lunes, 22 de marzo de 2010

EL JUEGO DE LAS CONVENCIONES SOCIALES


E
xiste un convencimiento generalizado en el que caemos todos y por el cual España se declara como un país no racista. Echando la vista atrás, con nuestra historia reciente como país emigrante y siendo en la actualidad un estado receptor de gentes de otros países, algunos apuntes de desconfianza (cuando no de xenofobia pura y dura), han calado en la sociedad.

El miedo al otro, al desconocido ha sido agitado con denuedo por algunos, incluso de forma inconsciente, pero existe una grandísima mayoría de la sociedad española que vive instalada en la confianza en un contingente inmigrante que es necesario. Una vez llegados, existen dos vertientes importantes en el tema de la inmigración. Este colectivo debe hacer un esfuerzo por integrarse en la sociedad que les acoge. Difícil empresa. El choque cultural muchas veces impide el objetivo. Los españoles de los años 60 y 70 tampoco es que participaran mucho de la vida de países a los que iban con esperanzas de labrarse un futuro. Pero las cosas cambian. Aquellos inmigrantes con permiso de residencia encontrarán menos trabas si saben cómo funcionamos los españoles.

La otra parte de esta historia viene por cuenta nuestra. La convivencia, basada en el respeto, tiene que ser una prioridad. Por ello, herramientas como las que ponen en marcha algunas asociaciones albaceteñas, son de gran utilidad. El hecho de que entidades como Albacete Acoge ayuden a los inmigrantes a insertarse en la sociedad que les acoge, prestándoles ayuda y consejo a la hora de acceder a una vivienda, es una tarea que no tiene precio.

Naturalmente hay problemas. Ya hemos comentado que la incomunicación y la nula integración que algunos muestran deben ser obstáculos a salvar, pero estamos al principio de esta senda en la que todos vamos caminando en busca de ese futuro mejor. Para ellos y para nosotros. Es lastimoso ver a personas durmiendo al raso, sin una oportunidad. Una oportunidad que algunos de nuestros parientes sí tuvieron... no hace mucho tiempo.

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