miércoles, 21 de abril de 2010

ESTATUTOS, JUEGO POLÍTICO Y LA JUSTICIA EN MEDIO


E
n la semana en la que podemos saber (o no) si la ponencia del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha sale adelante (hoy mismo se debería votar), otro texto estatutario provoca los desvelos de muchos: el de Cataluña.

Dos documentos distintos y polémicas políticas semejantes en medio de todo. En el caso castellano-manchego todo parece ser cuestión de unas “gotas” de agua: las que algunos dicen que sobran por aquí ya que por allá no llueve, a pesar de los húmedos ejemplos que hemos tenido en el último invierno. La reserva hídrica de 4.000 hectómetros cúbicos parece ser el punto de discordia, aunque a estas alturas del partido no sabemos si es así o no, puesto que PP y PSOE dicen lo mismo: defensa de los intereses de los castellano-manchegos y agua para todos. En el Levante, lo mismo pero cambiando el origen de los destinatarios de ese agua, donde parece que además se quiere “para todo”.

Sin embargo, al ciudadano le debe extrañar por qué el Estatuto lleva un año encallado en el Congreso sin atisbos de solución. Si dos partidos están pensando lo mismo, ¿por qué no se aprueba la ponencia? ¿Quién pone las trabas? ¿Existen intereses ajenos a los de los castellano-manchegos que vetan un acuerdo? ¿Quién tiene que tirar del carro?

En el caso catalán, la justicia juega un papel fundamental. Los magistrados del Constitucional miran del derecho y del revés un texto al que le ven muchas pegas... unos, porque otros lo ven perfecto. Mientras tanto, socialistas (junto a nacionalistas catalanes) y populares, andan a la gresca por el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP. En el fondo del asunto se halla la politización de un órgano que la Constitución consagra como independiente y que en modo alguno lo es: los jueces del Constitucional son elegidos por preferencias ideológicas y no por su valía y su independencia.

Se cumplen los peores presagios. El interés de los dos grandes partidos por imponer sus posiciones debilita dos textos de desarrollo legislativo. Esperemos que la prosperidad de los ciudadanos no se vea también menoscabada.

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