miércoles, 30 de septiembre de 2015

James Byron Dean

Hoy hace seis décadas de la muerte del que le dio su verdadero sentido a aquella sentencia sesentera y rockera del "vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver". James Dean dejó este mundo a los 24 años cuando estaba en lo mejor de su carrera, cuando había rodado tres películas (hizo otras tres, pero en pequeños papeles no acreditados) y cuando solo se había estrenado una de ellas.

El 30 de septiembre de 1955 se dirigía a una competición automovilística en Salinas. Su Porsche Spyder 550 chocó contra otro coche (un Ford) y James Dean se rompió el cuello. Dejó de ser una estrella rebelde para convertirse en un mito, en un icono.

Sueña como si fueras a vivir para siempre. Vive como si fueras a morir hoy. Esta frase toma forma en la vida de Dean. "La muerte es lo único que me merece respeto". Esto lo dijo antes de morir. A él le llegó demasiado pronto, tras acabar de rodar Gigante.
James Dean era una persona a la que le interesaba la dirección de actores. También le gustaba escribir. Su arte interpretativo parecía como si fuera consustancial a su persona. Parecía improvisar o más bien parecía ser su propia forma de ser. No interpretaba, vivía. Marlon Brando dijo de él: "De cada generación queda en la memoria de la gente uno o dos actores. De la mia quedaran James Dean y yo". Megalomanía, presunción, vanidad. Puede. Brando era todo eso y más. Porque también era uno de los grandes y podemos dar por válida su frase. En una portada de la revista francesa Positif, la portada era una foto suya al lado de un retrato de Dean. Será por algo.

Jimmy Dean estuvo marcado por la tragedia, no solo por su temprana muerte, sino por que la gente con la que se relacionó tampoco acabó bien. Los casos más conocidos son los de Natalie Wood y el de Sal Mineo. Con ambos se le ha relacionado sentimentalmente. Wood murió ahogada tras caer del yate donde estaba con su marido, el también actor Robert Wagner y su amigo, Christopher Walken. Mineo murió apuñalado a la salida de unos ensayos teatrales por un vagabundo.

Pero quizás de todas las declaraciones que se han hecho sobre su figura, la que mejor le retrata es la que dijo Elia Kazan: "Dirigirle era como dirigir a Lassie. Era muy instintivo y muy estúpido en muchos aspectos. Acabé harto de él. Empezó a abusar de la gente y a ir de estrella". Pero Kazan, excelente director de actores, también reconocía su talento: "Con tres cuartas partes del rodaje podías ver que era muy bueno. Nunca vi nada así en toda mi vida, incluyendo a Marlon Brando". Es fácil decir que fue un gigante, un rebelde sin causa que vivía al este del Edén. O simplmente decir que era James Byron Dean. Un mito.

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