jueves, 29 de noviembre de 2018

Nosce te ipsum


Entre museo y museo, entre tienda y tienda, después de pasear tranquilamente por calles y canales, toca hacer un alto en el camino para tomarse algo y reposar. Holanda es un lugar especial para compartir un rato de charla en un café o bar. Y si el país es maravilloso para esta actividad, Amsterdam es el paraíso. Una propuesta barata y de calidad para dejarse llevar durante un buen rato: junto a Centraal Station se encuentra Pipper’s (Home of the mini sandwich) que transporta a Holanda nuestra noción de montadito. Pequeños pero sabrosos bocados en magníficos panes que se paladean frente a unas vistas impresionantes de la ciudad. En Pipper’s (Harry Banninkstraat, 1; muy cerca de Centraal Station) no hay bullicio, están prohibidas las prisas. Comer es un arte y beber se debe hacer con moderación y con gusto por lo que se toma. Servir el café es una pasión en este establecimiento y no quedarás decepcionado al pedir cualquier especialidad de la casa. Tom, Simone y su equipo se afanan en conjugar productos holandeses, españoles, franceses, asiáticos con cierto punto de refinamiento pero con alegre desenfado. Ponen pasión en lo que hacen y eso es un acierto. No duden en pasarse. No se arrepentirán de lo maravilloso que puede llegar a ser una parada en Pipper’s.

Hablando de maravillas… El ser humano también es capaz de logros formidables que animan al progreso de la civilización. Parte de ese conocimiento lo tenemos en Nemo, el lugar donde podemos conocernos a nosotros mismos a través de esos descubrimientos científicos que contados de otra forma, son accesibles para todos… ¡e incluso divertidos!

Nemo es fascinante. Desde su ubicación (Oosterdok, 2; junto al Ij, frente a la ciudad), pasando por el propio edificio y su propia configuración interna (cada planta es un área temática). Es un regalo para todos los sentidos y es que hay que interactuar con todo lo que Nemo te propone. No se trata de ser mero observador sino que es obligado tocar, escuchar, hablar, sentir, experimentar, reir, gozar. No hay tiempo para el descanso en Nemo. Aprendes por la experiencia. Es maravilloso cómo han podido incardinar el conocimiento científico, que a veces puede ser difícil de hacer llegar al común de los mortales, con un mensaje sencillo de entender. Y es que si lo vives en primera persona, es natural que lo asimiles con cierta facilidad.

Nemo es lugar donde la fantasía y la magia se transforman en realidad. Donde el juego se da la mano con el progreso humano. El sitio donde te sientes orgulloso de pertenecer a la raza humana. El espacio donde te sientes muy pequeñito al darte cuenta de todo lo que aún te queda por aprender. Nemo es visita ineludible cuando estás en Amsterdam, incluso si no te van los números, la ciencia o la técnica. Nemo es puro humanismo, pero ¿saben lo mejor de todo? ¡No quieres irte de allí!

Foto: @zuhmalheur
Artículo originalmente publicado en Berenjena Company.

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