lunes, 5 de abril de 2010

PERDIENDO TRENES


L
a cosa va de perder trenes o no perderlos. Mientras miles de españoles vieron cómo se les fastidiaba el inicio de las cortas vacaciones de Semana Santa por la huelga convocada por CGT en Renfe y Adif, otros ven con esperanza cómo otros trenes (reales y metafóricos), se acercan y procuramos no perderlos.

La semana pasada fue prolija con anuncios destacados sobre la futura línea de alta velocidad ferroviaria entre Madrid y Albacete. Se entra en la fase final de la anhelada conexión entre ambas ciudades, abriéndose el espectro de posibilides que ese tren del futuro, pero que está en nuestro presente, puede acarrear con su puesta en marcha. La nueva estación-centro comercial puede suponer un impulso económico (también social, como punto de encuentro) para la capital, en estos momentos en que la crisis sigue pululando por nuestros lares.

Por otro lado, no se ha cerrado esta primera etapa de la conexión entre Madrid y el Levante, cuando el Ministerio de Fomento, apuesta por no perder el tiempo y saca a licitación los estudios previos para comenzar a trabajar en el ramal entre Albacete y Murcia, culminación de un proyecto mastodóntico y de una importancia geoestratégica y económica vital.

Todos estos movimientos y actuaciones llegan como consecuencia del que en poco tiempo puede considerarse como el mejor sistema ferroviario de Europa (y del mundo). Sin embargo, la conflictividad laboral asusta en el panorama brillante que se avecina. No puede ser que los usuarios sean siempre los grandes perjudicados de los problemas entre empresa operadora y sindicatos. Aunque en esta ocasión, la repercusión no haya sido general, cualquier paro resulta catastrófico para las aspiraciones de los clientes que sólo quieren una cosa: viajar y poder descansar.

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