miércoles, 11 de febrero de 2015

De las noches, las más oscuras

De las noches, las más oscuras; de los amigos, los más fieles...


Y luego, la traición, la desconfianza, el miedo... Brecht de nuevo en el escenario, ocasión gozosa para celebrar la obra de un escritor que encarna como nadie la función pragmática del teatro. En La evitable ascensión de Arturo Ui, alegoría finísima del auge del nazismo pero también parábola sobre las prácticas abusivas de cierto tipo de corporación empresarial tan de moda, Bertolt Brecht lanza una llamada de advertencia sobre ciertos grupos que tienden a manipular al personal en su propio provecho. Y en este caso, lo hace en la figura de un mafioso –Arturo Ui- que busca ser reconocido, alcanzar las máximas cotas de poder, eliminando por el camino todo atisbo de oposición. Sucedía hace 80 años y sucede hoy en día. De ahí que el texto de Brecht tenga plena vigencia.

Fantástico montaje del Centro Andaluz de Teatro (CAT), bajo la relectura que del texto original ha realizado José Manuel Mora, que emprende una nueva etapa en su ya dilatada existencia con una obra más necesaria que nunca. Un escenario al que se le ven las costuras, un plantel de actores que pululan por escena durante todo el tiempo, unas proyecciones en vivo que actualizan más si cabe el mensaje, un distanciamiento brechtiano que agudiza la palabra y que se convierte en protagonista de la función, más aún cuando se busca el distanciamiento del distanciamiento casi al final de la obra, cuando el público no sabe si lo que ve está dentro o fuera del montaje. Se enlaza así con la actualidad, con la realidad, con una clase política atenazada por sus malos usos y afianzada en sus sillones y una ciudadanía que tiene ganas de cambio.

Pero Arturo Ui descubre las miserias humanas.  Aquel lugar donde solo muy pocas cosas son de verdad, donde ya no vale ni la confianza personal, donde todo se vuelve oscuro, por la mentira, la desesperación y la traición. Entonces, Arturo Ui ya no es Arturo Ui, es un muñeco, es manejable aunque tienda a pensar que puede manejar a los que están a su alrededor. Este montaje actualizado del Arturo Ui de Brecht bebe de claras fuentes shakespearianas, en especial de Ricardo III, con esas apariciones fantasmales de los personajes que Arturo va dejando por el camino en su aventura de depredación de la sociedad.

Brecht quiere que tomemos partido, que opinemos, que busquemos las soluciones porque él no nos las va a ofrecer en bandeja. Los actores salen de escena..., mejor aún, la llevan al patio de butacas y hacen partícipe a público de la obra, mostrando nuestras tremendas contradicciones. Hay corrupción y hacemos poco para acabar con ella. Existe la mentira pero convive con nosotros con absoluta normalidad. Brecht nos da un bofetón para que tomemos las riendas de nuestro futuro.

Acierta en el fondo y la forma el CAT en su nueva puesta de largo, ya que lo hace con una obra de plena actualidad y con unos actores bien encajados en sus papeles, a veces tremendamente realistas, en ocasiones tan farsantes y tendentes al absurdo que da terror pensar que hay personajes en la vida real que encarnan lo peor de un carácter brechtiano. Y es que parece que a falta de amigos fieles, seguimos sumidos en las noches más oscuras.




Fotos: Paco López.

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