jueves, 2 de diciembre de 2010

COMO FRUTA MADURA


L
a travesía en el desierto ha acabado para Artur Mas. El político nacionalista, cachorro de esa inmensa figura de la política catalana (y nacional, no lo olvidemos), llamado Jordi Pujol, ha demostrado templanza, saber estar y unas formas exquisitas en su faceta pública. En plan picapedrero, Mas ha esperado a que el experimento del tripartito fracasara per se. En otras palabras, el futuro inquilino del Palau de la Generalitat ha practicado la política de fruta madura, aquella que puso de moda el presidente de EEUU, John Quincy Adams, hace casi dos siglos con respecto a Cuba, y consistente en dejar que las cosas caigan por su propio peso, sin hacer otra cosa más que esperar. En otras palabras, lo que está haciendo Rajoy con Zapatero.

En el caso de Mas, la jugada le ha salido redonda. El catastrófico tripartito (tanto lo ha sido que Montilla ya dijo que de ganar, no hubiese repetido fórmula, sabedor de las deudas que ello conllevaba), ha naufragado y salvo Iniciativa, las otras dos patas han salido escaldadas de las elecciones del pasado domingo.

Aparte de Convergencia i Unió, hay otros dos claros triunfadores: el PP de Alicia Sánchez Camacho y la apuesta independentista de Joan Laporta. El ex presidente del Barça ha entrado por la puerta grande en el Parlament y se ha quedado a escasos votos de conformar grupo político propio. El votante independentista, tan volátil en tierras catalanas ha hecho un trasvase de sufragios desde la opción clásica de Esquerra a los nuevos vientos que propugna Laporta.

Por su parte, Sánchez Camacho ha sacado partido del voto españolista. Su “política de inmigración” que no es otra que la política del miedo ha calado en ciertas clases medias del cinturón de Barcelona, habitual caladero de votos de los socialistas. Es ahí también donde más se ha notado la crisis económica en Cataluña. Inmigración + miedo + crisis= el PP obtiene sus mejores resultados.

Un toque de atención también merece el “casi” éxito de la xenófoba, demagógica, populista y agresiva Plataforma por Cataluña de Josep Anglada. La extrema derecha ha estado a un tris de colarse en el Parlamento catalán. Cosa seria. Pero más seria se puede poner la cosa si esa advertencia nos la tomamos por el pito del sereno (que será lo que pase) y no ponemos coto a estas formaciones de raíz indudablemente anti democrática. La cosa tiene su intríngulis porque Cataluña tradicionalmente ha sido región receptora de inmigrantes y de naturaleza acogedora. Cataluña la han construido los emigrantes y que cierta esencia racista esté naciendo en su seno es realmente peligroso.

Afortunadamente, modelos de integración como los que experimentamos en Albacete pueden ser la vía para acotar estas perniciosas ideas. Un modelo inclusivo que no trate a los inmigrantes como “pobres”, como gente rara, como alguien de quien tener miedo, puede ser la solución para muchos de nuestros males.

Foto: Juan Prats.

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