martes, 19 de junio de 2018

Refugees welcome

En estos días de llegada masiva de pateras al Estrecho y de la acogida del Aquarius se escuchan muchas tonterías. Todas ellas son resultado de la desinformación y la ignorancia, adobadas por un poquito de odio exacerbado a todo lo que no sea español. En fin, es lo que nos toca como "civilización". Lo que más me llama la atención es escuchar a políticos de pacotilla del PP y de Ciudadanos, salvapatrias ellos, hablar del efecto llamada. Claro, vienen los negritos en barcas a España, al paraíso (vaya paraíso) y van a venir más negritos porque aquí se vive estupendamente bien. No pretendo que esos cambien de opinión porque es imposible. Así de cerril y limitado es su ideario. Y sin embargo no ven que el efecto llamada se provoca en el lugar de origen donde, por si no lo saben esas mentes limitaditas, existe la guerra, la persecución religiosa, política o por motivos de género o de identidad sexual. Allí donde el Primer Mundo no se atreve a actuar porque no quiere.

En Homeland, serie recomendable para conocer cómo funcionan los resortes de los servicios de inteligencia en su combate al fanatismo religioso en países de Oriente Medio, uno de los protagonistas daba la clave para acabar con esa plaga. Quizás si pusiéramos en práctica su idea (cara por otro lado), hoy no tendríamos que dar la bienvenida a aquellos que lo han perdido todo.

Resumiendo, un alto cargo de la CIA le pregunta a Peter Quinn, agente de campo en la ciudad siria de Raqqa -uno de los núcleos fuertes del Isis-, si la estrategia que implementa allí Estados Unidos funciona. Quinn le responde con una pregunta:

-¿Qué estrategia? Dígame cuál es la estrategia y yo le diré si funciona.

Todos los asistentes de miran inquietos y Quinn prosigue:

"Miren, es cierto que hay un problema porque ellos... ellos sí tienen una estrategia. Están reuniéndose en Raqqa aproximadamente unos 10.000 de ellos entremezclados entre la población civil, limpiando sus armas y sabiendo perfectamente qué hacen allí. Están allí por una única razón: morir por el Califato y gobernar en un mundo sin infieles".

El alto cargo de la CIA le pregunta a Quinn que sugiera una solución y él propone esto:

"Poner sobre el terreno de forma indefinida a 200.000 miembros del ejército para apoyar y defender a un número igual de médicos y de profesores de Primaria".

"Eso es imposible", dice el de la CIA.

"Entonces empiecen de nuevo bombardeando Raqqa hasta dejarla en los cimientos", termina Quinn.

Soluciones hay. Que se quieran tomar es otro cantar. Os dejo el clip en inglés del momentazo.


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