domingo, 10 de enero de 2016

Star Wars: El despertar de la curiosidad

#GeorgeLucasnoteloperdonaréjamás

Bueno, sí. Ya te perdoné...

Era un día de septiembre de 1999 y todavía hacía calor en Chiclana. Quise pasar una buena tarde al frescor del aire acondicionado de los "nuevos" multicines, acompañado de mi nostalgia ochentera y mi amor por una saga. Pero entre los niños de corta edad que no entendían nada (normal, yo tampoco con esa historia tan enrevesada), padres ruidosos con sus palomitas y Jar Jar Binks, salí con el corazón encogido maldiciendo una y otra vez el nombre de George Lucas por no haberme dado lo que yo iba a buscar... Sí, amigos, era La amenaza fantasma. El Episodio I de Star Wars. Era aún verano y hacía calor.

Decepción. Pensé que ya nada volvería a ser igual. Que no tendría una héroe salido de la nada y que con tres o cuatro acciones valerosas se ganaría el protagonismo de la peli. Que no disfrutaría con un sinvergüenza socarrón que nos conquistaría a todos. Que no habría una chica de armas tomar que actuara como contrapunto de ambos. Que no disfrutaría de la parte cómica de dos droides a los que quería como hermanos. Que no odiaría/disfrutaría con un villano de los que hacen época. Que no ensoñaría con esos lejanos y viejos mundos que tito George nos proponía en la trilogía original de Star Wars. Salí decepcionado de aquella sala de cine aquella tarde del verano del 99.

BB-8. (Walt Disney Pictures).
Nostalgia. La puñetera nostalgia. Todo es por su culpa. Es el gran problema que tenemos los seguidores de la saga. Como somos unos impertérritos románticos, creemos que todo va a seguir tal cual, que todo lo que se nos cuente a partir de la trilogía original, tiene que ser igual de bueno, emocionante y excitante que aquellas tres películas. Pero no. No podemos analizar la nueva trilogía, la que ha empezado con el estreno del Episodio VII: El despertar de la Fuerza, con los mismos ojos con los que vimos aquellos capítulos de la lucha entre la Alianza Rebelde y el Imperio. No son las mismas películas, no son los mismos personajes (aunque salgan algunos conocidos) y sobre todo, no es el mismo tiempo. Estamos en 2016 y no en 1977. Demasiado tiempo. Demasiadas cosas han cambiado en nuestras vidas.

Por eso la nostalgia es la peor enemiga para ir a ver la película dirigida por J.J. Abrams. Se lo aconsejo. Déjenla en la puerta, la retoman cuando se pongan en el DVD el Episodio IV y serán completamente felices. Pero la nostalgia no tiene cabida en El despertar de la Fuerza porque si van con ella a la sala de cine, el resultado será desastroso.



Pero entonces, llegó el día para ver la nueva peli...

Sala de cine a oscuras.

Logo de Lucasfilms.

Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...

Star Wars y la música de John Williams... Orgasmo.

Vaya por delante que el Episodio VII me ha parecido una buena película en general y una muy buena película de aventuras y ciencia-ficción en particular. Traté de mantener una mente abierta y no dejarme llevar por el sentimentalismo de warsie clásico para ver qué de nuevo me ofrecía Abrams. Y lo cierto es que, tras una pátina de velado remake de Una nueva esperanza, este nuevo comienzo ofrece una historia conocida pero que es el motor de las grandes historias que el cine lleva contándonos casi 125 años: la lucha entre el bien y el mal, el mito fundacional del héroe salvador y la amistad/amor como pegamento de las relaciones humanas. No podemos decir que Abrams ha jugado a lo fácil "plagiando" a Lucas porque son historias universales las que maneja la mitología de Star Wars y la verdad es que si algo funciona para qué modificarlo.

Abrams ha sabido conducir un reto peliagudo. Un guión aparentemente sencillo pero que sabe cuadrar las situaciones (Lawrence Kasdan de nuevo en el equipo, tras ser responsables de lo mejorcito de la trilogía original), un fantástico equilibrio entre momentos dramáticos y de comedia, la gestión de la tensión en ciertas escenas, un uso dinámico de la acción, como ya demostró en Star Trek y un estilo visual creíble. No hay personajes con los que no empaticemos. No hay un Jar Jar Binks. No se abusa del croma y se vuelve a un diseño de producción cuidado y artesanal.

Esa cobertura ayuda a que los actores anden finos. Se me saltan las lágrimas al ver de nuevo a Harrison Ford, Carrie Fisher o Peter Mayhew en sus papeles clásicos, pero los nuevos se han aclimatado rápido y de forma muy fiable a esta galaxia tan lejana. Daisy Ridley, John Boyega y Oscar Isaac han dado carnalidad a unos personajes bien definidos y de los que queremos saber más. No hay miradas infantiles, ni sobreactuaciones. Hay buena materia prima que habrá que desarrollar en los dos próximos episodios. Pero eso será cosa de Rian Johnson y de Colin Trevorrow.

(Walt Disney Pictures)
Pero hay otro actor nuevo con un personaje crucial. Adam Driver. El villano. Kylo Ren, alto representante de la malvada Primera Orden y que me ha descolocado. Sus momentos humanos (ese lado tan dubitativo, esa inseguridad...) no sé si están buscados o simplemente, es la parte del guión dónde más falla esta película. Sí es cierto que luego retoma su reverso tenebroso cuando en un momento climático de la película... (aquí vendría un SPOILER así bien grande, pero no lo voy a destripar) ... Esperemos que sea el surgimiento de un malo maloso con todas las de la ley... Y no quiero mentar Hayden Christensen haciendo de futuro Darth Vader. Ups...

Mención aparte a alguien que me ha enamorado desde el primer momento: BB-8. Sí, alguien. El droide que viene a ser el "nuevo" R2-D2 y que tan pronto aparece en escena se convierte en un actor más. Un aplauso para sus diseñadores y sus manipuladores porque hay más alma en ese robot que en cientos y cientos de actores que van en busca del estrellato en escuelas de arte dramático de todo el mundo.

Por lo demás, es el comienzo de una nueva aventura. Poderoso comienzo diría yo que deja con ganas de más Star Wars, con ganas de ver cómo sigue resurgiendo esa Fuerza de la que tantos nos enamoramos en los 80... aunque una tarde calurosa del 99 estuviera a punto de echarlo todo por la borda.

Y nada más, que la Fuerza os acompañe. Yo por lo pronto, ya he perdonado a George Lucas.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo contigo tocayo, comentar el apunte del nuevo malo que, para mi gusto, no ha sido bien escogido porque no tiene cara de malo si no de friki de escuela, pero bueno, nos quedan dos peliculas para dejarlo mejor. Por lo demás una muy buena peli. Enhorabuena por el articulo, muy interesante.

Miguel A. dijo...

Estamos de acuerdo, tocayo. Y nuestras esperanzas están en que los personajes se desarrollen dramáticamente en los próximos episodios.