miércoles, 14 de mayo de 2014

EL REY LAGARTO

Ha entrado un geko en mi habitación...

Y no es este Gekko...
-Vale. Ahora os cuento a qué viene lo del lagarto pero antes os quiero hablar de política, de Efialtes, Pericles, la república o res publica y Alberto Garzón, al que me fui a ver el viernes pasado y que dio una lección de cómo se puede hacer pedagogía política con escasos mimbres y sin caer en los típicos errores de la clase política de este país. Un apunte: volver a la república, pero no necesariamente al régimen político (que también... los Borbones ya huelen a naftalina), sino a la "cosa pública", a una revalorización del sistema público por encima de teorías neo con que, visto está, se han cargado la vida decentita que teníamos hasta 2008.

-Por cierto, campaña de las europeas. Solo una palabra: aburrimiento.

-Twitter lo carga el diablo. Y eso que me encanta leer las paridas que se ponen ahí, pero usar esta plataforma para insultar con desafuero, pues oiga, no. Libertad de expresión, sí, cagarla constantenemente con twitteridad y alevosía, no. Y este pensamiento lo mismo me sirve para arremeter contra los tolais que se mofan de una política asesinada o de un cantante con barba travestido.

-En las últimas semanas he tenido que acompañar a unos amigos en ciertas gestiones de tipo inmobiliario. No es que me guste, la verdad, pero por los amigos, lo que sea. Por cierto, entramos en una inmobiliaria a ofrecer un inmueble y en menos de dos minutos nos ofrecieron cerrar la operación con un tanto por ciento de dinero negro por medio. Amigos, esto es España.

-Ah, el geko... Pues eso, que dormí con un precioso lagarto. Se coló en mi habitación y pude disfrutar del fresquito de la noche. El cabrón se comió todos los mosquitos. Me abandonó por la mañana.


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