sábado, 9 de agosto de 2014

Vetusta Morla y lo que los hace grandes




Lo que hace grande a una banda como Vetusta Morla es su propia música. O su modo de parir discos. O el hecho de haberse convertido en pocos años en un referente musical en este desierto cultural que es España debido a crisis e idioteces gubernamentales...

O simplemente lo que los hace grandes, puede ser el final del concierto que acaban de ofrecer en Chiclana. Ese epílogo con Los días raros, ese crescendo estupendo, ese lirismo exacerbado, esos pelos de punta… Eso es lo que le pedíamos al sexteto de Tres Cantos y eso es lo que ofreció. Satisfechos.

Había que escuchar con atención a una banda que no es una más en esa cosa llamada “escena indie”. Dejando de lado compartimentos-estancos, Vetusta Morla goza de una posición privilegiada tanto en cuanto muestra un lustroso bagaje en forma de letras y música que les hace tomar distancia con algunos de sus compañeros de generación (y sin ánimo de menospreciar a una ola de bandas que dan fulgor a la música española). El ejemplo más cercano es La deriva, su último disco, un punzante grito de hastío y rebelión ante una situación socio-económica que llega a desesperar. Sí, músicos haciendo política. La música también sirve para eso.

Sabiendo lo que hace grande a Vetusta Morla, cabe reseñar su concierto chiclanero como una oda al exceso bien entendido a lo largo del repaso que hicieron de sus tres discos. Un gozoso exceso que vimos en la interpretación de canciones como Sálvese quien pueda o Valiente.

Musicalmente excelsos, los Vetusta Morla consiguieron mantener el interés con una ruptura total con la rutina. Esa rutina de la que adolecen algunos instalados en el éxito cuando se suben a un escenario. Cada tema era una apuesta seria, bien aceptada por el público que no llenó el Municipal de Deportes (cosa que a buen seguro harán algunos productos prefabricados que pasarán a posteriori por el mismo lugar. Perdónenme, a mi es que me gustan las cosas buenas). Y es que esos órdagos del grupo madrileño son sobre seguro: tienen un directo excelente y saben defender con garantías su producto discográfico. Sin querer resaltar nada por encima de un todo excepcional, un servidor se queda con las bases rítmicas, en especial el equipo de percusión, sencillamente espectacular. Y si tenemos algo que reprocharles es que no tocaran temazos como Autocrítica, Al respirar o Saharabbey Road. Pero claro, eso pasa cuando lo que sí han tocado también roza la perfección.

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