (que por supuesto, todos esperábamos con ansia y a todos emocionó pulsando nuestros más íntimos resortes de la nostalgia ochentera). Sonaron otros temazos del grupo liderado por Joey Tempest (Cherokee, Carrie, Rock the night), pero pudimos comprobar cómo en sus últimos trabajos han endurecido su sonido alejándose del metal blandito de sus inicios. Una actuación muy disfrutable la de los suecos.

Europe.

Como disfrutable y emocionante fue el pase de Bryan Ferry por el escenario gibraltareño. Con una numerosa banda, impecable desde el punto de vista formal, el inglés apabulló con un conjunto de temas muy compacto estéticamente hablando. No se dejó nada en el tintero y su paso por el GMF'16 fue pasional, alejando cualquier imagen de frialdad. Don't stop the dance, Avalon, Slave to love (excepcional interpretación vocal), More than this y un apabullante y emocionante Jealous guy, para cerrar el set list, cuajaron una actuación impresionante del ex de Roxy Music, que dejó con ganas de más, a pesar de que en el escenario principal ya había comenzado su actuación la banda que en principio, era cabeza de cartel: Stereophonics. Les escuchamos poco. Así que tampoco podemos decir gran cosa. Por falta de tiempo, nos quedamos con Ferry y su movimiento pélvico con el que nos hizo bambolearnos en la noche gibraltareña. Y noten ustedes que en ningún momento he usado las palabras dandy o elegante para referirme al señor Ferry. Ni falta que hace.

Macka B.
Dejo para el final el reggae y el dub de Macka B. Fiesta, felicidad, risas, baile... El baile que no se detuvo porque el señor Macka B no quiso que parara en ningún momento, a riesgo incluso de incumplir con el horario del festival (que se seguía con exquisita puntualidad británica hasta ese momento), pero poco importó porque el público se lo pasó genial con los ritmos afrolatinoamericanos (me lo acabo de inventar, ustedes perdonen) de un artista que para nosotros, fue de lo mejorcito de un festival que debe seguir indagando por la senda reggae porque es un acierto. Eleva la tensión del público, lo divierte, lleva la alegría a las gentes. En eso, misión cumplida del festival. Y es que Macka B es perro viejo y busca la interacción, la complicidad de su público, algo que es de agradecer siempre en un festival. Se fue el rastafari y quisimos volver a tenerle pronto porque nos dejó muy buenas vibraciones. No nos gusta el reggae... ¡nos encanta!

Encantados nos fuimos. Bailando hasta bien entrada la noche, ciñéndonos a la cintura del Gibraltar Music Festival al que ya nos une una relación especial por lo bien coordinado que está esta cita ineludible del mes de septiembre. Amigos, vecinos, hermanos, enlazados por la música y el baile. Por la alegría. Por la vida.

Nos vemos el año próximo, Gibraltar.

Fotos: @zuhmalheur

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