sábado, 1 de enero de 2011

CON LOS PLOMOS FUNDIDOS


Y
a lo saben. La luz vuelve a subir. No es algo que nos coja por sorpresa. Cada trimestre hay una revisión de precios, y ya estamos obligados a que las subidas sean mayores que las bajadas en lo que pagamos por obtener luz eléctrica. Quizás la pregunta pertinente sea si el Gobierno de Zapatero no vuelve a fallar a los miles de ciudadanos que no pueden llegar a final de mes con una subida (estimada en un diez por ciento), que dañará aún más los bolsillos de muchos.

El Ejecutivo esgrime razones de peso. Concretamente, busca reducir el déficit que se mantiene con las eléctricas, una pesada losa que llevamos arrastrando varios años y que no hay manera de quitarse de encima. Según estimaciones de Industria, en tres años, el tijeretazo supondrá un ahorro de 2.220 millones de euros. Si primero le tocó a las eólicas y luego a las termosolares, ahora ha llegado la hora de que el esfuerzo para reducir el déficit tarifario, algo que está fijado por ley, lo hagan las fotovoltaicas y las llamadas eléctricas tradicionales. Este déficit de tarifa es la deuda que se reconoce a las eléctricas y que va aumentando año tras año, ya que los precios que se pagan por la luz no cubren los costes de generación de la electricidad.

La subida del diez por ciento de de enero sólo responde al alza de la materia prima y no evita que el déficit siga aumentando hasta la siguiente revisión de tarifas en abril. Además, como por culpa del deterioro económico generalizado no se están cumpliendo los cálculos de ingresos, las metas incluidas en la ley son a todas luces imposibles de alcanzar, según ha reconocido la Comisión Nacional de la Energía.

Por este motivo, el Gobierno ha tenido que corregir los objetivos de recorte de déficit para 2010, 2011 y 2012, puesto que sabe que a todas luces, no puede cumplirlo, aunque la previsión de eliminarlo por completo en 2013 se mantiene. El caso es que mientras al Ejecutivo se le ha encendido la lucecita para atajar el déficit con una medida “fácil”, a algunos se les pueden fundir los plomos al leer su recibo.

Foto: El Pueblo.

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