miércoles, 1 de abril de 2015

Charlton Heston contra los simios

"¡Quítame tus apestosas patas de encima, maldito simio asqueroso!"



El planeta de los simios. Una película que me fascinó cuando la vi por primera vez cuando era un chaval. La historia me subyugó desde el primer instante y el final...., bueno no hablaremos del final por aquello de no desvelar la sorpresa para el que aún no la haya visto. Nada de spoilers.

Hace unos años hubo remake. No soy amigo de rehacer una película. Salen bodrios como el de Psicosis (¡herejía!), que casi sepulta la carrera de Gus van Sant o copias absurdas como las americanas de las japonesas de terror. Pero me sorprendió y estuve atento a lo que hacía Tim Burton con su "planeta simiesco". A priori, la cinta no tenía mala pinta. El material de partida era bueno, aunque Burton decía que le daría su toque. Eso me gustaba. Luego el reparto también era interesante y gente como Rick Baker en el maquillaje (lo mejor después de ver la peli) y Danny Elfman en la partitura, daban a pensar que podía salir algo bueno. Pero no. Pinchó el amigo Burton en su descenso a los infiernos de la industria y le quedó una película a medias, donde la épica no llega a tanto y donde la sorpresa final, ya no es tan sorprendente. Porque lo que consiguió el director de la primera, un Franklin J. Schaffner, del que no os dirá mucho el nombre (pero que ha dirigido cositas como Los niños del Brasil o Patton), fue sorprender al público con una cinta de ciencia ficción que se preguntaba por temas como el futuro de la raza humana, el sin sentido de la guerra y de la acción antrópica sobre el medio.

Parece que lo que acabo de decir es algo muy serio, pero viendo la película otra vez me di cuenta. Va mucho más allá. No es un simple film de ciencia ficción porque se pregunta por el papel del hombre en este mundo. Y si no, analizad lo que dice el doctor Zaius, el malo de la función, pero que al final no lo es tanto. Simplemente quiere preservar su mundo (¿su mundo?) de la acción del mayor depredador que la Tierra ha conocido: el hombre.

La de cosas que te hace pensar una simple película, ¿verdad? Bueno, pero aparte de todo esto, los actores están magníficos, desde el luego odioso Heston, hasta Roddy McDowall como Aurelio-Cornelius (según se vea doblada o en versión original) o Kim Hunter, como la doctora Zyra. El maquillaje fue un logro para su época (aunque la mandíbula superior no se moviera mucho, de todas formas se llevó el Oscar de la Academia) y la música, inquietante y excelente la compuso el gran Jerry Goldsmith. Del guión, con decir que era de Michael Wilson, uno de los grandes del cine de los 60 y 70 en ese campo, con títulos como Lawrence de Arabia, El puente sobre el rio Kwai o Un lugar en el sol, ya está dicho todo.

Una película sorprendente, para redescubrir y bueno... iba decir para comparar, pero mejor que no, que las comparaciones siempre son odiosas. Al menos con el remake. Sí que os recomiendo el reboot que comenzó con Amanecer del planeta de los simios. Si es que hasta les coges cariño a los monetes cuando empiezas a ver esa peli...

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